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Publicado el 27 julio, 2020 | por editor

La demanda por alimentos nutritivos en pandemia impulsa exportaciones de avena

La exportación de avena para consumo humano ha sido el motor de la producción de este cultivo en Chile, el que se extiende desde Maule hasta la región de Los Lagos. Según precisa Eduardo González Oyarzún, director regional de ProChile en La Araucanía, en los últimos cinco años los envíos anuales de este cereal en el país han bordeado los 100 millones de dólares.

“El año 2018 se exportaron 91 millones de dólares y en 2019 fueron 103 millones de dólares. En el último período enero-mayo de 2020 llevamos acumuladas exportaciones por 49 millones de dólares, un 33% superiores al mismo período del año pasado”, precisa González.

La Araucanía, región que ha sido considerada por años como el granero de Chile, es la principal productora y exportadora de este alimento. En 2019, del total de US$103 millones exportados a nivel nacional, US$ 70 corresponden a esta zona, seguido de Biobío (US$ 26 millones), Ñuble (US$ 2,8 millones) y Los Lagos (US$ 2,4 millones).

DE CHILE AL MUNDO

La avena, al igual que el trigo y maíz es parte de la cadena de producción de alimentos, y por ende, materia prima que es comprada por la agroindustria para el procesamiento y elaboración de diferentes productos. De acuerdo con el estudio de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa 2017), en la actual industria de la avena en Chile las compras del grano están destinadas a la producción de avena pelada estabilizada y hojuelas, aun cuando también se generan productos secundarios, como la harina y el salvado de avena, que están orientados principalmente a las exportaciones.

“La avena blanca en la actualidad se consume en distintas formas, en láminas, aplastadas o enteras, en hojuelas listas para servir y en diversas presentaciones, como mezclas de cereales para el desayuno, en barras energéticas, granolas y galletones”, expone González, quien reafirma que pese a que el mundo está enfrentando una de las peores crisis sanitarias de su historia, las exportaciones de este cereal están lejos de decaer.

“Observamos un alza de las exportaciones de avena. Es necesario considerar que, ante la actual situación sanitaria, ha aumentado el consumo de alimentos básicos, entre los cuales la avena aparece como una económica y saludable alternativa para los hogares”, recalca.

MERCADO

Latinoamérica es el principal destino de las exportaciones de avena chilena. En 2019 –advierte el director regional de ProChile- el 20% de los envíos fue a Colombia, el 19% a Perú, el 10% a Ecuador, el 9% a Guatemala, el 7% a República Dominicana, el 7% a Nicaragua, el 6% a India y después aparecen con participaciones menores otros países como Costa Rica, China, Venezuela, México, Bolivia, Argentina, Panamá y Honduras.

“Hoy estamos trabajando en fortalecer las exportaciones a Asia, en particular China, Tailandia, Taiwán o Vietnam, donde cada vez más aprecian la avena procesada”, precisa González.

Al respecto, Carlos Sandoval, gerente de Finanzas y Abastecimiento de Empresas Agrotop -principal procesador y exportador de este grano en Chile a través de Avenatop-, sostiene que tanto Latinoamérica como Asia vienen con tasas de crecimiento de consumo por sobre el 7% dado que es considerado un producto saludable, nutritivo y funcional.

Eso sí, la oferta en el contexto mundial -explica Sandoval- depende de las superficies de siembra y condiciones climáticas de Canadá y Australia, principales países productores y exportadores y, que en la práctica, compiten con la avena chilena.

PRECIOS HISTÓRICOS

Con una producción variable, de acuerdo a la superficie sembrada, con rangos entre los 450.000 a 600.000 t/anuales, la avena venía enfrentando un par de años de bajos precios, situación que comenzó a cambiar hace ya tres temporadas. Así lo explica, Max Boehmwald, subgerente Agrícola de Empresas Agrotop.

“El cultivo de avena lleva tres temporadas consecutivas con precios atractivos, siendo esta última la más relevante e histórica. Lo que ha significado una mejora en la rentabilidad de este cultivo para los agricultores”, sostiene.

Precisamente en la última temporada los productores recibieron hasta $250 por kilo. Para la próxima campaña se estiman precios por sobre los $140.

