Publicado el 13 julio, 2015 | por editor
La estrategia del rubro bovino para aumentar el consumo de carne nacional
“Si la gente conoce los beneficios de consumir una carne que ha sido criada a pasto y con una serie de ventajas en bienestar animal, puede que estén dispuestos a pagar más porque están obteniendo calidad nutricional y una mejor calidad de vida”, asegura Christian Arntz, presidente de Fedecarne.
Si bien en 2014 el consumo de carne bovina en Chile llegó a un récord de 25 kilos per cápita anuales, con un aumento de 600 gramos respecto de 2013, la apuesta es seguir aumentando este número, pero con carne ciento por ciento nacional.
El trabajo ya comenzó. Se constituyó una mesa público-privada, donde los esfuerzos de todos los actores de la cadena apuntan a esa dirección. La meta es elaborar una campaña publicitaria que promocione los atributos de la carne chilena.
“Nuestro objetivo es Chile, ya que el mercado nacional es el más relevante para nosotros. Tenemos una carne con particularidades desde el punto de vista de la salud humana muy buenas que no las sabe nadie y eso es lo que nosotros queremos transmitir”, explica Arntz.
Según Romina Aguirre, sectorialista de la Oficina de Políticas y Estudios Agrarios (Odepa), todo esto partió a raíz de la mesa nacional para la ganadería de la carne que es una instancia público privada que tiene el objetivo de asesorar al ministro de Agricultura en temas de ganadería.
“Esto surge de una solicitud del sector privado. La idea era establecer las mesas para primero diagnosticar las brechas que existen en el sector y así mejorar la competitividad y generar un plan de acción para poder superarlas. La detección de las brechas la hicimos en 2014 y este año estamos en la fase de implementar estas acciones”, advierte Aguirre.
Gracias a este trabajo se detectaron brechas en capacitación y extensión a nivel de productor y de toda la cadena y brechas en la diferenciación de productos.
“La idea es llegar a más consumidores, desmitificar que la carne es dañina para la salud y es en eso en lo que estamos trabajando”, aclara Aguirre.
En cuanto a las acciones, ya hay proyectos de investigación que van en esa línea, por ejemplo la asociación de los sistemas productivos a distintas zonas geográficas para diferenciar las carnes y estudios de valoración de los atributos de la carne.
El foco del trabajo de la mesa de la carne, que recientemente se reunió en La Araucanía, está puesto en que el consumidor esté más informado.
“Esto no se había hecho antes, porque como cadena (productores, feria, plantas y comercializadoras), nunca habíamos visto el interés para hacerlo. Ahora al saber que tenemos un producto de excelente condiciones y no promocionarlo, para nosotros es un pecado. Parte de nuestro trabajo es lograr una campaña publicitaria para mostrar las bondades de la carne, siguiendo muy de cerca el ejemplo de los productores lecheros”, afirma Arntz.
beneficios de la carne
El alza en el consumo de la carne de vacuno desplazó a la carne de cerdo al tercer lugar, posicionando a la bovina con el 29% de participación en el mercado de las carnes, donde la más consumida es la de ave.
El principal gancho comercial de la carne de vacuno chilena es que proviene de reces criadas en el campo, alimentadas en praderas.
“Es una carne que tiene poca grasa, que es lo que más complica a la gente. Hay ciertos cortes que califican como carne extra magra que puede competir con un pollo que es lo que más se recomienda a la hora de mantener una dieta saludable. Incluso existen algunos cortes en que la grasa es menor que en el pollo. Otra de las características de este producto es que su grasa es beneficiosa para el ser humano”, sostiene Christián Arntz.
El dirigente gremial insistió en que si uno prefiere carne nacional tiene ciento por ciento garantizado que lo que se informa en el etiquetado es lo que se está consumiendo. En cambio con la carne que proviene del extranjero “no se sabe”.
“Puede tener las mismas propiedades o muy distintas, pero nadie puede asegurar eso”, recalcó.
En cuanto a los problemas a la hora de competir con cortes foráneos, el etiquetado y la fiscalización lideran la lista
“La etiqueta no entrega toda la información para que el consumidor realice una buena elección, mientras esto no cambie la recomendación es muy simple: si uno quiere consumir un producto que tenga un ciento por ciento las características promocionadas debe consumir carne nacional”, indica.
