INIA Carillanca: la Joya Verde de La Araucanía cumplió 64 años de historia

Los nuevos escenarios que enfrenta la agricultura demandan importantes desafíos, como es la sustentabilidad alimentaria. En este sentido, invertir en investigación agrícola se vuelve muy necesario, pues en menos de 10 años el planeta habrá llegado a un momento crítico en lo que respecta a su capacidad de sostener la vida como la conocemos. Con una población creciente y tierras de cultivo cada vez más agotadas y reducidas, no cabe duda entonces que invertir en ciencia aplicada al campo es precisamente ahora.

La agricultura a nivel global se enfrenta al reto mayúsculo de alimentar más y mejor a la creciente población mundial con limitaciones notables. En tal sentido, la inversión en agricultura y desarrollo rural se devela como un factor clave para la reducción de la pobreza y el hambre. Hoy es fundamental acercar el conocimiento científico a los grandes y pequeños agricultores, técnicos y profesionales que asesoran el campo, como también instancias desde donde se formulan políticas públicas. El reto es producir más con menos recursos, y hacerlo de forma sustentable. Un desafío que INIA Carillanca se impone al celebrar 64 años de vida institucional, con el aporte de nuevas generaciones de investigadores, escuchando las demandas reales y reconociendo que trabajar en red es la fórmula. Esta ruta histórica de la joya verde en La Araucanía también ha sido cimentada con el conocimiento de muchos trabajadores y trabajadoras que dejaron su huella, que sin duda aportaron a mejorar la calidad de vida en el campo y al sistema agroalimentario de toda la sociedad.

Conscientes de este rol, INIA Carillanca celebró su aniversario con diversas actividades, destacando la cuenta pública de su Directora Regional, Gabriela Chahín, a un año de su nombramiento, quien dio a conocer los avances en diversos proyectos de investigación, convenios, vinculación y transferencia tecnológica, entre otros. En la oportunidad estuvo presente el Gobernador Regional, Luciano Rivas, el Seremi de Agricultura, Héctor Cumilaf, invitados especiales y trabajadores/as.

Uno de los tres centros más importantes del país que combina ciencia, tecnología e innovación es INIA Carillanca, la joya verde de La Araucanía. En 64 años de historia se ha insertado en el quehacer local-regional, con logros significativos en áreas como cultivos tradicionales, ganadería, nuevas alternativas productivas para la región como los frutales menores y mayores. Siguiendo los lineamientos del MINAGRI, hoy se trabaja con mayor fuerza en investigaciones que son soporte de la seguridad alimentaria y desarrollo sostenible de región.

Responder a los temas prioritarios del sector agrícola en relación con la investigación, inversión y desarrollo es una de las características fundamentales de este Centro. Sin embargo, para explicar cuánto reditúa la investigación, bastan un par de ejemplos. En la década del 60, al inicio de la creación del Centro Experimental Sur, nombre inicial de INIA Carillanca, se introdujeron nuevas variedades de cereales. También, con estudios propios y a nivel local, se fueron creando variedades mejor adaptadas y de mayores rendimientos. Desde entonces los rendimientos promedio regionales de los principales cereales han aumentado por 3 a 4 veces y la calidad de estos granos ha aumentado ostensiblemente. Estudios independientes realizados por connotadas universidades nacionales, han concluido que un 50 % de este mejoramiento se debe a los aportes de la genética.

Parte de esta historia son las personas que fueron reconocidas por años de servicio en la institución: Cristian Ortiz (10 años); Miguel Ellena, Juan Inostroza, Luis Catalán, Wilson Zambrano y José Miguel Alcalde (30 años en INIA); Guillermo Contreras, Pedro Arias y Juan Levío (40 años), y Desiderio Soto (45 años). La ceremonia fue un momento para despedir a quienes ya han cumplido una etapa en INIA Carillanca y se retiran a su jubilación: Gabriel Saavedra (investigador hortícola); Miguel Ellena (investigador frutícola); Fredy Valenzuela (taller); Alicia Acuña (tesorera) y Juan Huenupán (auxiliar de servicios).

La historia de INIA Carillanca, que partió en 1959 con el Centro Experimental Sur, se sigue escribiendo con nuevas ideas y el compromiso por el desarrollo de la Región de La Araucanía.