Publicado el 27 septiembre, 2021 | por editor
Producción de materia seca, calidad nutritiva y nivel de riego en praderas de Ballica y Bromo
En el sur de nuestro país el alimento de mayor uso por los sistemas ganaderos es la pradera, la cual es utilizada mediante pastoreo directo y, según la eficiencia de utilización puede resultar en mayor o menor costo de producción. Sin embargo, la producción de materia seca (MS) y el valor nutritivo no es constante durante el año, dado que las condiciones climáticas son variables, especialmente el recurso hídrico, el cual es escaso desde fines de primavera hasta principios de otoño.
En este contexto, algunas de las Investigaciones realizadas por académicos en la UACh indican que la calidad nutritiva cambia permanentemente, especialmente, en primavera, en que el crecimiento de las praderas es acelerado. Por otro lado, la marcada estacionalidad, se debe a factores como la restricción hídrica, incremento de temperatura ambiente y el paso de las praderas a estado reproductivo, lo que conlleva a una menor tasa de crecimiento afectando la disponibilidad forrajera.
Sumado a esto, la sequía que afecta a Chile desde el año 2010 ha exacerbado el déficit hídrico, el cual está en torno al 30% entre el Biobío y Los Lagos, haciéndose necesario la implementación de riego como alternativa para soportar la producción agropecuaria del país.
Lo anterior es parte del contexto que originó la memoria de título de la Ingeniera Agrónoma de la UACh, Camila Guerra, cuyos ensayos se efectuaron en la Estación Experimental Agropecuaria Austral (EEAA) de la mencionada casa de estudios, con el objetivo de evaluar el efecto de diferentes niveles de riego sobre la producción de forraje y valor nutritivo de praderas de ballica perenne y bromo. El estudio consistió en tres tratamientos, uno como control sin riego y dos con riego, los cuales correspondieron a 50% y 100% de capacidad de campo (CDC).
Resultados del estudio
Los resultados de este estudio mostraron que, en primavera las praderas de ballica perenne tuvieron mayor tasa de crecimiento que las de bromo, mientras que, al final de la primavera se invirtieron los papeles dado que praderas de bromo produjeron más en comparación a praderas de ballica perenne. Durante la época estival, bajo condiciones de riego tanto en 50 y 100% de CDC la tasa de crecimiento de las dos especies fue igual. En cuanto a la producción de MS se obtuvo una diferencia de 468 kg de MS ha-1 entre las praderas que no fueron regadas y las que se regaron a 100% de CDC. A pesar que el rendimiento fue mayor en praderas regadas, las diferencias no fueron ampliamente notorias, lo cual se debe a que en este trabajo se muestran los resultados hasta la evaluación de enero, y la principal diferencia en producción se da sumando la acumulación de los meses de febrero y marzo. Además, puede ser explicado por la dificultad que tienen las praderas permanentes para responder a una buena condición de riego, a pesar de que mejoran en valor nutritivo y tienen una tasa de crecimiento mayor, no se logra un aumento tan grande en cuanto a la producción de forraje, ya que estas especies sobre temperaturas de 25°C presentan estrés térmico y reducen su rendimiento.
Uno de los resultados más interesantes del estudio fue cuando se evaluó el nivel de riego durante fines de primavera y comienzo de verano, demostrando así que, entre 50 y 100% de CDC no existe ningún diferencia estadística en cuanto a producción de forraje, lo cual indica que, el riego a un 50% de CDC es suficiente para mantener la producción de forraje que estas especies son capaces de soportar durante el periodo estival y, el uso de un riego de 100% de CDC sería excesivo, sumado a todos los problemas medioambientales que podría ocasionar en el contexto de la economía del agua (Tabla 1).
En cuanto al valor nutritivo, en cada una de las estaciones muestreadas e independientemente del nivel de riego, la ballica perenne fue la especie que presentó la mejor concentración de energía metabolizable y digestibilidad, mientras que el bromo, tuvo mayor concentración de proteína y fibras.
En consecuencia, esto demuestra la capacidad que tiene especies nativas como el bromo para enfrentar las condiciones de sequía y su potencial de producción bajo un escenario de cambio climático y, que, durante el verano el uso de riego debe ser cuidadosamente analizado dado que niveles muy altos de riego no necesariamente se traducen en mejores rendimientos de forraje.
Por último, señalar que el estudio se encuentra en su temporada dos de evaluación donde prontamente se divulgaran los resultados de estas mismas variables durante toda la época estival 2020 – 2021.
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