Publicado el 5 octubre, 2020 | por editor
INIA implementa Programa de Desarrollo de Polos Frutícolas para la formación de nuevos fruticultores en La Araucanía
Contribuir a la adopción de nuevas tecnologías frutícolas y a la reactivación económica de la Región de La Araucanía es el objetivo del Programa “INIA Carillanca Desarrollo de Polos de Innovación Frutícola”, financiado por el Gobierno Regional y la aprobación del Consejo Regional. La Iniciativa, ejecutada por INIA Carillanca, forma parte del Eje estratégico Agricultura del Plan Impulso Araucanía, cuyo propósito es generar, validar y transferir tecnologías en el área de producción de frutales, que contribuyan a fomentar la competitividad de pequeñas explotaciones agrícolas y desarrollar un programa de extensión. Esto permitirá que agricultores y técnicos, amplien conocimientos, competencias y habilidades, para acelerar la reconversión productiva hacia sistemas de producción altamente intensivos. De esta forma, se espera alcanzar a 3 mil beneficiarios en un lapso de 8 años.
El programa está liderado por investigadores y un equipo de profesionales altamente calificados y especializados de INIA, quienes desarrollarán los cuatro componentes del programa: (1) Extensión y transferencia tecnológica; (2) Unidades de validación tecnológica; (3) Unidades de investigación y, (4) Formación de capital humano.
En el componente Extensión y Transferencia Tecnológica, se realizará un programa orientado a la formación de nuevos fruticultores para la región, cuyo propósito será transferir conocimientos y desarrollar habilidades, para enfrentar la etapa de establecimiento de nuevos huertos. El programa hará énfasis en aspectos relacionados con la formulación de proyectos frutícolas, articulación con los servicios ligados a agricultura y economía, para la captura de incentivos y créditos a la fruticultura, y en aspectos técnicos de fruticultura, que permitan al productor, contar con herramientas para dar factibilidad técnica y económica a sus nuevos proyectos frutícolas.
Como herramienta de apoyo a los productores, se ha propuesto también la implementación de seis unidades de validación y transferencia tecnológica, las que serán distribuidas en seis territorios priorizados, por aptitud frutícola en la región. En las unidades serán validadas tecnologías frutícolas para especies frutales como cerezo, almendro, olivo, avellano europeo, castaños, nogales, arándanos y frambuesas.
Finalmente, el componente de formación de Capital Humano busca potenciar el desarrollo de proyectos frutícolas y el recambio productivo de los agricultores, a través de la formación de profesionales especializados en fruticultura, cuyas competencias adquiridas, permitan ser trasferidas a nuevos productores de la región, en el proceso de transición hacia sistemas de producción de fruta modernos y competitivos.
VALIDACIÓN DE NUEVAS TECNOLOGÍAS FRUTÍCOLAS
El Programa Polos de Innovación Frutícola que ejecuta INIA Carillanca en el marco del Plan Impulso Araucanía se implementará una “Unidad de Investigación”, para la generación y validación de nuevas tecnologías que serán transferidas a productores que se inician en la industria frutícola. Se utilizarán herramientas de sensoramiento remoto (drones, cámaras multiespectrales, estaciones meteorológicas), equipos de medición de variables fisiológicas de la planta (fotosíntesis, estrés biótico y abiótico), y tecnologías de postcosecha, cuyo fin será evaluar la adaptación edafoclimática de especies de frutos secos (avellano europeo, castaño, almendro y nogales); frutos frescos (arándanos y cerezos) y de transformación industrial (vides viníferas, olivos, frambuesas y maqui).
Se investigará respecto al comportamiento de nuevas variedades y portainjertos, integradas a nuevas tecnologías de manejo agronómico (Protección de cultivo, alta densidad, sistemas de formación y polinización) y con ello dar respuesta a los desafíos que impone el cambio climático (incremento de temperatura, disminución de precipitaciones y eventos extremos) sobre la productividad, calidad y sustentabilidad de la producción frutícola para la zona sur de Chile.
Avellano europeo: INIA Carillanca viene realizando investigación y transferencia desde el 2007. Los trabajos nacieron de las demandas (brechas tecnológicas) de los productores y empresas relacionadas con el rubro. Sin embargo, existen nuevos desafíos para una industria en expansión, como es la baja productividad respecto de otros frutales. Algunas de las líneas de investigación abordadas por el programa serán (1) evaluación de portainjertos clonales de menor vigor y sin emisión de sierpes, los cuales han sido previamente desarrollados por INIA Carillanca-Ferrero. El desarrollo tecnológico de dichos materiales, permitirá emplear modelos productivos más intensivos, con el fin de acelerar la entrada en producción, aumentar rendimiento unitario y producir avellanas con manejos más amigables con el medio ambiente.
