La frutilla gana terreno entre pequeños y medianos agricultores de La Araucanía

El Gobierno Regional de La Araucanía, a través del Centro de Investigación INIA Carillanca, lleva adelante el Programa “Inserción competitiva de pequeños y medianos agricultores de la Región de La Araucanía en los mercados agroindustriales y de exportación”, también denominado Araucanía Asociativa, el cual comenzó con su ejecución en enero de 2020.
Su objetivo principal es instalar y fortalecer capacidades productivas y empresariales en el rubro frutícola en pequeños y medianos productores asociados, en 4 territorios o distritos agroclimáticos con pertinencia frutícola: Angol, Traiguén, Temuco y Loncoche. Lo anterior, considerando que en la región la producción agrícola juega un rol esencial en la seguridad alimentaria, constituyéndose un pilar fundamental para la economía.
“Nuestra Araucanía tiene un potencial frutícola y productores que necesitan trabajar articulados para llegar a mercados globales. Por tanto, tenemos la convicción de que Araucanía Asociativa se configura como un programa que fortalece el desarrollo regional, donde INIA cumple un importante rol”, comenta Luciano Rivas, Gobernador Regional.
En la actualidad, son 14 las agrupaciones participantes de esta iniciativa, entre cooperativas y grupos preasociativos, con las cuales se han generado programas de instalación de capacidades empresariales y productivas, de acuerdo a las brechas técnicas detectadas con los grupos. Los planes piloto de capacitación y formación con los productores consideran las demandas de la industria y circuitos cortos de comercialización, así como los requerimientos necesarios para la inserción formal de estas unidades productivas en los mercados. La mayor parte de los grupos prospectados con las Unidades de Desarrollo Económico Local (UDEL) de los municipios participantes, son productores de frutillas y frambuesas, mientras que otros poseen huertos de castaños tipo marrón, arándanos y olivos. Para el término de este programa (2027) se espera haber mejorado la gestión, producción y comercialización de al menos 40 grupos de productores asociados de la región.

Abriendo caminos a
nuevas tecnologías
Si bien las principales producciones de frutilla se concentran en las regiones Metropolitana y del Maule, reuniendo el 80% de la superficie nacional con este cultivo, La Araucanía año a año ha ido incrementando su producción, la cual actualmente está en manos principalmente de pequeños y medianos agricultores con terrenos que van desde las 0.1 a 1 hectárea. A pesar de la buena calidad de la fruta cosechada, siguen existiendo brechas importantes de comercialización y de manejo agronómico, lo cual repercute en los productores quienes deben vender su producto en el mercado informal minorista, con precios, calidades y volúmenes más bajos.
La incorporación de nuevas tecnologías al cultivo de la frutilla es de suma importancia para mejorar la competitividad de los productores y alcanzar mejor rentabilidad. Un ejemplo de esto es la producción de frutillas bajo micro y meso túneles. “La temperatura en la que se desarrolla una planta es fundamental para el rápido crecimiento de ésta y de ella depende para completar su ciclo vegetativo. Con la utilización del túnel, la temperatura se eleva y las plantas alcanzan más pronto la constante térmica que si se cultivaran al aire libre, por lo tanto, el ciclo vegetativo se acorta y se obtienen frutos precoces, obteniendo cosechas en épocas en que la región se encuentra abastecida por frutillas de otras regiones”, explica Carlos Fuentes Barra, Ing. Agrónomo, Mg., a cargo del programa.
Por otra parte, la hidroponía bajo invernadero en frutillas es otra técnica que ha ido ganando terreno. Un método de cultivo fuera de suelo que brinda los nutrientes necesarios a las plantas en cantidad y calidad mediante una solución nutritiva, logrando reducir el uso de herbicidas, fungicidas, insecticidas y fertilizantes y aprovechando al máximo el espacio, agua, nutrientes y radiación. Si bien representa una mayor inversión, la producción es intensiva y evita la mayoría de los problemas fitosanitarios que se presentan en el suelo, se tiene un mejor control de la temperatura y humedad y las cosechas se obtienen en épocas en que no hay en el mercado, con lo que la fruta durará más tiempo fresca y los clientes pagarán mejor.
El cultivo de frutilla sobre suelo en sustratos como fibra de coco, cascarilla de arroz, corteza de pino o aserrín compostados es otra técnica recomendada para agricultores que poseen pequeñas superficies de suelo y que se les hace imposible realizar rotación de cultivos. Una de las ventajas es que estos sustratos minimizan la cantidad de semillas de maleza, disminuyen el ataque de plagas y enfermedades, mejoran el drenaje y proveen de un ambiente óptimo para el desarrollo de raíces. Además la cosecha y labores requeridas por el cultivo se ejecutan de forma más cómoda, ya que las plantas se ubican a una altura elevada sobre mesas.
“En este sentido, dentro de las líneas de trabajo de Araucanía Asociativa se tiene como objetivo la instalación de unidades demostrativas y tecnológicas en predios de agricultores beneficiarios del programa, donde se pretende incorporar nuevas tecnologías en los cultivos existentes para transmitir técnicas y conocimientos innovadores de manejos y con esto llegar a incrementar su producción, mejorando la calidad y condición de la fruta, competitividad, rentabilidad y acceso a mercados”, explica Claudia Lüer, Ing. Agrícola del programa.

