Publicado el 19 mayo, 2015 | por editor
“Esperamos que se cumpla el 5% de crecimiento proyectado para 2015”
Claudia Carbonell, es la mujer fuerte de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), organismo que concentra el banco de datos agropecuarios más amplio del país y se encarga de asesorar a las autoridades a la hora de tomar decisiones referentes al agro.
Entre los censos, los catastros frutícolas y las estadísticas continuas, Odepa mantiene un panorama productivo de la agricultura chilena. Además ejecuta análisis sectoriales y macrosectoriales en la mayoría de los rubros de importancia agrícola.
“Una parte es la entrega de datos y la otra es la entrega de análisis, los que son desde el punto de vista de la situación de mercado de los distintos rubros. Tenemos la misión de asesorar a las autoridades y entregar datos a los productores”, explica Carbonell.
Justamente en el último tiempo y respondiendo a la tarea de asesorar a la autoridades, considerando los nuevos bríos del Ministerio que apuntan al desarrollo de una agricultura sustentable, Odepa, incorporó temas relativos a esta materia como por ejemplo “agricultura orgánica”.
PROYECCIONES
Carbonell, en su paso por La Araucanía participó en la inauguración del Año Académico 2015 de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales de la Universidad de La Frontera. También se dio el tiempo para conversar con Campo Sureño y desmenuzar la contingencia agraria y las perspectivas de crecimiento del sector.
No ha sido un año fácil para el agro. Primero fue la sequía en la zona sur, luego el aluvión que azotó la región de Coquimbo y finalmente la erupción del Volcán Calbuco en Los Lagos. Todos estos hechos han impactado fuertemente a la agricultura; sin embargo, la directora de Odepa, cree que no es tiempo de reformular el 5% de crecimiento que se esperaba para este año.
“Nosotros vamos a revisar las cifras de crecimiento, pero hasta el momento esperamos que se cumpla el 5% proyectado a comienzo de año. En Odepa justamente hacemos estas estimaciones gracias a las estadísticas que tenemos, con toda la información de los profesionales y los datos que nos proporciona toda la cadena con la que trabajamos en los diferentes rubros. Hasta el momento no hemos cambiado nuestra estimación”.
El impulso de la fruticultura y un mejor tipo de cambio –comparado con el año 2014-son los principales responsables de este incremento.
“Nosotros arrastramos una menor exportación de frutas por las heladas de 2013. Este crecimiento en el agro se sustenta por la recuperación de la fruticultura, por lo tanto las otras alteraciones son marginales. Hemos tenido un mejor dólar y eso impacta en las mayores utilidades de las empresas”, aclara.
SEQUÍA
La escasez de lluvias en la zona sur ha sido una de las principales preocupaciones de los productores. La sequía ha traído como resultado bajos rendimientos y menor calidad de los cultivos; algunos productores lecheros y de carne han tenido que reducir su carga ganadera por falta de forraje. Incluso proyectan un alza en los precios de la carne principalmente en invierno.
Al respecto Carbonell, aseguró que si bien no se puede desconocer el impacto de las emergencias agrícolas, éste aún se puede manejar .
“Tenemos una demanda tanto interna como externa muy buena. El punto negro son sin duda las emergencias que hemos tenido: aluviones, sequía y volcán. Eso ha sido un factor determinante. No podemos desconocer que hay 190 comunas en emergencia, pero nosotros esperamos que no exista un impacto en las perspectivas de crecimiento. Hay rubro que se van a ver más afectados, hemos tenido por ejemplo una baja en la producción de leche”.
En cuanto al riego, Carbonell, sostiene que está asegurado a pesar de la sequía. “Entonces esto tiene que ver con cómo enfrentamos la contingencia, cómo ayudar a los productores, de cómo entregar fardos para los animales. Nosotros esperamos que el sector crezca igual, a menos que enfrentemos otros fenómenos climáticos”.
En el tema de la carne recordó que Chile es importador y, por lo tanto, se pueden equilibrar los precios. “Cerca de la mitad de lo que se consume en Chile se importa, por lo que el precio queda determinado, prácticamente, por el precio internacional. Lo que puede pasar es que si hay menos oferta suba el precio interno a los productores, pero son los ciclos clásicos de la oferta y demanda, donde mucho tiene que ver la estacionalidad”.
El trigo, pese a las variables meteorológicas, no tendrá problemas. “La cosecha se presentó con menores inconvenientes. Este es el primer año en que estuvo incorporado el reglamento del trigo, que tiene que ver con transparencia de mercado. Ya tenemos la información de que funcionó bien”.