La explicación para estos precios históricos, desde la mirada de Agrotop, obedece a una sumatoria de distintos factores, algunos de carácter coyuntural y otros estructurales, siendo los principales: una tendencia de demanda creciente a nivel internacional de los últimos años, impulsada puntualmente por la contingencia del Covid-19, sobretodo en países centroamericanos; baja superficie nacional de la siembra 2019 (cosecha 2020), sumado a bajos niveles de stock al cierre tanto en agricultores como en la industria de proceso. A todo esto se agrega un dólar por sobre 800 CLP/USD y un aumento de la capacidad de proceso en Chile.

“Muchos de los factores se mantendrán por lo que seguimos viendo buenas perspectivas para el precio de la avena a productor en la próxima cosecha, estamos convencidos que es una buena opción de siembra para el agricultor, por lo que esperamos un aumento de un 20% a 30% en la superficie”, advierte Carlos Sandoval, quien complementa que este cultivo “se siente muy bien en Chile lo que nos lleva a ser competitivos en términos de calidad del grano y rendimiento en campo”.

Justamente, el gerente de Finanzas y Abastecimiento de Empresas Agrotop, explica que los rendimientos a nivel nacional están en el orden de las 5,2 a 5,4 ton/ha, lo que posiciona a nuestro país como uno de los más eficientes en este segmento, superando las 9 ton/ha en algunas zonas del sur.

CAMPOS BAJO CONTRATO

Agrotop maneja cerca de 30.000 ha desde Linares a Osorno bajo la modalidad de contrato. “Desde nuestra experiencia la agricultura de contratos ha sido un pilar fundamental para que toda la cadena de valor de la industria nacional de la avena y el raps se consolide. Este permite dar trazabilidad y claridad de abastecimiento a la industria (local e internacional), certidumbre de precio y entrega, además de otros aspectos positivos como acceso a asesoría y financiamiento para el establecimiento del cultivo”, señala Sandoval.

Agrega que las principales exigencias a los productores están en línea con lo que la industria final requiere y tienen relación con la calidad del producto a entregar. “Muy importante es cuidar el nivel de impurezas, sobretodo la presencia de avenilla y otros granos como trigo, también considerar el no uso de desecantes previo a la cosecha los cuales dejan trazas importantes en el grano y por ende son causal de rechazo. Relevante es también el tamaño de grano, que no esté manchado y/o germinado”, concluye Sandoval.

En tanto, Max Boehmwald, sostiene que Agrotop sigue fortaleciendo lazos con los agricultores proveedores a través de seguimiento técnico e I&D.

“Estamos ampliando capacidad de proceso, acopio y centros de recepción para que nuestros productores estén más cercanos y continuamos fortaleciendo contratos con precios anticipados que estén en línea con las expectativas de los agricultores. Está en nuestro ADN la permanente búsqueda de nuevos mercados que puedan ser un aporte a nuestros clientes e industria nacional”, precisa.

MÁS AL SUR

Si bien La Araucanía concentra el mayor nivel de producción, la región de Los Lagos presenta importantes rendimientos y grandes condiciones agronómicas para su cultivo. En 2019, Los Lagos, anotó envíos por sobre los 2,4 millones de dólares.

En el mes de enero de 2020, antes de la pandemia, la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago) realizó su Informe de Expectativas por sector. En ese entonces se estableció, respecto de los granos en general, que en las intenciones de siembra para la temporada 2020/2021 tendrían un leve aumento de superficie de 2,5%.

“En cuanto a la avena en específico se observó que el año pasado tuvo una buena cosecha y rindes elevados, pero con una superficie inferior a lo normal”, explica el presidente de la Sago, Christián Arntz.

Respecto a las intenciones de siembra para 2020/2021, prevén una variación anual de 30%, con lo que se podría llegar a 100 mil hectáreas a nivel nacional. “Podríamos recuperar los stocks para la industria nacional, con lo cual los precios tenderán a una normalidad y sin caer en una sobre oferta”, recalca Arntz, quien reconoce las buenas perspectivas para este rubro. “No debemos olvidar que en Latinoamérica hay un aumento del consumo anual de avena promedio del 7 por ciento en los últimos años”, concluye.

 


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