Publicado el 16 marzo, 2015 | por editor
“Cada 33 hectáreas hay una persona que tiene un buen trabajo en el sector”
El sector forestal terminó el año 2014 con buenos números. En La Araucanía la celulosa lideró la canasta exportadora con 330 millones de dólares, le sigue la industria de la madera y tableros con 181 millones de dólares.
Sobre estos resultados, los desafíos y las proyecciones de esta actividad habla Patricio Santibáñez, presidente de la Corporación Nacional de la Madera de la Región de La Araucanía (Corma), quien asegura que aún hay espacio para seguir creciendo en la industria de tableros, pero que esta alza se ve limitada por el clima de inseguridad que vive la zona. El gremialista teme que los empresarios opten por procesar la madera fuera de la región.
Santibáñez plantea que una de las aspiraciones del gremio es lograr que la comunidad vea a las empresas forestales como empresas locales que aportan al desarrollo. Según los datos que maneja Corma, el sector emplea a más de 15 mil personas de forma directa, cifra que sube a los 45 mil si se considera a los trabajadores indirectos.
-¿Cuál es la realidad forestal de La Araucanía?
-Las exportaciones forestales representan más del 60% de los envíos de la Región y del total de envíos de La Araucanía el 50% es de celulosa. La verdad es que casi más del 80% son exportaciones forestales, porque hay una importante industria de tableros que en las cifras oficiales está subrepresentada. En los datos de ProChile, maderas y tableros aparece con 35 millones de dólares de exportación y nosotros estimamos que desde la Región se exportaron 181 millones de dólares, con una producción que supera los 250 millones de dólares. En tableros, la planta Mininco que está en la localidad de Collipulli no aparece en los registros y la de Angol tampoco.
Si a los tableros sumamos las exportaciones de celulosa (US$330 millones), nuestra estimación es que superamos los US$510 millones. En conclusión el segundo producto de exportación de La Araucanía con US$180 millones son los tableros.
-¿Cómo se explica el buen momento que vive el sector?
-La celulosa tuvo una variación positiva de un 14% explicado tanto por precio y volumen y esto porque enfrentó mejores condiciones de mercado. En el caso de los tableros hay cambios relevantes que no están reflejados en la estadística. Hay dos inversiones muy importantes. Por un lado, está la duplicación de la planta Plywood en Collipulli y, por otra parte, está la planta Eagon en Lautaro, ambas elevaron la capacidad productiva y todavía no alcanzan su capacidad máxima de producción. Esto implica que la producción de tableros pasó de 186 millones de dólares en 2013 a 258 millones de dólares en 2014 y se espera llegar a los 358 millones de dólares en 2015 cuando los proyectos estén andando en un ciento por ciento.
En 2013 más menos 129 millones de dólares fueron a exportación, en 2014 fueron 181 millones de dólares y para el año 2015 se esperan 264 millones de dólares. Esto representa una variación de 40% por año hasta 2015.
Aquí hay dos cosas relevantes. Este es el segundo producto de exportación después de la celulosa y cuando se hacen análisis de exportación esto casi ni figura. Además la industria paga muy bien la madera que ocupa en sus procesos y se compra a productores que tienen sus plantaciones en la región. Existe una cadena virtuosa detrás de este negocio que genera valor.
-¿Cómo impacta el crecimiento de la producción de tableros en la Región?
-Cuando un propietario de un bosque cosecha, recibe del orden de los 35 dólares el metro cúbico por la madera palpable y margina 5 dólares. Cuando vende un trozo podado que va a la industria de plywood recibe 80 y 90 dólares por ese producto y margina 40 o 50 dólares.
Esta industria le saca más valor a la madera y tiene mercado en Europa y Estados Unidos principalmente.
Estamos viendo un crecimiento bueno en tableros debido a un aumento del volumen de cosecha de bosque y un incremento en la industria por inversiones que se hicieron 20, 30 y 40 años atrás, algunas están en continuidad u otras están madurando.
