Publicado el 2 junio, 2021 | por editor
Director de ProChile Los Lagos: “No poner los huevos en la misma canasta es clave en tiempos de incertidumbre”
Por RICARDO ARRIAGADA,
director regional de
ProChile en Los Lagos
El campo del sur de Chile termina un nuevo ciclo anual, en que pese a las grandes dificultades que impone la pandemia, tiene un sabor dulce para la gran mayoría de los productores: fue una temporada con buenos rendimientos, precios al alza y mercados internacionales con un gran apetito por frutas, verduras, cereales, carne y leche de esta parte del mundo.
Las cifras de los primeros cuatro meses de 2021 muestran un crecimiento promedio de 13,5% en los retornos por exportaciones del sector agropecuario, totalizando US$ 4.548 millones, siendo el segundo sector exportador más importante de Chile, solo superado por la minería.
Las “estrellas” de la temporada que termina fueron las cerezas en que, pese a los vaivenes del mercado por la pandemia, representaron retornos por US$ 1.374 millones en el período mencionado, con un aumento del 86% en comparación a 2020. Le siguen los arándanos frescos y la carne de cerdo.
en el centro sur
Haciendo un “zoom” a las zonas centro sur de Chile podemos observar que el sector agropecuario también tuvo un buen término de temporada y que en 2021 revela el intenso proceso de cambios de cultivos tradicionales por otros más rentables y también empujados por el cambio climático y la menor disponibilidad de agua.
Es así como suelos tradicionalmente destinados al pastoreo y ganadería se han reconvertido paulatinamente a suelos agrícolas, con protagonistas como las cerezas, arándanos y el avellano europeo. Se trata de un proceso gradual, pero que permitirá continuar aumentando la producción significativamente en los próximos años.
Esta reconversión tiene componentes de innovación, ya que se están incorporando berries que no se cultivaban hasta hace pocos años, como las grosellas, cranberries y otras frutas como el baby kiwi y también flores, en que se producen bulbos de lilium y tulipanes, que luego germinan en Asia o Europa.
Las mayores temperaturas también han desplazado la producción de uva vinífera cada vez más al sur, al punto que ya tenemos algunas viñas produciendo en la Provincia de Osorno, algo completamente impensado hace algunas décadas.
El ganado bovino, para producción de carne y leche sigue siendo una actividad relevante en la zona sur, concentrando Los Ríos y Los Lagos más del 70% de la producción nacional. En términos de exportaciones de carne, China aparece como el mercado más promisorio, con una demanda que sigue creciendo a dos dígitos en los últimos años. En lácteos, el sector se ha orientado a agregar valor a sus productos, con alimentos infantiles que llegan a Medio Oriente y quesos que se exportan a México.
Con este panorama, los desafíos que se presentan para la macrozona sur son numerosos. Uno de lo más relevantes es seguir avanzando el agregar valor a la producción agropecuaria, considerando que se trata de productos que muestran una mayor estabilidad en precio y demanda, en que resulta clave incorporar y poner en valor las características de origen del producto.
Otro elemento que resulta relevante es insistir en la orientación hacia el mercado externo, con exportaciones cuyos precios aparecen como una de las mejores vías para la reactivación de las economías regionales post pandemia. Esto en una mirada de largo plazo con los clientes extranjeros, en que también es esencial la generación de lazos de confianza.
diversificar mercados
Una lección relevante que aprendieron los productores este año fue la necesidad de diversificar los mercados. “No poner todos los huevos en la misma canasta” es clave en tiempos de incertidumbre como los actuales. En general vemos a productores llegando a uno o dos mercados, lo que significa un riesgo que puede tener graves consecuencias. ProChile está presente en 45 países con 58 oficinas de los principales mercados, que están abiertas y disponibles para trabajar con los exportadores actuales y también para los potenciales.
Los canales tradicionales de comercialización también han experimentado cambios durante la pandemia y crece aceleradamente el e-commerce, también para alimentos y productos agropecuarios. Subirse al carro de los negocios “B2B” y “B2C” acompañados del apoyo que entregan los organismos del Estado, parece una opción más que conveniente para la mayoría de los productores.
En resumen, el campo chileno tiene un futuro brillante, en la medida que sus productores sean capaces de conectarse con las tendencias mundiales y tener una actitud abierta y positiva a los numerosos cambios que está generando la digitalización y también la pandemia.
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