Publicado el 19 agosto, 2019 | por editor
“El suelo tiene gran potencial para contribuir a la reducción del cambio climático”
Chile y California son de las pocas áreas mediterráneas en el mundo que producen frutas, nueces, berries, vino y ganadería de calidad excepcional. Sin embargo, están en riesgo debido al cambio climático. El aumento del calor y la escasez de agua reducirán la capacidad para generar estos productos, cuya demanda está aumentando progresivamente.
Con este planteamiento se desarrolló en el Auditorio Tanica, en Santiago, el seminario “Agricultura en un Mundo Cambiante: explorando soluciones entre Chile y California”, organizado por el Chile California Council en colaboración con UC Davis Chile, el Centro Cambio Global UC y el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia), con el patrocinio de la COP25.
Marta Alfaro, subdirectora Nacional de I+D de Inia, participó con el tema “Manejo de suelos como opción para la mitigación”, señalando que si bien la agricultura tiene grandes desafíos, ya que es generadora de gases de efecto invernadero, también cuenta con grandes oportunidades de capturarlos y contribuir así a la reducción del cambio climático global.
“Desde esa perspectiva, el suelo tiene un tremendo potencial. Hay diversas opciones que se pueden implementar en el manejo de huertos, de cultivos e, incluso, de sistemas ganaderos, para promover que el CO2 que existe en la atmósfera se incorpore al suelo”, destacó la especialista.
estudios
Estudios desarrollados por Inia muestran, por ejemplo, que agregar materia orgánica como compost en los sistemas productivos es una manera estable para la incorporación de carbono en el tiempo. No obstante, la especialista advirtió que “nuestra mirada sobre el potencial de captura o acerca de la contribución de la agricultura en este tema, debe ser integrada. No podemos analizar solo un gas de efecto invernadero; tenemos que saber qué pasa con el balance global de gases a largo plazo, porque algunas prácticas que podrían ser beneficiosas a corto plazo, podrían no serlo a futuro”.
Alfaro explicó que no todas las soluciones son para todos los productores ni para todo el país. Así, la zona central se caracteriza por suelos con muy bajo contenido de carbono, por tanto, cualquier medida tendrá un rápido impacto. En cambio, en el sur los contenidos de carbono natural del suelo ya son altos, por tanto, el potencial de captura es menor.
“Tenemos que combinar estos análisis y favorecer la adopción de medidas de mitigación, pero debemos hacerlo con validaciones locales y mirada a largo plazo, entendiendo las diferencias que existen por nuestras condiciones de suelo y clima, y considerando las características propias de cada productor. Así lograremos éxito en estas estrategias para mitigar la emisión de gases del sector en los plazos requeridos”, concluyó la doctora Alfaro.
desafíos
El foco para el año 2030 es mantener el incremento de la temperatura asociado al aumento de gases a nivel global en no más de 1,5 grados. Y se espera que los países alcancen idealmente la carbono neutralidad para 2050, incluyendo Chile.
Con este desafío en cuenta, el seminario también abordó estrategias de adaptación y desarrollo futuro, donde los investigadores de INIA, Claudio Balbontín y Stanley Best, tuvieron una destacada participación exponiendo sus proyectos Plataforma Agrícola Satelital y avances en agricultura de precisión, respectivamente, que reafirman la necesidad de herramientas tecnológicas modernas para adaptar la agricultura a los entornos climáticos cambiantes.
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