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Publicado el 16 agosto, 2021 | por editor

Atributos medicinales y nutricionales de la miel impulsa su consumo en pandemia

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Otra experiencia a destacar es la de Ximena Vásquez Paillalí y su miel “Mögen”, palabra que en mapudungun significa “Vida”

Por: Leda Gazale Chaparro

La miel es un alimento altamente valorado entre los consumidores chilenos. Su aporte nutricional, sus cualidades antioxidantes y microbiológicas le han dado fama de ser un producto saludable. Justamente estas especiales características han estimulado su demanda en plena pandemia por Coronavirus.

Misael Cuevas, presidente de la Federación Red Apícola Nacional, confirma este dato a partir de un sondeo realizado por esta asociación en febrero pasado. Este estudio recopiló información desde Atacama hasta la región de Los Lagos y reveló que el consumo anual percápita de miel en el país alcanza los 700 gramos, muy por encima de los 98 gramos que se consumían en 2004.

“El primer sondeo que se hizo del consumo de miel en Chile fue en 2004. En ese entonces, la Universidad de La Frontera determinó que en el país se estaba consumiendo alrededor de 98 gramos percápita. En 2013, nosotros hicimos un nuevo sondeo para actualizar la información y se concluyó que en Chile se consumía alrededor de 180 gramos por persona. En 2015 Odepa encargó un estudio sobre el comportamiento de los productos apícolas en el mercado nacional y ahí se constató una nueva alza alcanzando los 220 gramos percápita”, explica el dirigente gremial.

Cuevas recalca que este incremento gradual en el consumo podría ser una respuesta al debate que comenzó a darse a partir del año 2010 sobre la importancia de las abejas y su posible extinción.

“En la mesa de los hogares chilenos se empezó a hablar de la crisis de los polinizadores y las familias comenzaron a preocuparse de este tema y a darle mayor valor a la miel. Fue así como en 2018 el consumo de este alimento alcanzó los 400 gramos por persona hasta llegar a los 700 gramos percápita en febrero de 2021″, asevera Misael Cuevas.

MAYOR CONSUMO

En pandemia, los socios de la Red, empezaron a notar un aumento en las ventas. Esto a pesar de las complejidades en el proceso de comercialización a raíz de la crisis sanitaria.

“Hicimos esta nueva medición en febrero de 2021 con la misma metodología que se utilizó en 2013 y 2018. El estudio arrojó un aumento en el consumo anual llegando a los 700 gramos por persona”, afirma Cuevas.

Otro dato interesante que reveló este análisis es que, mientras en 2013 sólo el 10% de los hogares chilenos estaba consumiendo miel, ahora lo hace un 50%. Además, se observó que el consumidor mayoritario es menor de 50 años.

“Suponemos que estas personas están motivando a sus hijos a consumir miel, ya que están optando por mantener una vida más saludable y amigable con el medio ambiente. También nos percatamos que hay más conocimiento sobre los atributos de la miel. Cuando se les preguntó sobre las razones para consumirla, casi el 70 por ciento de la gente respondió que, por sus propiedades medicinales y nutricionales. Alrededor de un 20% dijo que por ser un producto natural que no pasa por procesos industriales ni requiere aditivos”, dice.

EMPRENDIMIENTOS LOCALES

Indap a través de la Red de Tiendas Mundo Rural logró reunir una oferta interesante de mieles. En www.mercadoindaparaucania.cl podemos encontrar varios emprendimientos de este tipo. Rapa Maquehue, en Padre Las Casas, es uno de ellos.

Juana González Sandoval es la persona a cargo de este proyecto que comenzó en 2007. “Mi familia siempre estuvo vinculada a la producción de miel, pero sólo teníamos dos colmenas, en la actualidad, contamos con 40. Producimos miel multifloral y de bosques nativos”, sostiene Juana, quien ve con preocupación la venta de productos fraudulentos.

“Cada vez son más las personas que me dicen: a mi miel se le fue el sabor. Eso no ocurre con una miel de verdad, por eso hago un llamado a las personas para que compren a sus productores locales en el mismo territorio. Es peligroso consumir estos productos adulterados, los que generalmente tienen un precio menor al de la miel auténtica”, advierte esta apicultora.

Juana González, además, invita a la población a plantar hierbas medicinales y flores. “Recuerde el importante papel de las abejas y que éstas se alimentan de estas plantas y transmiten sus beneficios”, concluye esta productora.

Otra experiencia destacable es la de Ximena Vásquez Paillalí y su miel “Mögen”, palabra que en mapudungun significa “Vida”. Esta apicultora reside en la comuna de Lumaco, donde cuenta con 80 colmenas, las que heredó de su suegro. Si bien con el paso del tiempo ha disminuido su población de abejas, se proyecta aumentando su número de colmenas y diversificando su producción.

Ximena produce miel multifloral y de poleo. Sus productos están a la venta en su mismo hogar en La Araucanía y en diferentes locales de la región y fuera de ella.

