Publicado el 6 junio, 2022 | por editor
Frambuesas, una oportunidad en medio de un panorama complejo
Cuando se proyectaba un aumento progresivo en la producción de la frambuesa, luego de un descenso en su volumen producto del clima y la pandemia durante el 2020, el mercado de este fruto rojo vivió un nuevo inconveniente.
Para finales de 2021, Ucrania se posicionaba como el séptimo productor mundial de frambuesas, con una producción aproximada de 35.000 toneladas. Sin embargo, y producto del conflicto militar en el que se encuentra involucrado el país, sus producciones bajaron, proyectando un déficit en el futuro del mercado y generando una oportunidad para la producción nacional.
Además, el rendimiento promedio de frambuesa para la industria en Chile ha ido bajando principalmente por temas de desgaste en la genética actual, pasando de mas de 10 toneladas por hectáreas a alrededor de 4. Esto debido a que un alto porcentaje de la producción de frambuesa de Chile proviene de huertos ya desgastados, o bien se ha crecido en base a la multiplicación vegetativa de estos mismos huertos.
Sin embargo, aún quedan alternativas para reactivar la producción nacional y es justamente a través de la utilización de plantas multiplicadas in vitro, apuntando a una renovación masiva de los huertos de Heritage y Meeker.
Realidad actual
“La frambuesa históricamente ha mantenido un precio promedio de alrededor de $1.000 en la zona sur (Temuco al sur) el cual varía de $850 en años complicados de precio a $1.300 en años “buenos”. Esa es la realidad si uno visualiza la última década en cuanto a los precios pagados al agricultor por las empresas congeladoras” comenta Rudy Quezada, administrador de Agropecuaria Unihue Ldta.
Chile produjo el año pasado 25.000 toneladas de frambuesas (hace 5 años producía 60.000 toneladas). De este volumen, entre el 40% y 45% se dirige a Estados Unidos. Nuestro país cuenta actualmente con algo más de 4.000 hectáreas de esta fruta, que principalmente se encuentra en manos de cerca de 8.000 pequeños productores.
Las últimas dos temporadas 2020 –2021 y 2021-2022 no han sido como se esperaba. La producción mundial ha continuado a la baja debido en parte a la pandemia, factores meteorológicos y disminución de la superficie plantada. A los factores anteriores se le suma la aparición de la plaga Drosophila Suzukii, que ha hecho aumentar los precios de la frambuesa y los ha llevado a pasar de $850 a $1.300 la temporada 2021 y llegar a valores históricos de $2.500 a $ 2.800 por kilo a productor que se pagaron este año por fruta calidad IQF (70 % fruta entera a la recepción).
“Se prevé algunos años de buenos precios similares, o cercanos, a $2.500 el kilo lo que ha hecho que se estén realizando proyectos de nuevas plantaciones con superficies mayores, unidades de 20 a 40 hás, con cosecha mecanizada, ya que no hay mano de obra para recolección manual para este tipo de proyectos” agrega Quezada.
Hoy la realidad del cultivo a nivel local es de superficie, por agricultor, menor a 1 há y rendimientos promedios de 4.000 kg. Es por eso que lo que se busca, con los nuevos proyectos, es apuntar a rendimientos sobre 10 tons x há.
Los expertos indican que el futuro de la producción de frambuesas está en el rendimiento de la cosecha, esto gracias al potencial de las variedades liberadas Meeker, para la zona sur, y Heritage, para la zona central, que llevarían a producir una cifra cercana, o incluso superior, a las 10-12 toneladas por hectárea. Para llegar a estos números, será fundamental la incorporación de material de calidad, multiplicado in vitro, de origen conocido y certificado. Esto le entregará garantías tanto al productor habitual como a quien quiera aprovechar estos años de bonanza en el cultivo de la frambuesa. En Chile, viveros como Agromillora, se dedican a multiplicar in vitro ambos tipos de portainjertos, entregando calidad certificada gracias a su trabajo conjunto con el SAG para la entrega de plantas libres de plagas y enfermedades.
Por su parte, quienes llevan años en el rubro de la fruticultura como lo es Alejandro Pinochet, socio fundador y gerente agrícola en APFrut, opina que “la planta In Vitro es la mejor opción, porque es una planta limpia de virus y enfermedades, viene con una mejor genética y puedes obtener alrededor de un 30 % más de producción que la de brote etiolado”. Agregando que “en la zona central, y hasta Angol, la variedad Heritage, es la que más se utiliza porque se comporta muy bien para la cosecha mecanizada que es lo que necesitamos para la agroindustria” asegura.
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