Estas tecnologías permitirán prescindir del uso de herbicidas para el control de sierpes con su disminución de costos de operación, y reducir los requerimientos hídricos y nutricionales por unidad de superficie, disminuyendo el costo energético. (2) Evaluación de selecciones clonales locales de avellano de mayor calidad de rendimiento industrial, elevado blanching y (3) tecnologías de polinización que permitan complementar la polinización cruzada y mejorar la productividad y la calidad de fruta.
Cerezo: en el sur de Chile el cultivo se basa fundamentalmente en tres variedades (Lapins, Regina y Kordia) de maduración semi-tardía y tardía. Las variedades autofértiles (Lapins), han evidenciado problemas de partidura (sin techo), susceptibilidad a cáncer bacterial bajo condiciones de primavera fría y de alta humedad, y cosechas tempranas, que no permiten desmarcarse de los elevados volúmenes producidos al norte de La Araucanía. Por otro lado, Kordia y Regina, si bien se caracterizan por ser tardías y más tolerantes a la partidura, han mostrado menos niveles productivos, en particular Kordia, debido al hábito de fructificación, sincronía entre polinizantes y la variedad principal, heladas a inicios de brotación, susceptibilidad a enfermedades, cuando son combinadas con portainjertos más débiles, particularmente Gisela 5.
En dicho contexto, surge la necesidad de evaluar nuevas variedades, más productivas, de mayor calidad, condición de cosecha más tardía, combinación de portainjerto/variedad bajo las condiciones agroecológicas de la región. Entre las tecnologías que se espera validar, está el incremento de la densidad de plantación con modelos productivos que permitan mejorar la intercepción de luz y que en sus etapas de formación y producción se sustenten con menos podas invernales, favoreciendo podas en verde, con el fin de evitar la entrada de enfermedades y mantener en equilibrio el vigor del huerto, productividad y calidad.
Arándanos: durante las últimas décadas el mercado chileno del arándano ha experimentado un constante crecimiento, alcanzando actualmente cifras récord de exportaciones de fruta fresca. Sin embargo, existen factores de mercado que amenazan la competitividad de la industria chilena, como la sostenida caída de precios, incremento de los volúmenes exportados y la incorporación de nuevos competidores en el mercado de contra-estación. En este sentido, países como Perú, México y Sudáfrica, han ingresado exitosamente al mercado del arándano, con nuevas variedades de alta productividad, calidad y condición, ofertando arándanos en las ventanas de inicio (octubre a diciembre) y término de temporada (marzo a abril). La producción de arándanos en la zona sur de Chile se caracteriza por el uso de variedades de alto requerimiento de frío, al aire libre y en bajas densidades. Con el fin de ampliar el portafolio de variedades para el sur de Chile, es de interés evaluar las nuevas generaciones de variedades de altos requerimientos de frío, ventanas de cosechas intermedias y tardías, que presenten alta productividad y condición viajera. Se estudiarán tecnologías de protección de cultivos, que permitan enfrentar eventos climáticos extremos, y cuya relación costos y beneficios sean favorables para el productor.
Frambueso: esta industria ha experimentado una acelerada disminución en el volumen de exportación para el mercado de congelados, asociado a la baja productividad que han experimentado los huertos, fundamentalmente en manos de pequeñas unidades productivas. La industria del frambueso en Chile, se concentra mayoritariamente en la producción de dos variedades (Meeker y Heritage), las cuales fueron introducidas en la década de los 80 y aún vigentes. El programa, espera evaluar nuevas variedades para industria y para fresco, que se adapten a las cambiantes condiciones climáticas, y a las necesidades de mecanización, a fin de mejorar la productividad, calidad y competitividad de los sistemas productivos en la zona sur.
Maqui: este cultivo aparece como una interesante alternativa productiva, que ha generado alto interés en el mercado de los antioxidantes. Sin embargo, los esfuerzos realizados para desarrollar paquetes tecnológicos de producción, son aún insuficientes para dar respuesta al potencial productivo de las distintas selecciones clonales que han sido rescatadas a lo largo del país.
En este sentido, el énfasis de la investigación se concentrará en el estudio de validación de sistemas de conducción y marcos de plantación, que permitan al cultivo facilitar labores de mecanización como la poda y cosecha, de manera de hacer sustentable el desarrollo de los huertos.
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