Publicado el 5 octubre, 2020 | por editor
“Pese a la pandemia y todos los desafíos sanitarios, podemos ver con optimismo la temporada”
La nueva temporada frutícola será todo un reto para los productores del país. El Covid-19 obligará a tomar medidas adicionales para evitar contagios en las cosechas y en packing. Pese a esta desafiante situación, las proyecciones siguen siendo positivas.
“Naturalmente será un reto, pero los productores están más preparados que el semestre pasado, los mercados siguen con sus puertas abiertas para nuestra fruta”, sostiene Jorge Valenzuela, presidente de la Federación de Productores Frutícolas de Chile.
-En esta nueva temporada frutícola, considerando el tema climático y la actual crisis sanitaria ¿cómo se proyecta esta temporada?
-Pese a la pandemia y todos los desafíos sanitarios, podemos ver con optimismo la temporada. En estas semanas he estado en contacto con nuestros socios productores y con exportadoras, y nos han dicho que los meses de marzo, abril, mayo y junio los prepararon para tomar las medidas sanitarias y de seguridad para las cosechas que se vienen pronto. Naturalmente será un reto, pero los productores están más preparados que el semestre pasado, los mercados siguen con sus puertas abiertas para nuestra fruta, y destinos claves para nosotros como China se están reactivando, según lo que nos ha dicho nuestro embajador en el gigante asiático, Luis Schmidt Montes. Aquello para nosotros es importante, ya que la industria proyecta un incremento significativo en los volúmenes de cereza, por ejemplo, los cuales pueden llegar a más de 280 mil toneladas, 60 mil más que en la temporada anterior, y confiamos en la demanda de los consumidores chinos, que cada campaña son más y más.
Nuestro optimismo se basa también en el interés de los compradores por nuestra Rueda Internacional de Negocios Fruitcare de fines de octubre, en la que tendremos virtualmente a importadores de todo el mundo para que compren fruta directamente desde los mismos productores chilenos.
-¿Cuáles son las medidas que se están tomando para enfrentar la cosecha en plena pandemia?
-Como señalaba recién, las empresas frutícolas lograron adaptarse rápidamente durante el primer semestre, aplicando todas las medidas necesarias para la seguridad de los trabajadores, con medidas en los predios, en el trayecto y en los packings, independiente que esto haya implicado un aumento en los costos. Dicho eso, algo que nos han planteado nuestras asociaciones ha sido el tener la mayor claridad con respecto a los protocolos, trabajarlos en conjunto con las autoridades sanitarias, que sean lo más “oficiales” posibles, aprender de los casos más exitosos y “extenderlos” al resto del rubro. Se trata de un trabajo de validación importantísimo, en que todos deberemos estar coordinados.
-Cada año en el periodo de cosecha la mano de obra es escasa ¿ocurrirá lo mismo ahora? ¿Cuáles son los principales incentivos para atraer mano de obra?
-A diferencia de otros sectores, el agro en general no ha pausado su actividad durante la pandemia. Tomando todas las medidas, hemos sido capaces de seguir trabajando, no nos hemos detenido. Pertenecemos a un rubro estratégico y nuestra responsabilidad es seguir abasteciendo. En ese sentido, no podríamos decir que esté costando mucho más contar con trabajadores para las faenas.
-La temporada pasada la exportación de cerezas tuvo algunos contratiempos por el cierre de China, aun así los envíos aumentaron un 27%. ¿En el escenario actual que se proyecta para este mercado?
-Sí. Recordemos que el aumento se debe al crecimiento de superficie de cerezos en Chile y la constante entrada a etapas comerciales de nuevas hectáreas. Podríamos decir que cada temporada hay un crecimiento del 10% en el número de hectáreas de cerezo en Chile, algo que va con tanta rapidez que siempre los catastros oficiales se quedarán cortos al momento de dimensionarlo. Ahora, como indicaba, el embajador Luis Schmidt nos comentó en un seminario reciente que hicimos como Fedefruta, que China está entrando a una etapa de normalidad y que pronto mostrará señales relevantes de reactivación. Esa es una noticia positiva para la fruticultura chilena, siempre y cuando procuremos trabajar con todas las medidas necesarias, y aseguremos inocuidad y calidad en nuestra oferta, especialmente en estos tiempos en que las personas le dan un valor enorme a esos atributos.
EN EXPANSIÓN
-¿Seguirá siendo la cereza el producto estrella de las exportaciones frutícolas?