“Nuestra miel está en Victoria, en Temuco (en el Espacio Fibra Local de CMPC), también hemos enviado a Concepción, Santiago y Puerto Montt”, cuenta esta productora, quien plantea que uno de sus desafíos es cultivar sus propias plantas medicinales para alimentar a sus abejas y ampliar su línea de negocio e incorporar nuevos productos como el polen.

“Lamentablemente la sequía y la falta de lluvias ha ido mermando la floración de algunas plantas nativas. Eso también está ocurriendo con el poleo”, cuenta Ximena, quien confirma que este año ya ha vendido gran parte de su producción.

“En este periodo de pandemia las personas han optado por alimentos más saludables y es por eso que han consumido más miel, ya que esta tiene propiedades medicinales”, precisa.

MIELES SUREÑAS

La calidad de las mieles chilenas no está en duda y, en especial, la de la zona sur. Misael Cuevas explica que la producción de miel en las regiones sureñas tienen grandes ventajas.

“Se trata de una zona que todavía no está excesivamente intervenida por una agricultura asociada a los monocultivos. Entonces hay muchos territorios dentro de las regiones donde hay baja intervención y, por lo tanto, hay bosques nativos, desde donde sale una miel, por supuesto, muy valorada”, recalca el dirigente gremial.

La miel de los bosques sureños -advierte Cuevas- cada vez va adquiriendo mayor importancia y mayor valoración, primero por los lugares donde se produce y, segundo, por las características de la flora.

“Hay mucha flora del bosque austral, digamos chileno, que se destaca, por ejemplo, la Tiaca, el Ulmo, el Guindo santo. Hay flora de aptitud apícola que traspasa a las mieles ciertos valores asociados al tema terapéutico”, dice Cuevas.

Conociendo estas ventajas es que Inia está trabajando con los productores apícolas de Patagonia Verde (territorio conformado por las comunas de Cochamó, Hualaihué, Chaitén, Futaleufú y Palena en la Región de Los Lagos) para demostrar que la miel producida en esta zona posee características diferenciadoras que le permitirían sustentar la solicitud de un sello de origen.

Al respecto, Misael Cuevas, sostiene que esta es una buena forma de dar valor agregado a la producción y aprovechar sus características únicas.

“Nosotros también estamos involucrados en estos proyectos. Hemos estado trabajando con el Inia, haciendo muestreos y análisis de los atributos diferenciadores de esas mieles y efectivamente se puede avanzar hacia el sello de origen territorial y de origen botánico. Evidentemente que con esto se valora mejor el producto en el mercado nacional e internacional”, precisa Cuevas.

En resumen, recalca el presidente de la Federación, la principal estrategia para los apicultores apunta a buscar la diferenciación. “Conozco estudios de la región de La Araucanía, en la zona de Curacautín, donde se ha hecho levantamiento de información con mieles locales y estas han salido cero residuos. Este es un atributo súper importante. También hay estudios del Ulmo en el sur, donde indican el nivel de actividad biológica, lo que permitiría, por ejemplo, controlar bacterias que atacan a los seres humanos. También puede controlar patologías que dañan a los cultivos como la pudrición de la papa. Imagínate una solución de miel para regar las papas”. enfatiza.

Un segundo paso sería usar la miel para la elaboración de otros productos, que sirvan desde el punto de vista nutricional o terapéutico.

PREOCUPACIONES

Pero no todo es “miel sobre hojuelas” para los apicultores. Misael Cuevas, advierte que se está frente a una abeja mucho más vulnerable en términos nutricionales y de su inmunidad.

“Es mucho más fácil que la ataquen microorganismos o parásitos y tienen mucha menor fortaleza, en especial, por el bajo aporte nutricional que ofrecen los monocultivos. Tenemos que ver cómo nosotros enfrentamos este tema y eso hace que el costo de producción sea mucho más alto. Hay que gastar mucho más en alimentarlas y en desparasitación”.

Lo otro -precisa Cuevas- es el tema de las secuelas del cambio climático. “Ya llevamos 11, 12 años de sequía. Este año viene muy complejo y sobre todo para la zona centronorte. Eso es un grito de alarma y de que no tenemos lluvias suficientes. Entonces es complejo. Y para el sur también, pues la sequía ha estado avanzando en todo el país. El cambio climático hace variar el comportamiento de la flora y eso dificulta el manejo de las abejas. Hay que estar consultando constantemente el clima”, afirma Cuevas, quien enfatiza la amenaza de los monocultivos “es como un desierto verde”.

En este contexto, el dirigente gremial, precisa que: “el modelo agroindustrial de intervención en la ruralidad es un modelo que pone en riesgo a la apicultura, sino existe un diálogo y una interacción de buenas prácticas acordadas con los otros actores económicos de los territorios”.

Finalmente reconoce que los pesticidas aparecen como el primer factor en la disminución o desaparición de las abejas a nivel internacional.

“Por supuesto que es el gran problema que tiene la apicultura y eso también ocurre en Chile”, concluye.

 

 

 


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