Los estudios para certificar el valor nutricional de las carnes rojas están. También se midió sus atributos en una muestra representativa del ganado nacional y si bien existen diferencias entre la carne producida en el sur (que es a base de pasto) y la de la zona centro que tiene un poco más de materia grasa, porque consume más granos, ambas calzan dentro de una carne magra.
ESTUDIOS
Rafael Larraín, académico de la Facultad de Agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Santiago, es experto en la materia, bajo el título “Composición de la Carne Bovina Nacional”, realizó una investigación cuyo objetivo fue generar la información necesaria para iniciar el desarrollo de una estrategia de diferenciación de carne bovina nacional sobre la base de cortes “saludables”.
Los resultados indican que la composición de la carne bovina nacional es similar a la de algunos de los cortes de otras carnes que son recomendados para hacer una dieta “más saludable”.
“Profundizar en los efectos del consumo de carne nacional sobre la salud de las personas debiera convertirse en una prioridad para la industria y el sector de profesionales de la salud en Chile, especialmente considerando la importancia que tiene la carne bovina como fuente de nutrientes para la población, tales como aminoácidos esenciales, hierro, zinc y vitaminas del complejo B”, indica el investigador.
Las estadísticas oficiales señalan que en Chile en los últimos años se ha registrado un aumento sostenido del consumo de carne llegando a 89 kilos per cápita al año, destacando el consumo de carne de ave con 37, 5 kg. En carne vacuna, el consumo, aunque a un ritmo menor, ha venido también en aumento indicándose un consumo en 2013 de 24, 2 kg per cápita.
En este escenario es clave saber qué es lo que valora el consumidor a la hora de elegir la carne de vacuno. La nueva investigación de Larraín apunta en esta dirección y ya se dieron las primeras luces. La terneza, que tan blanda sea la carne, es lo que más le importa al consumidor, luego se preocupa de que sea jugosa y en tercer lugar está el sabor. Después entran otras características como el olor, la apariencia y el precio.
Otro punto importante, según precisó el investigador, es que cuando el consumidor ya decide qué comprar siempre está pensando en cual va a ser el destino. “La decisión es distinta si esta carne es para comerla todo los días en la casa o si es para una celebración o una fiesta. El proceso de elección, las expectativas y lo que espera va a ser muy distinta dependiendo del uso”, informa.
Hasta ahora el único grupo para el que el país de origen es relevante es para el C1. “Los estratos más acomodados, especialmente los hombres se preocupan de este punto. Ellos suelen estar pensando en asados y pareciera que ahí hay una discriminación negativa hacia Paraguay y Brasil. En los otros grupos pareciera que el país de origen no es muy relevante”, sostiene Larraín.
La idea de este estudio era definir que aspectos eran más importantes para el consumidor para luego hacer las entrevistas y cuantificar estos resultados.
“Queremos saber qué valoran más de los atributos intrínsicos (sabor, terneza), saber qué tanto más importante es uno del otro y poder convertir eso en un número de manera de poder clasificar la carne. La idea es poder decir: esa carne es excelente, buena o no es buena. Queremos hacer eventualmente a nivel de industria un sistema de tipificación, por que la actual no entrega nada, todo es V y dentro de V hay mucha variabilidad. La idea es hacer este proceso de manera objetiva y para ello es necesario estandarizar los parámetros. Darle más información al consumidor”, sostiene Larraín.
ESTRATEGIA
Adrián Catrileo especialista en bovinos de carne de Inia Carillanca, señala que para impulsar el consumo nacional es clave comunicar los elementos diferenciadores con respecto a la competencia.
Lo primero, afirma, Catrileo es promocionar lo saludable que es la carne nacional.
“Esta información debe ser conocida en los distintos niveles de consumidores. Hoy día la gente fundamentalmente compra por precio y desconoce los nutrientes que contiene la carne com0 producto. Es esencial que se den a conocer los atributos de la carne. Se trata de un producto que ofrece un buen porcentaje de proteína sobre un 20%, ofrece una buena dosis de minerales, vitaminas, zinc y hierro, que son muy necesarios para el crecimiento del ser humano en todas las etapas de la vida”, aconseja el experto.
Para el investigador también es necesario llegar a líderes de opinión tanto de la salud pública (médicos, nutricionistas) como políticos que puedan intervenir y favorecer el consumo de carnes nacionales.
“Hay que desmitificar el consumo de carnes rojas cuando se trata de animales producidos en sistemas pastoriles que hace una diferencia importante con carnes producidas en otras latitudes”, concluye Catrileo.
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