En cuanto a los precios generales de los alimentos dijo: “categóricamente no se visualizan alzas, porque hay un equilibrio. Que suban algunas verduras en invierno no es noticia, porque por motivos estacionales es así. La agricultura tiene varios equilibrios y tiene que ver con que algunas cosas se importan y por lo tanto se sustituyen, por lo que los precios finales están determinados por una oferta, pero si se importan eso se compensa con la producción interna. La verdad es que nosotros no vemos ninguna complicación al respecto”.
CAMBIO CLIMÁTICO
Carbonell, aseguró que los agricultores están entendiendo a que hay que acostumbrarse a vivir con menos agua. “Por eso hay que incorporar más riego, tener proyectos de captación de aguas, poder hacer recolectores y fomentar iniciativas que permitan asegurar el riego en el sur”, precisa; sin embargo, también plantea nuevos desafíos frente al cambio climático.
“La frontera frutícola se ha ido corriendo, lo que permitirá que se desarrollen una nueva batería de cultivos. Por otro lado, hay que seguir investigando con el Inia y con otros centros de investigación para ver variedades que se adapten mejor. En este proceso sirven muchos las variedades locales, las que guardan los pequeños productores o la agricultura mapuche que tiene ciertas prácticas ancestrales, sustentables poco invasivas y además tienen recursos genéticos que son de la zona y pueden resistir mejor los cambios”.
SUSTENTABILIDAD
¿Cuáles son los lineamientos con respecto a la sustentabilidad? El ministerio de agricultura ha propuesto tener una agricultura competitiva desde el punto de vista económico basada en la sustentabilidad ambiental y social. Es decir, la sustentabilidad como parte estructural de la competividad. En este cambio de paradigma la cartera ha decidido actuar en cuatro grandes áreas.
La primera tiene que ver con promover mercados competitivos y de alto valor agregado. “Aquí entra todo lo de la sustentabilidad, porque estamos hablando de sustentabilidad social, ambiental y económico. Por eso es que en la sustentabilidad entran todos los desafíos. Cuando hablamos de alto valor agregado nos referimos a mirar los mercados desde la demanda, incorporar mejoramiento, agregar valor en la genética, en los envases, en los procesos, en la logística de exportación”, explica Carbonell.
Agrega que en mercados equitativos se habla de aportar a la trasparencia de los mercados, regular lo que no está regulado y ver si hay distorsiones. “Aquí debemos fijarnos en condiciones laborales de manera de poder ser más equitativos y que se repartan mejor los beneficios a los que están involucrados en actividades agrícolas”.
Otro ámbito importante está en incorporar la sustentabilidad en todos los instrumentos de fomento que tiene el Ministerio. “Hace mucho tiempo que hemos estado preocupados de agua, suelo y cambio climático, pero tenemos que ser capaces de incorporar esto en el instrumental. Entregar subsidios, financiar proyectos a través del Fondo de promoción de exportaciones, a través del FIA, a través de los convenios que tenemos con Corfo. La idea es que seamos capaces de que ese instrumental pida requisitos de sustentabilidad o financie programas de recuperación de suelos con prácticas más sustentable. O sea lo conceptual incorporarlo a lo productivo”.
Otro desafío apunta a mantener altos estándares de sanidad, inocuidad y calidad. “Es sabido que la agricultura chilena tiene acceso a mercados exigentes y justamente por eso hay que reforzarlo”, enfatiza.
La agricultura familiar y de etnia es otro punto en el que se ha decidido actuar. “Está implícito en los otros desafíos, pero que por su importancia debe estar explícito. Hay que preocuparse de fomentar circuitos cortos de comercialización, donde ellos de verdad puedan vender. Nos interesa que ellos puedan producir su producción que tiene un valor cultural y que se asocia al turismo étnico y ecológico. La idea es que se puedan armar redes que sean más locales”.
En esta última área se apunta a valorar y fomentar los productos autóctonos, que están relacionados a una etnia en particular o a un territorio.
“Hay que mirar con mayor detención e incorporar lo que son los sellos de calidad, entonces trabajar en lo que es denominación de origen, trabajar en algún tipo de certificación que le dé más valor a la agricultura”.
Bajo esta mirada el aporte de Odepa, concluye Carbonell, tiene que ver con impulsar mercados transparentes y equitativos donde la información tiene un rol fundamental.
“Nosotros tenemos como desafío ir entregando mayor información para ir mejorando la toma de decisiones. En la medida que tú tienes mayor información, obviamente ayudas a que no haya distorsión de precios, que no haya posiciones dominantes. En ese sentido nosotros avanzamos mucho en tener una batería de estadísticas”.
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