Altos precios: el promisorio presente de la carne bovina en el mercado interno

En septiembre la carne toma un especial protagonismo. La celebración de las Fiestas Patrias incentiva la demanda y, justamente, la búsqueda del corte ideal para el asado dieciochero deja en evidencia el incremento en el precio que ha registrado este alimento durante los últimos 12 meses.

Desde agosto de 2020 que la carne bovina ha venido registrando un alza progresiva en su precio. En julio pasado las carnicerías de Osorno, zona ganadera por excelencia, daban señales de este fenómeno.

“Las alzas comenzaron en agosto del año pasado, coincidentemente con la entrega del 10% de las AFP. Ahora estas subidas no son responsabilidad ni de carnicerías y frigoríficos, sino de la venta de animales en ferias donde están mucho más caros. De hecho, han sido al menos 5 alzas sostenidas desde esa fecha hasta ahora”, comentaba en ese entonces Claudio Rojas, dueño de la carnicería Don Chicho, ubicada en Avenida Perú de Rahue Alto.

LAS CAUSAS

Rodrigo Arias, académico del Instituto de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias de la Universidad Austral de Chile, sostiene que el actual escenario que enfrenta este producto en el mercado interno es bastante promisorio desde el punto de vista de los precios, en especial para el sector de recría y engorda.

“Los precios respecto de 2020 han aumentado entre un 52 y 60% para todas las categorías (novillo gordo, novillo engorda, cava gorda, ternero y ternera) excepto el de la vaquilla gorda, la que ha incrementado aproximadamente un 35%. Pero respecto del año 2019 los precios del novillo gordo, para engorda y del ternero prácticamente se han duplicado (1,9 veces el valor de 2019)”, dice.

El aumento en el precio, precisa Arias, no es solo un fenómeno local, sino que global y se explica en gran medida por la gran demanda de proteína animal, en especial de China, ya que no produce suficiente en el propio país. A ello, se suma la caída en la oferta y el aumento en el precio de los insumos, especialmente alimentos, que han encarecido los costos de la producción de carne bovina.

Alejandro Anwandter, gerente general del Frigorífico de Osorno S.A., complementa esta explicación. “Existen dos condiciones que impulsaron el alza en el precio de la carne. Por un lado, la alta liquidez financiera del mercado nacional que generó una demanda más allá de la histórica. A esto se suma una demanda consistente y estructural de oriente, en forma directa e importante de China y en forma indirecta de Indonesia, y otros, con los cuales Chile aún debe lograr acuerdos zoosanitarios”, recalca.

Anwandter agrega que la demanda interna “aumentó significativamente y con ello los precios. Producto de lo anterior, la cadena completa vio aumentado el precio de sus producción. Frigosorno, no ha sido la excepción a ello”, argumenta.

mirando al futuro

Sobre lo que viene para este rubro, el investigador Rodrigo Arias, advierte que si bien la demanda de carne bovina se ha mantenido fuerte, el aumento de los precios puede conducir en el corto plazo a una ralentización en el consumo o incluso una caída, tanto en el plano local como global.

A lo anterior -precisa- se suma la aparición de otras fuentes de proteína alternativas a la carne vacuna. “Estas opciones se basan en plantas y biotecnologías a lo que se suma también las carnes sintéticas o de laboratorio. En general diversos especialistas estiman que al año 2025 esto representará un 10% del mercado”, aclara.

Una arista que también hay que considerar es la que involucra al sector crianza, ya que pese a los buenos precios, este eslabón de la cadena cárnica pareciera no estar capitalizando este buen momento, dice el investigador.

“Esto responde en gran medida, porque tras varios años de pérdidas, para muchos esta bonanza llega un poco tarde. Lo anterior complica al sector cárnico en Chile, pues menos actores implica una reducción en la oferta de animales y un aumento en los precios. Esto se suma a las exportaciones de vaquillas en pie que reducen el número de vacas de la masa nacional”, precisa.

Para hacer frente a la caída en la masa ganadera, Arias, recalca que se requieren de políticas que incentiven el sector criadero del país, apostando a la capacitación, tecnificación, fomento a praderas y créditos blandos para infraestructura.

IMPORTACIONES

Según datos de Odepa al mes de julio hubo un aumento en las importaciones en un 45,5% en relación a igual periodo de 2020.

Sobre estos números, Rodrigo Arias, explica que es normal que en esta fecha aumente el volumen carne importada, dada la proximidad de las Fiestas Patrias, por lo que se prepara el stock.

“Por otra parte, cuando se compara con el año 2020 hay que recordar que después del inicio de la pandemia, en el primer trimestre de 2020, hubo una caída importante de las importaciones. Esto como resultado del cierre parcial o total por algunas semanas de plantas faenadoras a nivel global por brotes de Covid19. Este aumento en las importaciones se combina con una caída en la faena de novillos y un leve aumento en la faena de hembras”.

En esta línea, Alejandro Anwandter, gerente general del Frigorífico de Osorno S.A., precisa que “en lo conceptual, ello (las importaciones) no ha sido un problema, ya que la demanda es muy superior a la oferta nacional. Más allá de la posiciones de cada eslabón productivo nacional, las importaciones han ayudado a solucionar una demanda muy fuerte”, concluye.