Ensilajes de maíz: proponen herramientas para asegurar producción y calidad

Watt´s a través de su Plan Lechero, recientemente publicó un Manual del Cultivo de Maíz para Ensilaje con foco en productores, profesionales y técnicos vinculado al sector. El documento analiza los temas agronómicos y soluciones técnicas relevantes para los distintos aspectos, tales como establecimiento, nutrición, opciones de híbridos por zonas, técnicas de ensilabilidad, calidad nutricional y costos de producción. La versión digital se encuentra disponible en distintos portales como también en la biblioteca digital del Consorcio Lechero.

“El maíz toma importancia a nivel de productores del sur de Chile y, desde nuestra institución, creemos que es importante compartir tecnologías que permitan su establecimiento y uso en forma exitosa, tal como lo resumió nuestra empresa socia Watt’s. Tanto Rolando Demanet como Cristián Canales, autores de este libro, presentan un trabajo de mucha utilidad para el productor y el asesor, que resume cada etapa del cultivo”, comenta Alejandra Viedma, coordinadora del Área de Producción Primaria del Consorcio Lechero.

Para conservar el maíz en ensilaje, período que se extiende entre fines de febrero incluso hasta mayo, dependiendo de la zona, el inicio del periodo de cosecha estará marcado por el contenido de materia seca de la planta entera.

El jefe de Desarrollo Agropecuario de Watt´s, Cristián Canales, destaca que el inicio de la cosecha no debe ser antes de que las plantas presenten como mínimo un 30% de materia seca, que coincide con la presencia de un 50% de línea de leche en el grano. Sin embargo, el momento óptimo es cuando la planta completa presenta entre un 33 y 35% de materia seca y el grano esta endurecido en sus tres cuartas partes.

El momento óptimo de cosecha del maíz, es cuando el grano se encuentra 3/4 parte duro, con un porcentaje de materia seca de la planta entera de 33 a 35%.

El momento de la cosecha determina el nivel de rendimiento y la calidad del forraje conservado. En cosechas tempranas, es decir, cuando las plantas tienen un contenido de materia seca inferior al 28%, se producen los siguientes efectos:

• Reducción del rendimiento

• Reducción del contenido de almidón y energía metabolizable

• Aumento de problemas de fermentación en el ensilaje

• Aumento de pérdidas por presencia de hongos en la cara expuesta y bordes de ensilaje

• Incremento de las pérdidas por efluentes en el silo

• Reducción del consumo de materia seca en los animales

• Disminución de la palatabilidad generada por el mal olor del ensilaje

En cosechas tardías cuando las plantas tienen un contenido de materia seca superior al 36% el resultado es el siguiente:

• Cosecha de un material seco de difícil compactación en el silo

• Se requiere reducir el tamaño de picado para lograr una mejor compactación

• Incremento de pérdidas de forraje en el campo

• Reducción de la estabilidad en el ensilaje

• Baja digestibilidad y palatabilidad del ensilaje

Junto con calibrar bien el momento de la cosecha, los aspectos relacionados con la maquinaria, proceso de picado de grano, utilización de aditivos biológicos, compactación, y sellado, son muy importantes.

“Respecto a la maquinaria, se requiere que posean un cabezal rotativo, triturador de grano, aplicador de aditivos y velocidad acorde con el traslado, descarga y compactado del forraje. La definición de la calidad que se busca en el material ensilado que posteriormente se ofertará a los animales, se relaciona directamente con el tamaño de picado y la trituración de los granos (corn cracking). En dietas que requieren fibra larga, el tamaño de picado se hace entre 20 y 25 mm y en aquellas que no tienen ese requerimiento, el tamaño del corte se regula entre 15 y 20 mm”.

La aplicación de aditivos biológicos a los ensilajes acelera el proceso de fermentación anaeróbica mediante el incremento de la concentración de las bacterias acido lácticas en la masa ensilada. Además, reduce las pérdidas producidas por el impacto aeróbico, que tiene lugar cuando se produce la apertura del silo. Esta doble acción sólo se logra con aditivos que tienen en su formulación las bacterias Lactobacillus plantarum y Lactobacillus buchneri.

En el proceso de compactación, la eliminación y desplazamiento del oxígeno es una labor crítica que debe ser desarrollada en forma rápida y eficiente. La baja densidad de ensilaje disminuye la velocidad de reducción de pH e incrementa la probabilidad de presencia de hongos y levaduras al momento de la apertura de los silos, es por esta razón que el objetivo de la compactación es eliminar la máxima cantidad de aire con el mayor peso y fuerza posible para proporcionar el mejor entorno y rápida fermentación, donde la capa de compactación debe ser de una altura inferior a 10 centímetros.

En la compactación se busca lograr una densidad superior a 250 kg MS/m3. La mala compactación genera importantes pérdidas en la parte superior de los ensilajes donde un factor determinante en el logro de un buen compactado del ensilaje, es el tamaño de picado del forraje.

Finalmente, el sellado es la etapa final del proceso de elaboración del ensilaje y se considera un momento crítico ya que corresponde al proceso con el que se impide el paso de oxígeno a la masa ensilada. Antes de poner una doble capa de plástico en la superficie superior del silo, se rocía ácido propiónico para evitar la proliferación de microorganismos, reducir la formación de micotoxinas y disminuir las pérdidas de nutrientes.

“El ensilaje de maíz es un alimento competitivo desde el punto de vista del costo por kilo de materia seca y posee atributos de energía, almidón y fibra efectiva que se complementa muy bien con los sistemas productivos pastoriles. Las soluciones técnicas y agronómicas para alcanzar el potencial y calidad que se busca existen y están a disposición de los productores. Sin embargo, el detalle está en los manejos y adaptabilidad de las soluciones en función de cada realidad, ese es el gran desafío que lograr”, concluye Canales.