Gira de capturas
tecnológicas en la
zona centro sur
del país
Con esta mirada, el programa realizó una gira a las regiones del Ñuble y Maule con beneficiarios directos, gracias a financiamiento del Gobierno Regional. Lo anterior, con el fin de tomar contacto con importantes empresas y productores del mundo agrícola que permitan fortalecer la gestión y producción de las organizaciones. En esta instancia se visitó el Laboratorio de Hongos Entomopatógenos de INIA Quilamapu, la planta de congelados de Frutícola Olmué en Chillán, un huerto modelo de frutillas del agricultor Luis González en la comuna de San Carlos, Agrícola Rabalme en la comuna de Bulnes y el predio de investigación de Agrícola Llahuén en la comuna de Parral.
En el huerto de frutillas del agricultor Luis González en San Carlos, se pudo conocer su testimonio. Un productor que partió con una pequeña superficie y que gracias a su trabajo y dedicación fue creciendo, hasta lograr tener en la actualidad una cantidad considerable de plantas de frutilla en producción que alcanza las 5 hectáreas aproximadas, con rendimientos potenciales de 120 toneladas por hectárea. “En La Araucanía los rendimientos bordean en promedio las 60 toneladas por hectárea. Esto indica que existen brechas técnicas importantes, tanto en el uso de variedades adecuadas, época de establecimiento, marco de plantación y manejo general”, acota Fuentes.
Por otra parte, en Agrícola Llahuén en Parral, se visitó el vivero y predio de investigación, donde el investigador y asesor técnico, Benjamín Zschau, entregó una charla sobre variedades desarrolladas por la empresa, características y algunas opciones de producción para el trabajo con las cooperativas.
Sin duda esta actividad resultó muy provechosa para los agricultores, quienes quedaron sorprendidos con el nivel de tecnología empleado en el cultivo de la frutilla en dichas regiones. Tanto así que la Cooperativa Mapu Kelleñ de la comuna de Pitrufquén replicará lo visto, relacionado con el cultivo fuera de suelo.
Quienes hoy son parte del programa, valoran que el Gobierno Regional haya apostado con fuerza por las cooperativas de la región y por articular a grupos que necesitan transformarse para ser más competitivos, donde INIA es el referente técnico validado y confiable para los productores. Es tal la relevancia de la iniciativa que para el 07 y 08 de junio se prepara un seminario técnico en frutillas y frambuesas para los agricultores del Programa Araucanía Asociativa e interesados.
Si nuevos grupos quieren unirse al Programa, el enlace de inscripción es: www.inia.cl/araucaniaasociativa