Publicado el 17 octubre, 2016 | por editor
“La revolución de la agricultura está en el uso eficiente de las aguas”
“Me han tocado tiempos difíciles en la agricultura”, así resume Marcelo Andrés Zirotti Kehr, sus más de dos años como presidente de la Sociedad de Fomento Agrícola A.G. (Sofo) de La Araucanía. Le ha tocado enfrentar no sólo el aumento de la violencia rural en los campos de la región, sino que también una producción triguera deprimida a causa de los bajos precios.
Desde pequeño Zirotti desarrolló su vínculo con la tierra, por eso conoce muy bien las necesidades del rubro. “Soy sembrador tradicional de la zona de Vilcún. Me dedico a la siembra de cereales (trigo, avena y triticale). Mi abuelo materno era agricultor de la zona de Galvarino, mi abuelo paterno era industrial de Temuco. Por eso heredé la veta agrícola y di mi primeros pasos en el campo de mi padre en Galvarino”, cuenta
Cómo dirigente también tiene experiencia. Por cinco años fue presidente del Grupo de Trasferencia Tecnológica Frontera, donde realizó las gestiones para traer los primeros fertilizantes a Chile. “Fue un periodo en el que también me tocó correr un poco y enfrentar los vaivenes del mercado”.
Ahora se apronta a liderar la versión número 86 de la ExpoSofo, muestra ganadera, agrícola, comercial e industrial que se desarrollará entre el 9 y 13 de noviembre en el parque Charles Caminondo en Temuco. Esta tradicional feria se ha convertido en una de las principales plataformas comerciales de los agricultores de la zona sur. En 2015 más de 36 mil personas visitaron los stands y la muestra expositiva superó los 23 millones de dólares.
“Apostamos a que este año sea una muestra tecnológica interactiva, donde los interesados conozcan todos los detalles de la maquinaria y tecnología en exhibición”, precisa Zirotti, quien asegura que esta versión tendrá un enfoque más tecnológico, vinculado a la agricultura de precisión.
-¿Cuál es la evaluación que hace de su periodo como dirigente gremial?
-Me han tocado tiempos difíciles para la agricultura. Nos hemos dado cuenta que no existe una política agrícola. Se trata de una actividad que cada vez está más expuesta a los mercados internacionales. Nosotros podríamos ser grandes productores de semillas, pero no somos productores extensivos, sino más bien intensivos. Tenemos buenos rendimientos a nivel mundial, pero las políticas públicas que nos rigen no sólo nos impiden hacer semillas, sino también tener mercados claros para trabajar. Tenemos el desafío de abrir mercados y salir al mundo.
-¿Y qué es, precisamente, lo que le hace falta a la agricultura de la región para salir al mundo?
Un punto importante a considerar es que pese a ser exportadores de avena o madera, no tenemos una agencia aduana. Esto se solicitó al Ministerio en 2015, pero no hemos visto ningún avance. Hay que recordar que se está desarrollando la parte frutícola en La Araucanía. Hay que tener en cuenta que las pocas inversiones que se están haciendo en la región, son de agricultores.
Nosotros tenemos un aeropuerto internacional, el que no tiene capacidad para recibir frutas. No tiene aduana, o sea todos nuestros embarques se deben dirigir a Santiago para salir y eso nos hace menos competitivos.
Tenemos el segundo paso fronterizo más importante de Chile. En Pino Hachado pasan más de 15 mil camiones al año, ese no es un dato menor.
- Según su opinión: ¿cuáles son los cuellos de botella que impiden el despegue definitivo de la Región?
-El principal cuello de botella de esta región es el agua. Nosotros tenemos mucha agua en invierno, pero nos falta agua en verano, por eso nosotros cada vez que tenemos la oportunidad recordamos la ejecución del embalse, el polémico embalse del Cautín. Hemos ido de estudios a estudios, pero no se ha hecho absolutamente nada.
-Pero así como hay voces de apoyo al embalse, también hay voces disidentes para su construcción. ¿Cómo conciliar las dos miradas?
-Creo que hay desinformación. El embalse es una oportunidad única. Hay que recordar que Curacautín tiene nieve, termas y le falta un espejo de agua. Seguro va haber críticos que dirán que los niveles de agua bajan en el verano, pero si se hace un mini embalse arriba en el río Blanco podemos asegurar la cota mínima durante el verano, podemos producir energía y tener agua para la agricultura.
Un embalse para esta región es una obra de una gran envergadura. También tenemos el Toltén Sur, otro canal de riego que está parado y con el cual se regaría gran parte de Gorbea Sur. La revolución de la agricultura está en el uso eficiente de las aguas.
