Publicado el 28 diciembre, 2020 | por editor
Es la hora del balance en el sector agrícola
El sector agrícola chileno resistió de buena manera los efectos de la pandemia por Covid-19 en la economía. En 2020 los productores no paralizaron sus faenas: el objetivo era no detener la producción de alimentos y abastecer la mesa de los chilenos y del mundo.
“El sector ha hecho su mejor esfuerzo por responder y cumplir con el abastecimiento durante este tiempo de pandemia. “El Campo no para” fue y es el lema que sigue moviendo a la agricultura nacional y regional”, sostiene Roberto Heise, presidente de la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco (Sofo).
Uno de los rubros que muestra resultados positivos en 2020 es la lechería. “A nivel de mercado, ha ayudado mucho el dinamismo que tuvo la demanda doméstica durante la pandemia, lo que confirma el rol estratégico de los lácteos en la alimentación de los chilenos”, afirma Paulina Carrasco Gorman, presidente de Aproval.
Aunque es demasiado pronto para hacer proyecciones, gracias a la demanda estable por alimentos saludables se prevé un buen 2021. Pese a esto, los dirigentes gremiales, se lo toman con calma y recalcan que hay temas que hoy preocupan, tales como el nuevo reavalúo fiscal de los predios agrícolas y la violencia rural en el sur.
“Tenemos un reavalúo de bienes agrícolas técnicamente cuestionable que ha subido de manera desmesurada la base tributaria de la renta presunta, afectando el capital de trabajo de los agricultores más pequeños y medianos”, precisa Christian Arntz, presidente de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago).
Christian Arntz, presidente Sago
“Vemos en materia láctea señales de precios estables al alza y un aumento de la
competitividad del sector”
Creíamos en marzo que la contracción de la economía nos iba a impactar, sin embargo el sector resistió de muy buena manera, con precios interesantes en la leche y el avance de iniciativas de integración orientada al procesamiento. Contamos con buenos resultados para sembradores; en la producción de carne hemos contado con estabilidad y en rubros menores como las papas, alzas de 40% en los precios durante este mes en relación a 2019, lo que por cierto tiene efectos en la economía familiar que nos preocupan.
En las nubes oscuras que nos ha dejado este año está el alza de insumos que todo indica continuarán presentándose el próximo año y en materia de amenazas concretadas, tenemos un reavalúo de bienes agrícolas técnicamente cuestionable que ha subido de manera desmesurada la base tributaria de la renta presunta, afectando el capital de trabajo de los agricultores más pequeños y medianos.
¿Qué se proyecta para 2021?
En materia de proyecciones, no podemos desconocer que la industria de alimentos orgánicos está presentando un crecimiento robusto del 25-100% durante la Pandemia a nivel global. En este ámbito tenemos enormes ventajas comparativas que debemos aprovechar en la totalidad de los rubros.
Otra gran oportunidad para 2020 es que la ONU y la FAO decretaron 2021 como el año de las frutas y verduras, lo que quiere decir que cerezas, arándanos, avellano europeo y otras frutas de nuestra zona sur que se están abriendo espacio en el exterior tienen una gran oportunidad también. Si hacemos las cosas bien, será un año muy bueno para frutales de exportación.
Vemos en materia láctea señales de precios estables al alza y un aumento de la competitividad del sector con los proyectos que de integración que se están consolidando. En granos, en tanto, el aumento de la demanda de proteína vegetal por parte de la industria salmonera ya es una realidad, aunque tenemos una fuerte competencia del grano importado que nos obliga a tomar decisiones en materia de regulación de Organismos Genéticamente Modificados: si hoy tenemos una vacuna gracias a esta tecnología, no debemos seguir negándonos a su implementación en un área tan relevante como la alimentación, porque hay países que nos están sacando ventajas.
En el ámbito de la carne, las iniciativas de integración deberán acelerar su tranco para aprovechar todas las ventajas que se dan a partir del crecimiento del mercado de orgánicos en el exterior y en cuanto al ambiente en que se desarrollan los negocios, vemos con preocupación que el retraso en la aprobación del TPP11 está haciendo que muchos países estén ocupando espacios en mercados que antes nos pertenecían.
El dólar a la baja en esta última parte del año puede generar una baja en los insumos, pero también afectar los retornos de las exportaciones. En todo caso, si seguimos siendo capaces de consolidar mercados en los distintos rubros, los resultados seguirán siendo positivos.
Finalmente, la violencia rural al alza, y lo ya mencionado respecto de las contribuciones y otros impuestos, constituyen grandes desafíos para mantener una cancha que permita seguir trabajando con tranquilidad.
