Reportajes VACAS

Publicado el 22 enero, 2018 | por editor

¿Cómo afecta el estrés calórico en la producción y la calidad de la leche?

El cambio climático ha generado un aumento de la temperatura media del planeta condicionando con ello el bienestar de los animales producto del estrés térmico al que están sometidos durante el periodo estival. Las condiciones climáticas afectan de forma directa e indirecta la respuesta productiva del ganado y su comportamiento, pudiendo observar cambios metabólicos, fisiológicos y conductuales, los cuales podrían variar en intensidad según el estado de la lactancia de las vacas.

Así entonces surge la necesidad de poder estimar estos impactos a nivel productivo. El Índice Comprensivo del Clima (CCI), también conocido como índice integral del clima, es uno de los indicadores que permiten estimar el confort térmico del animal en base a la interacción entre la temperatura ambiental, humedad relativa, velocidad del viento y radiación solar, el que en términos simples ajusta el valor de temperatura ambiental por estos factores climáticos.

Hasta hace poco, la mayor parte de las investigaciones sobre signos de estrés térmico han sido realizadas en zonas con temperaturas extremas durante el verano lo cual limitaba las referencias para los lugares donde la actividad ganadera predomina en zonas de clima templado, como es en el caso de Chile.

CONDICIONES CLIMÁTICAS

En este contexto se desarrolló el estudio “Efecto de las condiciones climáticas estivales sobre el comportamiento, producción y calidad de la leche en el ganado bovino”, cuyo objetivo fue estimar el confort térmico de los animales, los efectos en la producción y calidad de la leche mediante el CCI, utilizando 30 vacas Holstein Friesian de la unidad lechera de la Estación Experimental Agropecuaria Austral (EEAA) de la Universidad Austral de Chile, ubicada en Cabo Blanco en Valdivia.

La investigación, efectuada por la Ingeniera Agrónoma de la Cynthia Delgado como parte de su tesis de Magister en Producción Animal de la Uach, fue dirigida por el doctor Rodrigo Arias, académico del Instituto de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de esta universidad e informada por el Dr. Juan Pablo Keim de la misma unidad.

Se evaluaron además los parámetros fisiológicos y conductuales de las vacas en lactancia temprana y tardía. Los datos se colectaron en el verano del 2016-2017.

Para desarrollar el estudio las vacas fueron divididas en 2 grupos, basado en el estado de lactancia, un primer grupo con menos de 170 días en leche (lactancia temprana) y un segundo, con más de 225 días en leche (lactancia tardía), explica Cynthia.

Indica que no se observaron efectos asociados a la condición climática del día (CCI) sobre la producción láctea. Sólo se registraron diferencias vinculadas al estado de lactancia, lo cual era esperable.

Sí fue posible observar una tendencia (P < 0,10) a la disminución de la proteína láctea, principalmente en la ordeña de la tarde y un efecto significativo asociado al estado de lactancia de los animales siendo mayor la pérdida de proteína láctea en animales con más de 225 días en leche, particularmente durante los días en que las condiciones climáticas sobrepasaban el umbral de confort térmico de los animales (CCI = 20°C). Parámetro que es importante evaluar ya que está dentro de las exigencias de las pautas de pago de las empresas que compran la leche a los productores.

Además, durante los mismos días la urea en leche aumentó (P < 0,05), independiente del momento de ordeña y del estado de lactancia de las vacas: “esto podría deberse al cambio en la utilización de los nutrientes post-absortivos, ya que, en momentos de estrés térmico los animales aumentan sus requerimientos energéticos, asociados a los mecanismos de pérdida de calor, con lo cual se reduciría la síntesis de proteína y grasa láctea”, explica la profesional.

Eso sí subraya que no se encontraron diferencias para las concentraciones de materia grasa, lactosa, ni para SCCS asociados a las categorías de CCI observadas en el ensayo

OTROS PARÁMETROS

Los bovinos tienen la capacidad de mantener relativamente constante su temperatura corporal, pero cuando la temperatura ambiental es muy alta el animal debe activar mecanismos fisiológicos de termorregulación, como, por ejemplo, aumentar su tasa respiratoria para poder eliminar el exceso de calor corporal a través de la evaporación, entre otros. Por lo cual, uno de los parámetros fisiológicos evaluados fue la tasa respiratoria (TR) y la temperatura vaginal de los animales. Se observó que las vacas presentaron una mayor TR en días con valores de CCI mayores, probablemente porque en esos días las condiciones ambientales superaban la capacidad de disipación de calor por parte del animal (CCI>20°C), independiente del estado de lactancia en el que se encontraban.

Por otra parte, las vacas con menos de 170 días en lactancia mostraron una tendencia (P = 0,0855) al aumento de la temperatura vaginal en aquellos (39,06 vs 39,12 para CCI < 20 y CCI > 20 respectivamente) días en que las condiciones ambientales fueron más estresantes. En tanto, en las vacas en lactancia tardía no se observaron diferencias en la temperatura vaginal, independiente del día de medición (P > 0,05).

La estudiante indica que estos son solo algunos de los múltiples análisis que se están realizando durante el verano en la EEAA.

“Se podría haber supuesto que los animales no presentarían signos de estrés, ya que las condiciones climáticas del sur de Chile no serían tan desafiantes para los animales, pero a pesar de que los bovinos son capaces de adaptarse a las condiciones ambientales en las que viven, existen ocasiones en las que no pueden compensar el efecto ambiental, especialmente cuando esos cambios son rápidos”.

“Si bien en los países donde se ha estudiado en mayor profundidad los efectos del estrés térmico en producción de leche y carne, se han alcanzado avances importantes en su comprensión y mitigación, el lograr estimar y reducir las consecuencias del estrés en los animales sigue siendo un tema latente y costoso para la industria láctea”, indica el doctor Rodrigo Arias, actual director de la Escuela de Graduados de esta Facultad.

Agrega que la importancia mayor de este tipo de estudios se vincula con el bienestar de los animales y el impacto de estos en la producción, lo que finalmente repercute en los ingresos del productor.

En tanto para el doctor Juan Pablo Keim, director del Magíster en Ciencias Mención Producción Animal de la Uach, uno de los aportes principales de esta investigación es que confirmó: “que los animales presentan una tendencia a modificar los parámetros de calidad de leche y sufrir cambios fisiológicos en respuesta al estrés por calor en zonas de clima templado, para lo cual el CCI pareciera ser una herramienta adecuada para estimar el nivel de confort térmico de los animales en condiciones estivales”.

Se espera que los resultados obtenidos puedan ser utilizados para investigaciones futuras y para el desarrollo de estrategias prácticas de mitigación, las que permitan también mejorar el bienestar de los animales en nuestro país.

 


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