Con estos dos proyectos estaríamos regando entre ambos más de 55 mil hectáreas destinadas a la fruticultura. Eso sería espectacular. Esos campos con riego cambiarían su cultivo y se dedicarían a la fruticultura, esto porque no podemos desconocer el impacto del cambio climático y la apertura a nuevos cultivos.
MERCADO CEREALERO
-Los productores de trigo la temporada pasada enfrentaron precios bajos, lo que según los expertos desmotivó la siembra. Finalmente, como dirigente y agricultor, ¿Cuál es el escenario actual de los cereales? ¿Qué pasa con el trigo?
-Se especuló mucho con el arribo de barcos con trigo desde Argentina en plena cosecha, pero sólo fueron rumores. Aquí hay algo que los agricultores aún no nos podemos explicar. Nos enfrentamos a una temporada muy deprimida en lo que es la comercialización, en la molinería se especuló que venían barcos desde Argentina, lo que no fue real. El trigo argentino era de mala calidad, incluso hoy la industria harinera argentina tiene problemas de abastecimiento. Lo que hubo fue una especulación que tuvo costos para los agricultores.
Nosotros empezamos con un precio muy malo en la temporada y no hemos remontado. Hoy cuesta hasta 14 mil el quintal puesto en el fundo con gluten de 25%, estamos hablando de un trigo intermedio. Está sumamente apretado el negocio. Nosotros esperamos que en esta temporada se vislumbren mejores precios y que se transparente el mercado. También creemos que la reciente apertura de Argentina no debiese afectar el mercado nacional de los cereales.
- ¿Los precios deprimidos afectaron la intención de siembra de trigo?
-Sí, nosotros calculamos que a nivel nacional la intención de siembra cayó en 30.000 has. Chile siempre está acostumbrado a sembrar alrededor de 280 mil hectáreas y hemos visto que hemos bajado a las 260.000 has.
El impacto es grande, nosotros (La Araucanía) produce el 46% de lo que se consume nivel país. Chile debe estar produciendo 13 millones de quintales, de los cuales 6 millones y fracción están saliendo de La Araucanía.
Yo creo que la baja en la superficie de siembra podría afirmar los precios. En noviembre se empieza a ver cómo se viene el año y ojalá que este año partamos un poquito más fuerte. Esperamos que este año sea más sincera la temporada.
-¿Cómo evalúa la intervención de Cotrisa?
En la zona de Chillán y Ñuble estuvo complicado Cotrisa con los poderes compradores, porque entraron 20 mil hectáreas a trigo que no estaban consideradas.
En el sur Cotrisa actuó, pero convengamos que lo hizo un poco tarde y especuló mucho. Creemos que Cotrisa debe tener definida la política de compra desde antes.
Para el trigo este año fue el de la tormenta perfecta: no hubo compradores del Estado, hubo una especulación muy grande y los molinos compraron de acuerdo a sus necesidades, no se apuraron. El mercado fue muy irregular, hubo molinos que se abrieron y se cerraron. Nunca tuvimos una comercialización fluida.
Llevo 30 años como productor de cereales y es la primera vez que nos enfrentamos a un panorama donde había cero compradores en plena cosecha y eso que tengo mucho que contar en materia de siembras. He pasado desde grandes heladas hasta trigos nacidos.
-¿El alicaído escenario del trigo es el mismo que enfrenta la avena?
-No. Los malos precios de las temporadas pasadas hicieron que disminuyera la superficie destinada a este cultivo. Nosotros sembramos entre 80 mil y 90 mil hectáreas y creo que este año sólo se sembraron 60 mil hectáreas. Los años pasados siempre quedaba un excedente, pero este año no. Cuando las plantas se dieron cuenta de la cosecha más el stock recién se percataron que no tenían para el año. Por eso el precio subió.
Estamos hablando de $160 a $165 el kilo en cosecha para la temporada 2015-2016; en cambio, en 2014-2015 se vendía el kilo a $90.
Estos buenos precios aumentaron las intenciones de siembra, porque el raps estuvo bien incierto en cuanto al precio. Mucho agricultor no supo de precios hasta el último momento y los rendimientos fueron más bajos. Podemos concluir que hay una leve caída en la siembra de raps, una gran caída en trigo y un aumento en avena. Hablamos de 12 mil has. de avena, pero lo que también entró fuerte fue el lupino, por su alta calidad proteica ha aumentado la demanda. Hasta ahora había que comprar torta de soya, la que subió de precio y ahí se generó un buen mercado para el lupino.
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