Publicado el 3 agosto, 2015 | por editor
Análisis del cultivo y mercado actual de la papa
Analizando las cifras que arroja la temporada 2014-2015 en lo referente al cultivo de la papa, podemos sacar algunas conclusiones que nos servirán para entender los cambios que ha ido sufriendo este tradicional cultivo en los últimos años y proyectar medianamente lo que nos depara la temporada venidera.
En primer lugar, podemos ver una estabilización en la superficie sembrada que varía entre las 48.000 y 50.000 hectáreas cultivadas, lo que si se compara con lo que sucedía hace no tantos años atrás es una clara disminución, la que sin embargo, no había incidido en una menor producción debido al aumento sostenido de rendimientos por Há. por el nivel de especialización que han ido logrando los productores del rubro y la aplicación de tecnología y conocimientos específicos por parte de los mismos, sin embargo la fuerte sequía y la escasez de semilla de buena calidad pasaron la cuenta durante la temporada que terminó provocando como vemos en el cuadro adjunto una severa merma en los rendimientos en las principales zonas productoras.
En cuanto a los niveles de precios, si bien durante la temporada 2013-1014 se apreció una mayor estabilidad principalmente debido a la mayor disponibilidad de producto a lo largo del año, aún se está lejos del óptimo y los precios al consumidor aparecen muy altos en lo referente a papa fresca a granel y envasada, comparados con lo que se paga a productor y la oferta en los países líderes en producción.
Si bien el consumo de papa es algo ancestral en nuestras costumbres culinarias, no debemos perder de vista que los niveles de precio y la calidad heterogénea del producto ofertado, está presionando fuertemente a la baja la tendencia y llevando al consumidor a preferir alimentos de más fácil manipulación y preparación y de menor costo final.
Una muestra de lo anteriormente expuesto es que a pesar de los grandes márgenes que están trabajando los envasadores, distribuidores y supermercados, en las papas procesadas congeladas, este nicho crece en forma exponencial llegando a la no despreciable cifra de 100.000 toneladas proyectadas para esta temporada, lo que representa alrededor de 300.000 toneladas de papa fresca, o sea alrededor de un 30% de la producción de papa de Chile, lo que evidentemente es una amenaza real al futuro del rubro, a pesar de las ventajas comparativas que como país tenemos para producir papa en cantidad y calidad.
Lo grave de lo anterior es que en este momento, salvo pequeñas fábricas artesanales y las procesadoras de productos Hojuela o Chips, en Chile no producimos nada de este tipo de producto que tanta demanda tiene y que se adapta mejor a las necesidades del consumidor moderno, debido al estilo de vida y a su tendencia a comprar soluciones y no problemas.
Enfermedades en el cultivo
Otra situación preocupante a nivel de país es la propagación de virus y de enfermedades cuarentenarias que ya han aparecido en la zona denominada Libre de estas enfermedades, por el momento como focos bajo control, poniendo en riesgo la sanidad del cultivo y con ello menores rendimientos y consecuentes alzas de costos.
Por otra parte el uso de papa consumo de bajo calibre usada como semilla, debido a malas prácticas, al alto costo de la semilla legal y a la falta de disponibilidad, y que no garantiza las condiciones sanitarias ni tiene el potencial de rendimiento adecuado, ha hecho que nuestros costos sean muy altos para ser competitivos a nivel industrial, llevándonos a la actual situación.
En vista de los anteriormente expuesto, y salvo las eventualidades del clima, la futura temporada debería tener una tendencia similar a la que termina, con superficies y volúmenes de producción similares, a no ser que los ataques de Tizón Tardío que ha dado luces de ser mucho más agresivo este periodo, no logren ser controlados a tiempo y afecten de manera significativa los rendimientos, y que la calidad de la “semilla” usada sea inferior y por tanto, el potencial del cultivo se vea afectado desde su inicio.
Está muy claro que el desarrollo del cultivo pasa por aumentar los rendimientos por hectárea y mejorar la calidad del producto final, lo que significa optimizar las tecnología desde el pequeño productor hasta el más grande. Abrir el mercado de la papa fresca a los pequeños y canalizando a los más grandes hacia el cultivo industrial, de tal manera que todos los productores ganen y se sientan incorporados al negocio, desarrollándolo al nivel que a cada uno corresponda en respuesta a sus esfuerzos, tanto personales como económicos.
No es imposible poder competir con la papa industrializada extranjera, ya ha habido algunos intentos en el pasado y no nos ha ido mal. Hay que aprender de los errores, tomando algunas precauciones podemos decir que si se puede competir con las importaciones. Creemos que la industria podría tener un muy buen futuro si es que ella está en manos de los propios productores. Recordemos que nuestra competencia son grandes holdings internacionales con costos fijos bajos dado a la magnitud de sus operaciones, por lo que debemos adaptar la industria a nuestra realidad, si queremos aprovechar nuestras propias producciones de papa.
Como ya se dijo, productores especializados en industrial, ojalá socios de la empresa, optimizando rendimientos por sobre 70 toneladas por ha, optimizando rendimientos industriales, producción de especialidades que tienen mayor valor agregado, 11 meses de producción y uno de mantención de líneas, marcas propias, cadena de distribución propia, enfatizar papas más sanas, etc.
Hay que aprovechar algunos aspectos positivos que pueden contribuir a la estabilidad del negocio como: productores técnicamente competentes, negocio por contrato a largo plazo, precio pre-establecido, ventajas arancelarias, ventajas de fletes con respecto a la competencia de Europa y/o Estados Unidos, Mercado de la Papa en expansión y por último excelentes rendimientos agrícolas.
Sequía
En cuanto a la sequía es indudable que las consecuencias en un producto como la papa (que se compone en un 80% de agua) es dramático. Más aún cuando esta escasez afectó dos etapas cruciales en el desarrollo del cultivo como son la tuberización (número de tubérculos que producirá la planta) y el llenado (calibre o tamaño de los tubérculos).
El impacto es una fuerte baja en los rendimientos y en la calidad de los tubérculos. Según lo visto las disminuciones van entre un 40 y un 50% en plantaciones sin riego y entre un 20 y un 25% en las que tuvieron riego. Por otra parte los ataques de algunas enfermedades como la sarna común se han incrementado en forma notoria.
En general toda la zona papera desde la Octava Región al sur por la época de plantación, sin embargo por las características del terreno desde la Novena Región al sur la escasez provoca un mayor impacto frente a los rendimientos potenciales por hectárea. En términos generales, toda la producción del país se va a ver muy afectada
Es difícil predecir si habrá una alza en los precios debido a la baja de rendimientos, eso por cuanto no creemos que el precio de la papa resista mayores alzas sin el riesgo de hacer emigrar a los consumidores a otro tipo de alimentos más convenientes como el arroz o las pastas. Creemos que seguir aumentando el precio al consumidor final, sería un golpe muy fuerte al futuro de este noble alimento.
Sobre los desafíos para los productores, éstos apuntan a mejorar su eficiencia en cuanto al uso de recursos hídricos invirtiendo en riegos eficientes y por otra parte elegir variedades más resistentes a la escasez de agua. Nuestro Consorcio en conjunto con INIA está trabajando ya desde hace varios años en este tipo de variedades y ya estamos viendo los resultados con Karú, Patagonia y Puyehue. Es un camino largo pero creemos que el futuro está allí.
Asimismo, el tema de la disponibilidad y la eficiencia de su uso va a ser un problema a resolver en los años venideros ya que cada año que pase, creemos que el problema va a aumentar.
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