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Publicado el 2 noviembre, 2015 | por editor

El estrés calórico y su impacto en la producción lechera

Asociado al bienestar animal, el estrés calórico es un tema importante en la producción de leche, que cobrará cada vez más relevancia con los escenarios climáticos que se prevén en el futuro.

Altas temperaturas y la exposición prolongada al sol, sin sombra adecuada, pueden provocar desde incomodidad a la vaca hasta fuertes bajas en producción de leche, que pueden llegar hasta un 30%.

El Consorcio Lechero, en estrecha coordinación con DeLaval, desarrolló días de campo sobre estrés calórico en vacas lecheras, las que contaron con la exposición del especialista israelí, el doctor Israel Flamembaum asesor permanente de DeLaval. En Casablanca (Región Metropolitana) y en Renaico (Región de La Araucanía), más de 50 productores de leche pudieron conocer más sobre este tema, en una iniciativa pionera por difundirlo y presentar herramientas para su mitigación.

“El estrés calórico es un tema que se debe conocer más en Chile. Por eso, en el marco del Programa de Bienestar Animal, el doctor Flamembaum entregó este conocimiento a los productores del país. Y, nos deja el desafío de medir y cuantificar la situación de estrés calórico en las distintas zonas lecheras chilenas, tarea que comenzaremos a desarrollar junto a DeLaval en predios desde la zona central al sur”, explicó Sebastián Ganderats, gerente del Consorcio Lechero.

El Consorcio Lechero posee un programa de Bienestar Animal como una de sus áreas estratégicas. A su alero opera un proyecto cofinanciado por la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, el cual se extiende entre la Región Metropolitana hasta la Región de Los Lagos, con un enfoque a la extensión y transferencia tecnológica. Destaca la existencia de 27 predios piloto y la aplicación de un protocolo de bienestar animal, desarrollado por investigadores y asesores al alero del Comité de Bienestar Animal del Consorcio Lechero.

“Queremos saber cuál es la presencia del estrés calórico, no tan solo en la zona central y centro sur, si no también en las zonas de producción en sistemas pastoriles en el sur de Chile. Por eso, lo primero es medir y cuantificar el problema, para operar bajo certezas y no bajo percepciones. Por eso estableceremos unidades de monitoreo, decisión pionera y que contará con el apoyo de DeLaval”, dijo Ganderats.

El director ejecutivo de FIA, Héctor Echeverría, expresó su satisfacción por los positivos resultados que ha entregado el apoyo de la Fundación a las actividades del Consorcio Lechero.

“Para nosotros la transferencia del conocimiento constituye un aspecto fundamental, y nos pone muy contentos que el sector lechero chileno esté realizando esfuerzos importantes por incorporar conceptos como el bienestar animal o cow comfort, un enfoque que sin duda marca diferencias en aspectos productivos y comerciales”.

LOS EFECTOS

El estrés calórico, dijo Flamembaum, provoca una serie de cambios en el desempeño productivo de la vaca lechera.

Entre ellos, citó la baja en la producción de leche (entre un 10 a 30%); caída en el contenido de grasa y proteína (0.2-0.4%); el incremento en células somáticas en la leche (que afecta su calidad); la tasa de concepción (bajas entre un 10 a 30%); la detección de calores (un 50%); la tasa de descarte (10 a 15%).

El investigador israelí lideró un equipo pionero en el estudio del estrés calórico en los rebaños lecheros y hoy asesora en este tema en todo el mundo. “La razón por la cual nos iniciamos trabajando en este tema hace más de 40 años es el hecho que fuimos los primeros que llegamos a muy altos niveles de producción de leche por vaca. Sabemos que mientras más alta es la producción de leche, la vaca genera más calor”. Además, en climas cálidos la vaca empieza a sentir el calor y la vaca empieza a sentir las bajas en producción”.

El estrés calórico es un fenómeno en el cual la vaca genera más calor que el que puede disipar y hoy, dice Flamembaum, con los altos niveles de producción que tienen las vacas se encuentran condiciones de estrés calórico que antes no existían. “Antes no había niveles tan altos de producción y también más días al año. En zonas más al sur de Chile no se va a encontrar tanto estrés como en el centro de Chile, pero sí se pueden encontrar unas horas durante unos días al año y nuestra meta es definir hasta cuánto estas condiciones se traducen en mermas en la performance de la vaca”.

