Publicado el 10 julio, 2017 | por editor
Las propuestas para impulsar la producción de carne en Chile
El retroceso de la masa ganadera en Chile es una situación que preocupa a los productores de carne. Aseguran que el país podría tener seis millones de cabeza de ganado sin quitar espacio a otros rubros y con esa cantidad abastecer al mercado interno que requiere poco más de 5,5 millones, pero eso está lejos de ser así. Según los últimos datos de Odepa, Chile posee alrededor 2 millones 700 mil cabezas de ganado.
Rafael Lecaros, presidente de Faenacar (Asociación gremial de plantas faenadoras frigoríficas de carnes de Chile), recalca que el país está en el inicio de la etapa de “retención de vientres” del ciclo ganadero, lo que se suma a la caída sostenida que acumula un 25% en los últimos 20 años.
“Esto hace prever faenas más bajas en los próximos 3-4 años, incluso un poco menores que los que los “valles” de los ciclos anteriores, lo que tiene a todos los actores de la cadena en alerta y unidos”, explica.
Christián Arntz, presidente de la Sago -Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno- aclara que la ganadería llegó a este punto porque sostenidamente durante los últimos 15 años ha perdido competitividad ante otros rubros, en un escenario donde el valor del suelo va al alza, convirtiéndose en una actividad con márgenes escasos en relación a otras actividades agrícolas que se desarrollan en el mismo territorio, como frutales menores, forestal y leche.
En tanto, Harry Jürgensen, presidente de CorpCarne, sostiene que como Corporación están muy preocupados por la caída de la masa ganadera de 3 millones 700 mil cabezas a prácticamente 2 millones 700 mil en siete años, esto según la encuesta de Odepa de 2015.
“Vemos una caída de 27% en siete años, sin que a ninguna autoridad eso le llame la atención como para analizar el tema y plantear algún plan de recuperación para nuestro patrimonio ganadero. Nunca en la historia, en los últimos 50 años, hemos tenido una masa ganadera tan disminuida”, precisa Jürgensen.
El empresario agrega que la disminución de los precios en la lechería ha hecho que desde el año 2016 también disminuya la masa ganadera lechera y con ello su producción.
“Los 2 millones 700 mil cabezas de ganado es un dato obtenido a partir de la encuesta de Odepa de 2015, por eso creemos que al actualizar los datos e incorporar la caída en la lechería la masa ganadera disminuirá más”, recalca.
PROPUESTAS
En este difícil escenario ¿qué hacer para reactivar al sector?. Christián Arntz, advierte que este tema es el que se abordó recientemente en un seminario al que fueron convocados como Sago por Fenasicar, junto a Faenacar, donde concordaron el desarrollo de una agenda de trabajo común en torno a una visión compartida respecto del presente y futuro del sector.
En este contexto, Arntz advierte que hay que ver el ejemplo de la fruticultura que ha enfrentado el problema del mercado interno buscando mercados más rentables en el exterior.
“La fruticultura ha logrado desarrollarse hasta convertirse en un pilar de la economía nacional, algo que el sector carne bovina no ha podido hacer en forma sostenida en el tiempo, porque carece de una visión de cadena, la que además es más larga que la de cualquier otro sector –criancero-recriador-engordero-feria-matadero-supermercado-“.
Agrega que la falta de una visión común para abordar mercados de mayor valor, tiene varios elementos. “Por un lado, las plantas faenadoras señalan que no han tenido suficiente volumen, dada la escasa masa ganadera, pero no se debe desconocer que la falta de una línea de exportación permanente de carne, ha hecho que los ganaderos pierdan confianza en el futuro y dejen de invertir”.
CHRISTIÁN ARNTZ, PRESIDENTE DE LA SAGO
“El desafío es buscar el mejor precio para nuestra producción en
los mercados de alto valor”
El desafío es simple: seguir el ejemplo de la fruticultura y buscar el mejor precio para nuestra producción en los mercados de alto valor, para que volvamos a tener un horizonte de largo plazo que amerite inversión desde el primer eslabón de la cadena, la crianza, hacia adelante.
