Reportajes CETA

Publicado el 29 abril, 2019 | por editor

“El desafío para la agroindustria y la industria alimentaria es agregar valor”

En el Instituto de Agroindustria de la Universidad de La Frontera está la primera planta de innovación en alimentos del Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria, CeTA, destinada a atender las necesidades de pilotaje de Pymes y emprendedores ubicados en el sur del país, cuya producción tenga foco en productos y materias primas propias de la zona.

“El desafío para la agroindustria y la industria alimentaria es agregar valor. Esto posiciona al CeTA en el centro de la estrategia de desarrollo futuro de esta industria. Desde Corfo, queremos posicionarlo como punto de encuentro, donde las empresas obtengan solución a sus requerimientos de innovación, y contribuir a que Chile se transforme en una de las principales potencias mundiales en exportación de alimentos saludables y de calidad al 2030. Buscamos ampliar la base de nuestra economía creando valor, multiplicando actores, y acelerando el proceso de éxito de sus negocios”, explica Sebastián Sichel, vicepresidente ejecutivo de Corfo.

CAPACIDADES

Este Centro, de 400 metros cuadrados, albergará un complejo sistema de procesamiento alimentario y packaging con tecnología de punta, que permitirá ofrecer servicios como desarrollo e innovación de envases y embalajes; alternativas de deshidratado; línea de jugos y extracción de aceites; prototipaje y pilotaje cervecero, entre otros.

“Nos propusimos generar múltiples prestaciones de servicios para esta planta, ubicada en una zona estratégica como la novena región, lo que nos permitirá prototipar, pilotear y escalar las innovaciones en alimentos de regiones que tienen un enorme potencial productivo, con materias primas agrícolas y subproductos a los cuales se les puede dar un valor agregado”, señala Jean Paul Veas, director ejecutivo de CeTA.

El proyecto apoyado por Corfo, forma parte de las 20 iniciativas que componen la hoja de ruta del Programa Estratégico Transforma Alimentos, una red de colaboración entre actores privados, públicos y de la comunidad científica, que pretende posicionar a Chile dentro de países líderes en la producción de alimentos saludables para el mundo.

“Sin duda, la operación del CeTA permitirá a la industria dar un paso significativo en términos de capacidades de pilotaje y desarrollo tecnológico para cumplir con las metas de aumentar, diversificar y sofisticar nuestras exportaciones agroalimentarias”, destacó Graciela Urrutia, gerente del Programa Estratégico Transforma Alimentos.

El vicerrector de Investigación y Postgrado de la Ufro, doctor Renato Hunter, afirmó que se trata de un proyecto de considerable implicancia para la universidad.

“Esta iniciativa tiene un perfil pre-comercial, donde las empresas tendrán capacidad tecnológica para testear sus productos antes de ser lanzados al mercado. Y esto, a su vez, nos abrirá espacio a la innovación y al desarrollo tecnológico, al agregar valor a nuevos productos que podrán ofrecer diferencias sustanciales frente a sus competidores más cercanos”, valoró.

PLANTA

Actualmente el Nodo Sur CeTA-Ufro cuenta con una unidad de packaging, la que está a cargo de Viviana Molina, ingeniera civil industrial en bioprocesos y está ubicada al interior del la Universidad de La Frontera. Aquí se trabaja en el diseño de envases y embalajes en materiales de cartón-cartulina y plástico. La planta piloto también posee los secadores por microondas, picadoras de frutas, tanques, envasadoras, además de una sala de corte fino donde se realizan los procesos de picado y tamizado con molinos.

El Instituto de Agroindustria de la Ufro además ha ido sumando capacidades, las que también están al servicio de quienes quieran agregar valor a sus productos.

“El nuevo Ceta Ufro tiene como principal foco atender las necesidades y requerimientos de emprendedores, medianos y pequeños empresarios del ámbito alimentario del país. Territorialmente estamos centrados desde Bío Bío hasta Aysén y podemos trabajar con los productores de esta zona sin ningún problema dada que la producción de materia prima por cultivo o por recolección se da aquí”, explicó Luis Torralbo Barría, ingeniero agrónomo, director Instituto Agroindustria Universidad de La Frontera y del Nodo Sur CeTA-Ufro.

Torralbo recalcó que actualmente las grandes materias primas, leche, carne, pescado e incluso algas, además de los berries exóticos y los nativos, como el maqui el michay, murtilla, calafate, están en esta zona; sin embargo, se carece de un proceso transformador.

“Estamos al debe en esta materia y creemos que eso lo podemos revertir. Nuestro foco estará en los pequeños, porque los pequeños son más dados a innovar, pero también esperamos que se sumen los grandes. Nuestra intención es que estas materias primas sean transformadas, agreguemos valor y puedan ser comercializadas no sólo en el país, sino que también en el exterior”, dijo.

El agregar valor ya sea en el empaque o en la elaboración de nuevos productos genera un gran impacto en los precios. Y todo esto se puede concretar a través de esta planta piloto.

“Imagínate lo que significa para un empresario tener la capacidad de levantar un producto y que después reciba financiamiento para poder seguir escalando”, aseveró el director del centro.

Tendencia

Usando las capacidades del centro y las materias primas de la zona se puede generar una serie de alimentos, productos que cada vez son más demandados por los consumidores, especialmente aquellos que cumplen una función en la alimentación y son saludables.

Uno de los productos más solicitados en la actualidad son los snacks saludables. “Si empiezas a mirar la posibilidad de desarrollar cosas entretenidas los precios finales aumentan. Las barritas de cereales, por ejemplo, son 20 gramos ($200) de avena procesada con un poco de miel, frutillas, saludables, y estás pagando a 10 mil pesos el kilo. Un deshidratado, liofilizado, tú lo puedes comercializar entre los 6 mil y 7 mil pesos los 80 gramos”.

Torralbo recalcó que los alimentos con valor agregado compiten por su diferenciación. “No estoy compitiendo por costo sino que por diferenciación. Cuando competimos por costo nos preocupamos de cuánto cuesta el envase,en cambio cuando competimos por diferenciación el envase es una inversión”, aseveró.

Cómo contactar

el centro

Si existe un privado que quiere innovar en su producción. Por ejemplo tiene maqui en su campo y quiere desarrollar un producto debe acercarse al Instituto de Agroindustria y solicitar por escrito lo que quiere. Esa es la puerta de entrada, ya que el centro responderá con una cotización.

Si el productor no tiene el dinero suficiente y su idea sí tiene futuro, se le asesorará y guiará para postular a algún proyecto.

“Nosotros lo encaminamos, lo asesoramos y si le va bien es la fuente de financiamiento la que se hace responsable de los dineros. Hoy hay una buena matriz de fondos. Corfo, tiene una buena batería de isntrumentos que fomentan el desarrollo de prototipos, pilotaje y escalamiento”, recalcó Torralbo, quien advirtió que el diálogo de la comunidad siempre es permanente.

“Nosotros como instituto recibimos anualmente 140 empresarios y eso va creciendo todos los años. Debe quedar claro que existe el apoyo para la búsqueda de financiamiento, existe un interés para que estas capacidades se utilicen y se pueda generar desarrollo en la zona sur”, concluyó.

 


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