En lo concreto hoy no se está creciendo en plantaciones, se está creciendo en la industria para ajustar su capacidad de producción con el bosque y esto ocurre pese a que hay terrenos. Esta situación le pone un tope a la capacidad productiva de la industria y a las exportaciones. Vamos en camino de alcanzar un equilibrio entre la industria y la oferta de bosque.
-Pese al estancamiento en las plantaciones ¿la industria seguirá creciendo?
-Sí, la industria de tableros tiene la capacidad para seguir creciendo.
-Usted habla de un límite en el crecimiento de la oferta de bosque ¿Cómo el sector enfrenta esta situación?
-La pregunta es por qué la superficie plantada no está creciendo habiendo terrenos. Un observador medianamente agudo se podría dar cuenta que hay muchos terrenos sin uso, particularmente en algunas comunas.
No están creciendo las plantaciones por la inseguridad y los costos de los terrenos. Si bien hay un espacio para que la industria crezca en la Región también la inseguridad de la Región genera dudas de que estas proyecciones se concreten. Una alternativa es que los palos se vayan para otras regiones y sean procesados fuera de La Araucanía. Hay que ver si quienes toman las decisiones van a apostar por la Región.
-Las forestales también enfrentan el proceso de recuperación de tierras. ¿Cuál es su visión al respecto?
-Hay que precisar que las comunidades no compran tierras. Es el Estado que les da una prioridad y las compra para ellas. En general las empresas forestales en algunos casos hemos vendido terrenos, en la mayoría de esos casos los terrenos están botados.
En otros casos, donde han sido trasladadas comunidades pasan a ser sectores con incendios y atentados.
Nuestra visión es que no hay una buena política, comprar tierras no es la solución del problema y esta política ha sido mala ejecutada. Creemos que la solución de tierras se está transformando en menos oportunidades de crecimiento para la Región. Sin embargo, esto no impide que algunos propietarios, socios de Corma, decidan vender a alguna comunidad.
DESAFÍOS
-¿Cuáles son los desafíos del sector?
-El sector forestal tiene una tremenda presencia en todas partes del mundo. Es una industria moderna, con procesos modernos, con buenas condiciones laborales a veces equivalentes a países desarrollados y con buenas remuneraciones. El desafío es mantener esta presencia en los mercados y seguir modernizando todos los procesos de la industria en términos ambientales y productivos.
El factor humano es un tema muy relevante para nosotros, queremos que los trabajadores sientan orgullo de su lugar de trabajo. Entre los desafíos pendientes es seguir mejorando la vinculación del sector y las empresas con las comunidades, que la comunidad sienta que se trata de una industria regional y local.
-Se dice que el sector forestal no genera empleos. ¿Es cierto?
-Eso es un mito. Estimamos que la gente que trabaja en La Araucanía de forma directa es de alrededor de 15 mil personas y sumando a los indirecto llegamos a las 45 mil personas. Si consideramos a las familias de estos trabajadores, podríamos decir que más de 180 mil personas tienen una relación con el sector forestal.
Con las nuevas plantas se prevé también un aumento en los empleos. Por ejemplo en Plywood se aumentó en 300 personas y en Eagon en 150 personas de manera directa, pero esto significa un aumento en la producción y las actividades ligadas al sector El 17% de la superficie de la región está destinado a las plantaciones. Y según las cifras de empleo, más del 18% de la población está ligada al sector.
Santibáñez remarca que por cada 33 hectáreas hay una persona con un buen puesto de trabajo en el sector. “Cuando hablo de un buen trabajo estoy pensando en un operador de máquina o en un transportista. Con esto me refiero a un trabajo de calidad muy superior a las alternativas que existen en la Región. Si se toma el trabajador promedio forestal, asociado a las grandes empresas, se darán cuenta que un operador de máquina va a ganar entre $700 mil y $900 mil; un trabajador que planta, que controla maleza, que combate incendio y que es un trabajador permanente gana sobre los 300 mil pesos. De ahí para arriba van los sueldos”, dice.
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