El principal mensaje de Flamembaum es que existen bastantes conocimientos sobre qué hacer cuando hay estrés calórico y que económicamente conviene invertir en su mitigación, siempre y cuando exista. “El mensaje principal a quienes asistieron es que lo primero que hay que hacer es medir, cuantificar y ver en qué nivel de estrés calórico nos encontramos en diferentes zonas de Chile y, de acuerdo a esto, tomar decisiones para el futuro”.

Entre los problemas que provoca el estrés calórico, al no poder disipar el calor metabólico la vaca, por las altas temperaturas ambientales, empiezan a dejar de comer, baja su actividad y producen menos leche.

Por eso, el primer paso es prevenir que acumule calor desde el sol y darle sombra. El segundo paso es dar tratamiento a la vaca con duchas y ventilación forzada.

“En estas actividades, planteo que me encontré con productores de muy alta productividad por vaca. No sabía que los campos lecheros en Chile llegan a tan altos niveles de producción y los felicito por esto. Hay conciencia del tema y no sentí que los participantes tuvieran suficiente conocimiento sobre el valor económico del estrés calórico: Sabían que las vacas sufren pero no sabían cuánto en litros y pesos. Mis charlas, en este sentido, dieron a entenderlo y cuánto pierde o más puede ganar”.

Están dejando de ganar alrededor de 3 a 4 litros diarios, lo que se puede traducir en una gran pérdida. “Hay mucho qué hacer, monitorear, cuantificar, dar sombra y enfriar las vacas. Si puedo hacer la comparación, Chile y el sector lechero que visité se encuentra más o menos en el lugar que estuvimos hace 20 años (en estrés calórico)”.

En el sur, el mensaje que presentó es que, en zonas más o menos paralelas a Osorno (este de Europa y Europa occidental), ya hay pérdidas económicas en el sector lechero. “lo que les recomiendo es estudiar el tema. Inviertan en estudiar y no en enfriar”.

Por ejemplo, en eficiencia nutricional puede haber una pérdida de cerca de 270 a 340 pesos por vaca día, solamente por el estrés calórico.

OPINIONES

El productor anfitrión, Carlos Aruta (Agrícola La Hiedra, Renaico) explicó que este día de campo contribuyó mucho a conocer más del tema, tanto en su experiencia como en la de otros productores. “Si me lo hubieran preguntado hace una hora, la respuesta en mi caso hubiera sido diferente. El día de campo me abrió los ojos porque creo que tenemos estrés calórico, por ejemplo, en el patio de espera. A veces toca una ordeña al mediodía con las mayores vacas productoras de leche y sí hay estrés calórico”. Cuando no se mide, indica el productor lechero, no se puede manejar nada. Por ello, pudiendo medir, es un tema que se nos viene y que es necesario conocer”.

“Fue una actividad súper buena, en el sentido que está abriendo tópicos nuevos. Es un tema que veíamos que se nos decía y las extremas son pocas horas al día, pero creo que hay estrés calórico”, resumió Aruta.

Enrique Bombal, gerente de aftermarket y servicios de DeLaval, explicó que dentro de los puntos de bienestar animal, entre los que cita agua de bebida, cama, espacio, notaron que el tema del estrés calórico había sido muy poco tratado en Chile.

“Traer al doctor Flamembaum a Chile es el inicio para hacer un levantamiento de cuál es la situación y diagnóstico del estrés calórico en el país, sobre todo en las vacas de alta producción. Pero también queremos ver qué pasa en el sur, donde hay sol sin la sombra suficiente, por decirlo de alguna manera. A veces los´árboles no son suficientes, la vaca recibe la radiación solar y entre más capacidad de leche van alcanzando, la capacidad de poder disipar el calor es cada vez menor”, cuenta. Conocer y evaluar los niveles de sombra en verano es un tema que comenzará a ser estudiado próximamente.

“Es un trabajo en conjunto con el Consorcio Lechero que ha sido muy bueno. Partió trabajando con su proyecto de bienestar animal, al que nosotros como DeLaval adherimos totalmente, porque está en nuestra política de la compañía y es uno de los pilares de la sustentabilidad. Por lo que estamos trabajando en conjunto con este proyecto y la idea es seguir apoyando en la evaluación de bienestar animal”.

 


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