-En cuanto a retornos, definitivamente la cereza se consolidó como nuestro principal producto de exportación, y esto seguirá al alza, considerando el crecimiento de la superficie de cerezos en nuestro país. Eso no quita que tengamos buenas noticias para otras especies, como la uva de mesa que está viviendo un proceso de recambio varietal, algo que lo confirmó el último Anuario de Viveros 2020 que documentó una plantación importante de nuevas variedades. También queremos ver el impacto que va a tener la apertura de China en el desarrollo de los cítricos chilenos en el mediano plazo. Vemos un futuro importante en los frutos secos también, como los avellanos y los castaños, junto con los nogales, y no solo en la zona central, sino también en el sur, donde el crecimiento de estos cultivos es muy relevante.
-¿Existe una oportunidad de seguir creciendo en superficie en la zona sur?
-Claro que sí. El futuro de nuestra industria se basa en el desarrollo frutícola del sur de Chile, eso es algo que siempre voy a querer resaltar, con especies como las cerezas, los arándanos, los avellanos, los nogales, los castaños, y por qué no, también en la producción orgánica de frutas como la manzana en La Araucanía, los kiwis o los berries en todas las zonas productivas del sur. En la medida que avancen las inversiones y vayamos incorporando tecnologías, no vemos motivos para que se detenga el avance de la fruticultura del sur de Chile, por el contrario.
-¿Qué desafíos plantea para el rubro el constante aumento de superficie y producción?
-Debemos adaptarnos a los nuevos escenarios que plantea el cambio climático, incorporar nuevas tecnologías y manejos agronómicos que nos permitan producir más con menos recursos, ser más eficientes en todo nuestro trabajo. Debemos ampliar nuestro conocimiento, incorporar equipos multidisciplinarios, capacitarnos para que cada inversión en tecnología sea aprovechada al máximo posible, y preocuparnos de hace un seguimiento a los productores para que no se vayan perdiendo entre tanta información y tomen las mejores decisiones, y lograr que nuestra actividad se sostenga en el tiempo. Vamos a empujar la investigación aplicada a las necesidades de los fruticultores y trataremos de acercar las mejores soluciones para los desafíos de hoy.
-¿Qué ocurre con la producción de arándanos?
-Tenemos expectativas por la diversificación en los mercados que reciben nuestros arándanos. Si bien se estima que los volúmenes exportación serán similares esta temporada, se ha visto un crecimiento de los envíos al Asia y Europa, lo que ha permitido descomprimir el principal mercado, que es el norteamericano. Junto con eso, queremos destacar el potencial comercial que existe para los arándanos orgánicos que se producen de Ñuble hacia el sur, tema que vamos a revisar con iQonsulting en la próxima FruitCare el 28 de octubre, donde tendremos una sala virtual completa dedicada a temas relacionados con la fruticultura del sur de Chile, pero con un énfasis en lo orgánico, ya que también abordaremos el potencial de la manzana orgánica del sur del país en los mercados, y además en las ventanas que tiene la producción frutícola de las regiones del sur en Asia, particularmente.
Por último, el embajador Luis Schmidt nos comentó que va a firmar los protocolos de ingreso a China para la fruta congelada, que es un gran derivado de la producción de berries y otras frutas. Por tanto, igualmente nos encontramos a la espera de dicha apertura.
-El avellano europeo es uno de los cultivos que más crece en la zona sur. ¿Qué se vislumbra para este frutal?
-El avellano continúa creciendo en superficie y en valor de exportaciones. Solo este primer semestre del año, se han exportado 72 millones de dólares en esta especie, un 29% más si lo comparamos con el mismo período del año anterior. La Araucanía, en particular, tiene un potencial enorme debido a su clima y suelo propicios para este frutal. Estamos muy claros que si nos referimos al avellano europeo, su desarrollo en Chile y en el sur está recién comenzando.
-¿De qué depende que el sector frutícola siga expandiéndose?
-A nivel nacional, depende del tema del agua y el encontrar soluciones a una crisis hídrica que, más allá de si llueve o no, se trata de un problema claramente estructural no resuelto. Necesitamos una institucionalidad que permita el desarrollo de matrices hídricas por región o por cuenca, que se adecúen a las necesidades de cada zona, y planteen una red de infraestructuras que sean desarrolladas sin entramparnos en burocracias.
Hemos planteado la construcción de embalses de tamaño intermedio, que sean complementados por la recarga de acuíferos, por aguas subterráneas, por la construcción de plantas desaladores, y lleguemos de esta forma a una solución hídrica de aquí a 2040 que asegure el abastecimiento de agua para las regiones, su población y sus rubros, garantice el desarrollo de las actividades y la vida diaria, y se convierta en un motor de desarrollo económico y calidad de vida.
Hasta el momento, como país no hemos tenido la decisión o la voluntad de avanzar en políticas hídricas que reconozcan la seriedad del tema, y eso es algo que nos tiene estancados. Solo en la medida que podamos tener reglas claras para asegurar el abastecimiento de agua en Chile, es que podremos seguir avanzando en nuestro desarrollo como país.
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