Marcos Winkler, presidente Aproleche Osorno
“Este 2020 ha permitido (a la lechería) mejorar las cifras,
pagar las deudas y aumentar la producción”
El sector agrícola tiene una característica bastante especial, la que se evidenció claramente en esta pandemia y es que se trata de una actividad crítica. La agricultura es fundamental para el país, es fundamental para mantener la alimentación de las ciudades, por lo tanto nosotros pudimos desde el inicio crear protocolos de trabajo para que tanto los procesadores, productores y la cadena de distribución y, finalmente, todo el sistema agrícola siguiera funcionando. Nunca paramos.
En esta crisis económica producida por la pandemia claramente hemos sido un pilar fundamental económico. La gente ha mantenido sus trabajos e incluso se han generados nuevos puestos de empleo. Hemos colaborado en que se produzca la reactivación económica poco a poco.
Económicamente estamos pasando por un periodo con precios de los distintos productos (leche, granos, carne) al alza y hemos venido así hace bastantes meses, todo el año 2020, parte del año 2019 y todo lo que viene para el año 2021 viene con una misma proyección. El agro, la lechería propiamente tal está en un momento económico favorable y con la posibilidad de responder a los compromisos tomados en los años anteriores. Nosotros llevábamos ya diez años con bastantes problemas y eso hizo que se aumentara mucho el nivel de endeudamiento de los productores.
Este 2020 ha permitido mejorar las cifras, pagar las deudas y aumentar la producción. Nosotros estaríamos cerrando un año con un 7% de aumento en la producción de leche, tanto regional como nacional, lo que es muy bueno, porque hace 10 años veníamos con problemas económicos y eso desencadenaba el cierre de lecherías y la disminución de la producción de leche. Esta situación se revirtió en 2020 y lo más probable es que ocurra lo mismo en 2021; es decir, vamos a seguir aumentando nuestra producción.
EL PODER DE LA ASOCIATIVIDAD
El norte lechero viene bastante fuerte y el motivo, por el que estamos así, es una sumatoria de factores, es un multifactor de cosas que hemos trabajado en distintas áreas, tanto gremialmente como individualmente. Por ejemplo, tenemos muchos grupos de productores que decidieron trabajar de manera asociativa. Hace un tiempo que veníamos impulsando la asociatividad y esto se concretó finalmente durante los últimos tres o cuatro años con un claro desarrollo en 2020. Se vio a grupos de agricultores y productores comprando y vendiendo en forma conjunta, grupo de agricultores teniendo ideas de procesamientos y con ganas de producir productos nuevos, logrando mejores precios y mejores nichos de mercado.
Hubo mucho movimiento de leche entre regiones, por ejemplo, se fue mucha leche desde Los Lagos a La Araucanía, además se crearon varios emprendimientos queseros. Más de 500 emprendimientos queseros en Los Lagos sumado a una Ley de Etiquetado, que obliga a que en cada envase diga el lugar de ordeña -por lo tanto el consumidor sabe si el producto es de origen chileno o de otro país- ha sido un impulso para el rubro.
Roberto Heise, presidente Sofo
“Hay buenas proyecciones de precios, por lo que esperamos que los rendimientos estén a la altura,
aunque la primavera en la zona ha sido más seca”
El sector ha hecho su mejor esfuerzo por responder y cumplir con el abastecimiento durante este tiempo de pandemia. “El Campo no para” fue y es el lema que sigue moviendo a la agricultura nacional y regional.
Sin duda el sector agrícola de La Araucanía podría tener un muchísimo mejor rendimiento y su aporte sería aún mayor a la economía regional y nacional, si no existiera el problema de inseguridad rural que impide el normal desarrollo de las actividades agrícolas y trunca cualquier proyecto de inversión, que son tan necesarios para aprovechar las oportunidades que ofrece la Región.
Qué viene para al año 2021
Para el 2021 se proyecta un año que seguramente seguirá marcado por el Covid-19, con restricciones de tipo sanitarias y manejo logístico en “modo pandemia”. Los mercados mundiales parecen firmes y estables. Hay buenas proyecciones de precios, por lo que esperamos que los rendimientos estén a la altura, aunque la primavera en la zona ha sido más seca en comparación a los dos últimos años y también han habido heladas en algunos sectores de la Región, que probablemente van a repercutir en la productividad de los rendimientos.
Paulina Carrasco, presidente Aproval
“Como no ocurría hace mucho tiempo las dos principales variables que inciden en nuestro negocio, mercado y clima, han jugado a nuestro favor”
Aunque no tenemos los datos oficiales definitivos, no cabe duda de que la temporada 2020 será una de las más favorables de los últimos años. Como no ocurría hace mucho tiempo las dos principales variables que inciden en nuestro negocio, mercado y clima, han jugado a nuestro favor.
En Los Ríos el precio promedio a nivel de productor estará en torno al 10% por sobre la campaña 2019 y eso tendrá un impacto positivo en términos de resultados de las lecherías. Aunque en paralelo también algunos costos se incrementaron, el balance sigue siendo favorable.