Hemos descrito las responsabilidades intra cadena, pero nos falta observar lo que sucede con los servicios del Estado, ya que estos tampoco han estado a la altura como para permitir hacer despegar a la carne bovina. La legislación interna también contribuye en esta parálisis de competitividad del sector, a través de normativas que exceden lo que en realidad se necesita.
Esto lo abordamos en el seminario al que fuimos convocados como SAGO por Fenasicar, junto a Faenacar, donde concordamos el desarrollo de una agenda de trabajo común en torno a una visión compartida respecto del presente y futuro del sector.
Dentro de esto, coincidimos en la necesidad de dejar de lado como país los parámetros que nos hemos autoimpuesto y que los mercados de destino no piden, aumentando nuestro costo de producción.
Lo mismo sucede con la ley de Tipificación, un verdadero freno de mano para el sector. Todas las certificaciones que ha impuesto el Estado agregan más costos y en nada inciden en la calidad, que ya es muy alta, y no mejorará más por la vía de estas normativas que lo único que hacen es jibarizar el sector. Por eso es que proponemos una reingeniería de los servicios del Estado para el sector carne bovina, con el objetivo de reactivarlo. Al mismo tiempo, como cadena nos comprometemos a hacer nuestras tareas pendientes. Esto es tarea de todos y si nosotros tenemos las señales correctas, la eficiencia se va a dar sola.
RAFAEL LECAROS, PRESIDENTE DE FAENACAR
“Tenemos que ajustar las normativas nacionales”
Estamos en el inicio de la etapa de “retención de vientres” del ciclo ganadero, lo que se suma a la caída sostenida que acumula un 25% en los últimos 20 años y hace prever faenas más bajas en los próximos 3-4 años, incluso un poco menores que los que los “valles” de los ciclos anteriores, lo que tiene a todos los actores de la cadena en alerta y unidos.
El primer tema que tenemos que solucionar es ajustar las Normativas Nacionales, que nos permitan desarrollar el sector y encontrar mejores precios para nuestra carnes, algunas de estas demandas ya han sido escuchadas por la autoridad y se está trabajando en su modificación: tipificación de los cortes de carnes, control del uso de anabólicos, simplificación de los PABCO , etc.) en lugar de crearnos barreras artificiales que benefician a los países que nos venden carne en desmedro de la carne chilena, y además nos perjudican para consolidar las exportaciones con retornos atractivos para el productor.
El segundo tema es lograr ser más competitivo y con un negocio más rentable y para eso debemos disminuir al máximo los costos de una infinidad de servicios que las normativas han ido instalando en los años y que deben revisarse, racionalizarse o eliminarse. También estamos creando indicadores de productividad en todos los eslabones de la cadena.
HARRY JÜRGENSEN, PRESIDENTE DE CORPCARNE
“Apostamos por derogar la tipificación obligatoria”
Apostamos por derogar la tipificación obligatoria por una tipificación voluntaria o que la obligatoria quede como oficial para quienes quieran aplicarla y permitan el surgimiento de sistemas de clasificación y tipificación particular privado que le compita a la oficial para ver cuál es mejor.
Este sistema de tipificación contiene errores graves, no determina claramente la calidad del producto, pero si hace entender que lo determina y por lo tanto genera un confusión en el consumidor.
El segundo tema que nos preocupa es el uso de anabólicos. Chile es un país que permite la aplicación de hormonas artificiales, promotores de crecimiento y musculación de los animales.
En nuestro país teníamos un sistema creado por el Servicio Agrícola Ganadero (PABCO -Planteles Animales bajo Certificación Oficial) y todos los animales que no aplicaban anabólicos tenían que llevar estos registros prediales y oficiales mediante médicos veterinarios acreditados. Llegamos a tener en Chile más de 2.500 planteles certificados y sólo ellos podían exportar a Europa, perdimos esa condición porque esos registros no se controlaron bien.
Se empezó a generar un listado nuevo y hoy deben haber 100 productores que están calificados para exportar carne a Europa.
Ahora estamos insistiendo con el Servicio Agrícola Ganadero y felizmente ya se hizo la consulta pública y se está en la misma línea para que los registros se apliquen a aquellos que importan, comercializan y aplican anabólicos y no a aquellos que no lo hacen.
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