Los guardianes de la mesa: el aporte de los investigadores de La Araucanía

a Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación —mundialmente conocida como FAO—ya aseguró que para el año 2050 se espera que la población mundial supere los 9000 millones de personas y por consiguiente la demanda por alimento crecerá en un 60%.

Lograr este objetivo es algo complicado. Más aún cuando en los próximos treinta años se prevé la pérdida de la décima parte de la superficie cultivable por erosión, desertificación o cambio climático.

Si bien el panorama se ve difícil, en Chile un grupo de investigadores está realizando su mayor esfuerzo para desarrollar formas más eficaces de producir alimentos y avanzar hacia sistemas agrícolas cada vez más sostenibles, productivos y eficientes.

El mejoramiento genético es clave y es en este contexto que el Ministerio de Agricultura instauró la primera versión del Premio a la Propiedad Intelectual “Los Guardianes de la Mesa Chilena”. Iniciativa que busca reconocer a destacados investigadores del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia)por sus aportes en la creación y registro de nuevas variedades de papa, trigo, arroz, zapallo, porotos, avena y murtilla, entre otros productos alimentarios representativos de la cocina nacional, como el cordero chilote.

En La Araucanía destacaron a la bióloga Ivette Seguel, actual directora de Inia en La Araucanía. Junto con ella, fueron distinguidos los investigadores Claudio Jobet, Fernando Ortega, Mario Mera y Mónica Mathias.

PROPIEDAD INTELECTUAL

El director nacional de Inia, Julio Kalazich, enfatizó como Inia durante su historia institucional ha aportado más de 270 variedades chilenas de cultivos, frutales, hortalizas y forrajeras, que ocupan un alto porcentaje del mercado nacional, abasteciendo a diario las mesas con productos y alimentos chilenos de la mejor calidad.

“Hoy, cerca del 65% del trigo para pan y el 100% del trigo candeal, así como el 100% del arroz que se produce en Chile, corresponden a variedades creadas por los investigadores de Inia y lo mismo sucede con varios otros productos de consumo masivo como la papa”, explicó Kalazich.