Publicado el 28 mayo, 2018 | por editor
La agricultura en la macrozona sur de Chile: un enfoque de largo plazo
En las regiones del Bío Bío, Araucanía, Los Lagos y Los Ríos se genera el 32% de la actividad agropecuaria y silvícola del país, sector que pesa en promedio un 3,2% del producto interno bruto nacional. En promedio, esta rama económica proporciona empleo al 9,2% de la fuerza de trabajo del país y en la zona sur esta razón se eleva al 20%, siendo uno de los motores de la ocupación y generación de encadenamiento productivos, donde una buena fracción del PIB regional está representado por el agro.
Al analizar los desafíos para la agricultura, existe consenso en que las brechas para alcanzar el potencial se concentran en avanzar fuertemente en competitividad, rendimiento y productividad. Mejoras en términos comparativos permitirán generar ventajas competitivas en distintas industrias, pudiendo blindar al sector de variables coyunturales como las variaciones del tipo de cambio y precios de los commodities. Es en este contexto que plantearemos los retos del agro con una visión mediano y largo plazo.
El sector frutícola mantendrá durante el año una buena performance derivada de un crecimiento de la demanda. Los berries seguirán siendo la niña bonita del sector junto al avellano.
Pese a que esta industria requiere avances en el desarrollo de proyectos de riego y sistematización de procesos, que permitan mantener una oferta estable impactando positivamente en la productividad y eficiencia. Los microembalses de los pequeños productores, no son suficientes y la política fiscal que busca fomentar la mecanización agrícola en este ámbito, debe orientarse a una capacitación intensiva y permanente que permita potenciar la eficiencia, especialmente para la agricultura familiar campesina. El fomento productivo y la generación de clusters productivos que potencien la comercialización y la apertura de mercados para el pequeño agricultor, contribuirían también al desempeño del rubro. Por años se ha incentivado la producción, ahora se debe pasar a un estadio mayor, fortaleciendo la comercialización y distribución.
PRIMER TRIMESTRE
El primer trimestre de este año se ha mostrado estable para el trigo y los cereales, ha mejorado el rendimiento considerando que los mercados internacionales permanecen sin grandes fluctuaciones y la producción global ha crecido moderadamente, sin impactar violentamente los precios. La demanda de lupino, avena y raps se ha mantenido dinámica. La actividad de los granos, ha impactado positivamente a las tasas de crecimiento económico del agro en la zona sur, esta situación se mantendría, en línea con las expectativas de agricultores.
Se mantiene el desplazamiento de la producción de leche a las regiones de Los Lagos y Los Ríos, donde se ha propiciado el desarrollo de clúster y la integración de la cadena productiva, esto estar{ia generando eficiencias en el manejo de los costos de producción. Los avances en productividad, sumados a potenciales regulaciones de la tipificación y calidad de la carne que proviene de otros países, propiciarían una mejor competencia para los productores locales.
El vino sigue siendo sigue siendo una industria de proyección en el sur, el clima ha favorecido este desarrollo los últimos años, transformándose en una oportunidad para el sector que permitiría la apertura a mercados internacionales. Para ello se debe seguir avanzando en la vinificación, fortaleciendo la diferenciación explorando los segmentos de las especialidades incorporando tecnología y mecanización de los procesos productivos. Todo lo anterior requiere incrementar la formación bruta de capital físico y la capacitación del capital humano en esta industria.
El primer cuarto del año ha sido favorable para el agro, mostrándose como un sector que ha aportado positivamente al crecimiento económico del país. En el contexto planteado, se corrige al alza la proyección de crecimiento para el sector en un rango de 3% al 4%.
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