Publicado el 13 noviembre, 2017 | por editor
Trigo soft para la industria de galletas: ¿un nuevo nicho productivo?
Un nuevo nicho productivo se está gestando en la zona centro sur. Inia Carillanca junto a Nestlé Chile, con apoyo de Corfo, está trabajando en el Desarrollo de prototipos de trigo tipo Soft para la industria de galletas de exportación. De esta manera, se proyecta que en dos a tres años los productores cuenten con variedades que se adapten a los requerimientos de la industria y con buenos rendimientos.
Javier Zúñiga, investigador del Laboratorio Calidad de Trigos de Inia Carillanca, está a cargo del proyecto. Zúñiga precisó que esta zona triguera del país cuenta con ventajas comparativas compatibles con la producción de este tipo de trigo.
Hoy día las regiones del Bío Bío y La Araucanía concentran aproximadamente el 75% de la superficie y la producción de trigo en Chile, por eso apuestan, en primera instancia, que este cultivo se desarrolle en estas regiones que tienen alta productividad.
“Tienen condiciones agroecológicas que favorecen altos rendimientos y contenidos relativamente bajos de proteína en grano, del orden del 10%, que es una de las características industriales deseadas en esta clase de trigo. Adicionalmente, los ambientes de producción locales se asocian a una virtual ausencia de micotoxinas que, junto con la posibilidad de trazar los procesos de producción, permitirán garantizar altos niveles de inocuidad alimentaria respecto de las importaciones”, advierte.
PRODUCCIÓN
En la actualidad, las hectáreas destinadas a este tipo de trigo en el país, es muy baja no supera las tres mil hectáreas, lo que es insuficiente para los requerimientos de Nestlé que es del orden de las 10 mil hectáreas en un horizonte razonable.
Según datos de Odepa en 2011 Chile importó 625.441 toneladas de trigo, de las cuales 416.539 provinieron desde EEUU. La mitad de los envíos de ese país (199.113 toneladas) correspondieron exclusivamente a trigos ‘soft’ (Soft Red Winter y Soft White).El valor de estas importaciones se situó en USD 63.744.531.
Al respecto, Roberto Peña Bautista, consultor internacional del Centro internacional de mejoramiento de maíz y trigo (Cymmit) de México, advierte que la producción de este trigo es una oportunidad para Chile, especialmente para la región centro sur, porque tiene condiciones agroclimatológicas positivas para la alta productividad del trigo soft sin la necesidad de tener un contenido de proteína muy alto.
“El trigo soft requiere tener un contenido de proteína bajo por lo tanto es una oportunidad para que el productor pueda abaratar los costos de producción”, recalca el experto.
A nivel mundial se produce muy poco trigo soft, porque el consumo de trigo en forma de galleta es aproximadamente el 15% del total de este cereal. Sin embargo, Peña sostiene que la demanda de este alimento se mantendrá estable o podría crecer si se elabora como un snack que represente una ayuda para el desarrollo de una dieta funcional; por ejemplo si la galleta se fabrica con un trigo soft mejorando ciertas características beneficiosas a través de la investigación.
“El aporte funcional del trigo soft viene por las nuevas formulaciones para producir harinas integrales que aporten fibra y otros agentes bioactivos para la salud. La producción de este trigo le viene muy bien a Chile, porque actualmente importa gran cantidad de este grano, por lo que su cultivo aparece como una manera de aportar a la economía nacional de diferentes sectores de la cadena de producción”.
AVANCES
Los avances de esta primera etapa del proyecto constituyen un importante hito para el país. Ivette Seguel, directora de Inia Carillanca, precisa que ya se logró caracterizar 380 entradas de germoplasma, que será la base de futuras variedades. Esto se logró incorporando tecnologías de selección molecular, y que es solo otro ejemplo de cómo Inia incorpora de manera activa y regular el conocimiento avanzado en sus estrategias de trabajo.
“El logro más significativo fue generar 2 líneas avanzadas con excelentes características agronómicas y de calidad industrial, que serán la base para la próxima inscripción de variedades y el escalamiento comercial”, recalca Seguel.
También ya se validó alternativas de fertilización nitrogenada que maximizan el rendimiento y minimicen la acumulación excesiva de proteína en el grano, lo que tiene un impacto negativo en la calidad industrial del trigo soft.
El proyecto también realizó un estudio para identificar los factores críticos que se deben seguir abordando, de manera que se pueda trazar el camino más efectivo para convertir a Chile en un proveedor confiable de trigo soft para la industria nacional.
GÉNESIS
En el año 2012, la compañía, principal demandante de harinas “Soft” para galletas del país con un 44% del mercado (Fundación Chile 2005), hizo público un cambio en su política de abastecimiento hacia el reemplazo de materias primas importadas por equivalentes locales en todas sus líneas de producción, fundamentado en razones de sustentabilidad y reducción del impacto ambiental de sus procesos industriales.
Este cambio relevante para el mercado nacional significa que en el mediano plazo, tan solo las necesidades de esta compañía requerirán de un suministro local equivalente a 10 mil 500 hectáreas de trigo soft, que representarán ingresos potenciales adicionales para el agro de unos USD 25.000.000 anuales.
Sandra Vas, representante de Nestlé, corrobora el interés de la industria por adquirir trigo en Chile. “Hay una necesidad de la industria, no sólo de Nestlé, de contar con una producción estable y homogénea de trigo soft. Esto porque la tendencia es tener una baja en la disponibilidad de la variedad y a nosotros nos importa contar con el material para producir galletas”.
Vas recalca que lo que está pasando con los años es que los productores no tienen interés para producir este tipo de trigo y por varios motivos. Lo primero es el bajo rendimiento y la menor demanda si se compara con el trigo panadero.
Otro factor importante es la gran variabilidad del grano y de la harina. Al respecto, la investigadora precisó que es importante desarrollar este proyecto porque se conectan todos los eslabones de la cadena: desde los productores hasta la industria y se logra una mayor estabilidad de producción.
“Para Nestlé es muy importante la creación de valor compartido. Este proyecto nos permite incentivar el mercado donde estamos, en este caso Chile. Con este proyecto se inició un camino para mejorar la genética de las variedades y para que la producción de trigo sea más estructurada”, concluye Sandra Vas.
En este contexto, Paulina Gross, de Euromonitor Internacional, compañía de investigación estratégica que estudió la cadena de suministros en la producción de trigo soft y cómo se conectan, afirmó que justamente es la industria la que debe dar las señales de que existe la necesidad de contar con este tipo de trigo, tal y como ocurrió con Nestlé.
“Las importaciones de este trigo son bastante importantes. Chile trae trigo principalmente desde estados Unidos y Canadá y el año pasado se importaron 11 millones de dólares en trigo soft. Vemos que es una oportunidad que hoy los productores están perdiendo”, aclara la experta.
Gross recalcó que al hacer la investigación se reunieron con varios agricultores que se dedican a la producción de trigo candeal, modelo que se podría replicar con el soft. Si estos agricultores se subieron a la ola en su minuto con el trigo candeal, también podrían subirse en este proyector”, asevera la especialista.
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