Las pupas ecológicas como polinizadoras en cultivos semilleros

Austral BIO Challenge es un concurso de Austral Incuba -incubadora de negocios de la Universidad Austral de Chile (Uach)- apoyado por la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo). A través de este instrumento de financiamiento se premia a emprendedores científicos y desarrolladores de tecnologías vinculadas a los recursos naturales en Chile, principalmente a aquellas innovaciones que aporten soluciones sustentables y escalables comercialmente para los sectores agroindustrial, alimentos, acuícola, forestal y salud.

En el año 2014, el laboratorio ISIKE -dedicado a la investigación de insectos (I+D)- fue el ganador en la convocatoria realizada por Austral Incuba. Como principal objetivo buscan implementar terapias o tratamientos en base a insectos chilenos y generar subproductos biotecnológicos de los mismos.

“Como empresa nos enfocamos en generar soluciones entomológicas-biotecnológicas a problemas que existan en empresas de diferentes sectores. Nuestra misión es entregar productos y/o terapias a partir de insectos, que permitan suplir necesidades de la industria médica, veterinaria, ganadera, forestal y muchas otras. Queremos ser la empresa líder de biotecnología en insectos”, explicó el director científico de ISIKE, Felipe Calleja.

Así nació el proyecto pupas ecológicas. “Nació por los conocimientos de entomología que tiene Alfredo Ugarte (socio y cofundador de ISIKE), nosotros ya teníamos desarrollado el producto para la larvaterapia, por lo que utilizamos parte de los materiales que ya teníamos para desarrollar el producto”, detalló el director científico de la empresa.

Para Corfo apoyar este tipo de iniciativas, a través de Austral Incuba, significa dar un impulso y fomentar el emprendimiento innovador, sustentable y de alto impacto. “Creemos que el desafío de la competitividad está vinculado a la innovación, la sofisticación, la tecnología y el conocimiento, características que posee este emprendimiento”, dijo el director regional, Ricardo Millán.

PUPAS ECOLÓGICAS

Si bien las abejas son las polinizadoras por excelencia –señala Calleja- en la naturaleza existen muchos otros insectos que actúan como tal. “El uso de moscas, por ejemplo, es siempre bienvenido. Si utilizamos más especies se promueve que el proceso sea más eficiente”, precisó.

Se denomina pupa al estado por el que pasan algunos insectos durante la metamorfosis que los lleva del estado de larva al de imago o adulto. En tanto, las pupas ecológicas –explicó Calleja- son una mezcla de cuatro mil pupas de moscas, de diferentes especies, las que serán efectivas para 20m2. Éstas se dejan en las jaulas de polinización, donde las moscas emergerán de forma secuencial y buscarán azúcar en las flores donde polinizarán.

Según el director científico de ISIKE, el proceso es simple. “El producto permite que existan insectos voladores en búsqueda de azúcar en forma permanente por al menos tres semanas. Además, las moscas nacen, polinizan y mueren en el interior de las jaulas, evitando la polinización cruzada, lo cual es clave en ciertos cultivos bajo invernadero”.

“En ciertas plantas la apertura de flores varía en los tiempos. Puede que el tiempo desde la primera a la última apertura de flores en un determinado invernadero tome unas tres semanas, por lo que las moscas que nacen de forma secuencial buscarán azúcar incluso en las últimas flores”, agregó.

Esta solución está enfocada a cultivos semilleros, donde se busca polinizar la mayor cantidad de flores para mejorar la cantidad de semillas finales y se evita la polinización cruzada. Principalmente, para la producción de semillas de plantas “brassicas” como la canola y algunos raps, pero también en plantas “alliums” como la cebolla y el ajo.

Una ventaja –señaló Calleja- es que las pupas, al estar contenidas en una caja biodegradable y con tierra en su interior, sus restos pueden ser utilizados como abono para los suelos y no contaminan el medio ambiente.