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Publicado el 10 agosto, 2015 | por editor

Tres historias de emprendimiento: la fuerza femenina en el agro

El olor a tierra húmeda y verduras frescas despiertan los sentidos. La lluvia cae intensamente y el frío cala los huesos, pero eso no es impedimento para que, al igual que todos los días, Mercedes Vidal se levante al alba e inicie una nueva jornada de trabajo en su predio, ubicado en la comuna de Los Muermos.

Pero la pequeña lechería no es único sustento de Mercedes y su familia, ella hace ya algunos años decidió que no podía quedarse de brazos cruzados mientras veía cómo el precio de la leche disminuía cada vez más. Siempre, como relata, quiso desarrollar un emprendimiento propio, que le diera la posibilidad de apoyar a su marido en el ingreso familiar.

Fue así como decidió iniciarse con un pequeño invernadero, donde pudiera generar verduras gran parte del año, no solo para consumo familiar, sino también para su comercialización. Pero no se trataba de levantar un invernadero así como así, Mercedes quería hacer las cosas bien y de esta forma llegó a Indap y pasó a formar parte del convenio Indap-Prodemu, programa que le permitió, durante sus tres años de duración, no sólo aprender a desarrollar su emprendimiento, sino también a contar con herramientas para que ella se desarrolle con su entorno.

“Creo que es posible lograr metas si uno se lo propone, pero para eso también es importante que uno ponga de su parte, ya que a los pequeños agricultores nos pueden ayudar mucho, pero si no somos capaces de utilizar bien esa ayuda seguiremos en el mismo lugar, sin muchos avances. Ahora nosotros estamos muy contentos como familias, porque la llegada de esa camionetita nos ayudará a seguir adelante e ir creciendo”.

Inclusión

El testimonio de Mercedes Vidal es uno de los tantos relatos de miles de mujeres campesinas que a lo largo de nuestro país, y en la región de Los Lagos, trabajan la tierra para sacar adelante a sus familias. Desde esa perspectiva es que Indap abrió sus puertas a las mujeres para apoyarlas y guiarlas con asesorías que les permita desarrollar sus proyectos.

“Para nuestra institución es fundamental apoyar el desarrollo de las mujeres en la agricultura, principalmente porque en la región son más de nueve mil las pequeñas agricultoras que son usuarias de Indap, es decir un 46% de los más de 20 mil usuarios son campesinas que ven en la tierra una oportunidad de salir adelante y de aportar no sólo a su familia, sino también al país”, expresó el director de Indap en la Región de Los Lagos, Enrique Santis Oyarzún.

Durante el año 2014, el Instituto de Desarrollo Agropecuario en la región de Lagos entregó más de dos mil millones de pesos en crédito a 3 mil 553 usuarias y, además, a través del convenio Indap Prodemu y de la Mesa de la Mujer Rural se invirtieron 137 millones de pesos.

dulCE emprendimiento

Las cosas estaban complicadas para Lucila Albizu. Después de buscar oportunidades laborales, junto a su esposo y sus dos hijos se fueron a vivir a una parcela en la comuna de Río Negro, pero la situación económica no mejoraba. De esa experiencia han pasado 5 años y la vida le dio a Lucy, como le llaman cariñosamente, un giro en 180 grados.

“Yo me casé muy joven y siempre con las expectativas bien altas. Junto a mi esposo siempre hemos sido empeñosos, pero las cosas, simplemente, no estaban resultando como esperábamos. Fue así como decidimos arriesgarnos e irnos a una parcela que compramos, que no tenía nada, era pura maleza, pero a mí se me ocurrió la idea de hacer un pequeño huerto y plantar berries, como lo había visto en el norte y ahí comenzó todo”, explica Lucila.

Comenzó con una pequeña plantación de 600 plantas, pero que dado el éxito que tuvo su producción, al año siguiente se convirtieron en 4 mil y hoy son 80 mil las plantas que tiene. Para esto decidió acercarse al área Purranque de Indap, quienes la apoyaron y la siguen apoyando.

“Ingresé al convenio Indap Prodemu y con los recursos que me entregaron invertí en el polietileno y la malla para mi producción, posterior a ellos, cuando egresé después de los tres años ingresé al Prodesal y el año pasado creamos el primer Servicio de Asesoría Técnica (SAT) de Berries de la Región. Claramente sin el apoyo de Indap no tendríamos lo que hoy hemos logrado con mi familia, ha sido un esfuerzo en conjunto, porque esa es la forma en que se debe trabajar para concretar los objetivos que uno se plantea en la vida”, explica Lucy.

Pero los berries, especialmente frutillas, no es lo único que Lucila cultiva. Hace un par de años su marido se hizo unos exámenes y sus niveles de azúcar superaban los rangos normales, y pese a no ser algo tan grave, como ella misma señala, fue una alerta, principalmente, “porque existían registros en la familia de mi esposo de diabetes, por lo que él tomó muy en serio esta enfermedad y comenzó a cultivar unas plantitas de stevia para consumo personal. Primero nos dijeron que nunca se daría acá, porque el clima no era el adecuado, pero la verdad es que no fue así y nos dimos cuenta que podía ser una buena oportunidad para generar un nuevo emprendimiento”.

La stevia la cultivan en invernadero y son los productores más australes del país de esta dulce planta, que hoy es uno de los principales endulzantes naturales que existen. Pero no sólo eso, además, cultivan tulipanes y lilium, cuyos bulbos también son muy requeridos.

“Estamos muy contentos de todo lo que hemos logrados. Hoy nuestros cultivos son ejemplo para otros pequeños agricultores, nuestros trabajo es reconocido y somos un referente a nivel local, eso me hace sentir sumamente orgullosa. Acá llega gente del norte a ver nuestra plantación de frutillas y nosotros dejamos que ellos mismos cosechen la fruta, haciendo a la vez una suerte de turismo rural, porque las personas no están acostumbradas a meter su manos en la tierra y recoger los alimentos que más tarde van a consumir, lo encuentran todo al alcance de la mano en el supermercado, por lo que esto es una novedad para ellos”, menciona Lucy.

El sabor de la tierra

“Cuando lo que consumes es orgánico, no tiene químicos y tiene ese color verde, obviamente, se nota. Es como si pudieras sentir el sabor de tierra”, explica Marta Paredes, mientras nos muestra sus invernaderos, y los secretos que allí dentro esconde. Los aromas del cilantro y las lechugas frescas afloran incluso antes de ingresar a su huerto cubierto.

Marta siempre tuvo las ganas de tener un invernadero, pero no sabía cómo trabajarlo. Fue así que a través del taller laboral al que pertenecía, junto a otras 30 mujeres del sector Misquihué de Maullín, que se enteraron de la posibilidad de acceder al convenio INDAP Prodemu.

Este es el tercer año de Marta en INDAP. Dice sentirse contenta porque con el paso del tiempo ha ido creciendo, adquiriendo más conocimientos y herramientas que le han servido para potenciar su trabajo como pequeña agricultora.

 


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