El clima generó algunas complicaciones a fines del verano por la ya recurrente falta de precipitaciones y la “explosión” de las praderas en primavera llegó un poco más tarde de lo que fueron las temporadas 2018 y 2019, pero en líneas generales también ha sido una temporada positiva para el desarrollo de las praderas y los cultivos suplementarios (con un impacto directo en la producción de leche que crecerá en torno al 6%).
Creo que será un buen año para los productores, especialmente para aquellos que conocen bien el negocio y que saben que esto no es para deprimirse por un año malo ni para tirar la casa por la ventana por un año bueno.
El dinamismo de la demanda doméstica
A nivel de mercado, ha ayudado mucho el dinamismo que tuvo la demanda doméstica durante la pandemia, lo que confirma el rol estratégico de los lácteos en la alimentación de los chilenos. También fue clave la disputa por leche que vienen dando desde inicios de 2019 las empresas Prolesur, Nestlé y Watt´s y que, sin lugar a dudas, ha permitido llegar a los precios registrados esta temporada.
El contexto internacional también se fue alineando para tener un escenario favorable, ya que si bien a inicios de año había mucha incertidumbre respecto a los efectos del Covid19 en la demanda mundial -especialmente desde China-, lo cierto es que se mantuvo muy dinámica e incluso superior a lo ocurrido en 2019 (a octubre China había importado un 11% más de lácteos que el año anterior).
Adicionalmente, las exportaciones de vaquillas en pie y vacas faenadas a China, serán un aporte adicional para el balance económico 2020 de nuestro sector.
Lo impredecible de las principales variables que influyen en este mercado hacen difícil proyectar con mucha certeza lo que ocurrirá el próximo año, pero considerando los datos que hoy tenemos a la vista no debería haber grandes cambios. Quizá la mayor incertidumbre estaría dada por el comportamiento de la demanda, considerando la evolución del Covid19 en Chile y el mundo, especialmente por el eventual impacto económico de la pandemia a nivel de los ingresos de las familias y del canal HORECA, uno de los grandes damnificados por las restricciones de movimientos para las personas.
Víctor Valentin, presidente Saval
“Al ser un sector estratégico para la población, los agricultores y productores se destacaron por
mantener la cadena de alimentación estable”
Si bien ha sido un año complicado por la pandemia que ha generado estragos en la sociedad, teniendo que lamentar un número importante de personas fallecidas, el sector agrícola logró mantenerse estable. Primero, al ser un sector estratégico para la población, los agricultores y productores se destacaron por mantener la cadena de alimentación estable.
Esto se traduce en que el sector lechero, inclusive, aumentara la recepción de leche cruda en un 6,3% (Según datos de Odepa), y en donde nuestra región estuvo dos puntos por sobre el promedio nacional. Por su parte, el rubro carne destaca este año por el alza del precio del animal en pie, pero seguimos viendo con preocupación el aumento de faena de hembras, vacas y vaquillas, 18%, más en relación a septiembre de 2019, con casi 300 mil cabezas faenadas.
Resalta también la exportación a China, con valores muy positivos a la hora de los balances, pero estratégicamente pedimos a la industria que busque mayor diversificación de mercados y no depender de uno solo. Ejemplos de ello hay por montones.
Por su parte, la industria de cereales, trigo y avena se manejó con precios estables, sin grandes inconvenientes en la cadena logística de distribución, sin mayores problemas de clima, que quizás afectó un poco en época de siembra, pero hoy con buenas expectativas de precio.
Ejemplos que reflejan la estabilidad y las fortalezas del sector, pero no quita lo complicado que ha sido producir con normalidad con las restricciones de la pandemia.
¿Qué se proyecta para 2021?
Probablemente es un momento difícil para hacer proyecciones, esperamos con expectativas los resultados del Censo Silvoagropecuario, sobre todo conocer las cifras actualizadas de los inventarios del ganado y otros antecedentes de la realidad rural en Chile, que servirán para ajustar con mayor certeza el desarrollo de políticas de fomento para el sector.
Como todos sabemos, toda tendencia positiva de crecimiento se basa cuando se tienen sólidos elementos de seguridad y estabilidad social; sin embargo, creemos que el Estado debe garantizar el Estado de Derecho y dar mensajes claros a los productores que el sector es imprescindible; cuidarlo y protegerlo. Hemos recibido señales contradictorias como el alza desmedida de los reavalúos que generará un impacto negativo en la producción, especialmente en los agricultores más pequeños.
En cuanto al desarrollo de la región de Los Ríos se hace imperioso un esfuerzo público privado para avanzar en materias como el cambio climático y la incorporación de nuevas tecnologías para su mitigación y, sobre todo, el avanzar en todo tipo de proyecto, como de energías renovables no convencionales, riego y cosecha de agua.
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