Publicado el 5 mayo, 2020 | por editor
Pequeños productores apuestan por venta online y canastas a domicilio
Directo del campo a la mesa es una consigna que hoy muchos productores están convirtiendo en una realidad. Ante el nuevo escenario que se vive por la pandemia, los pequeños agricultores de todo el país han debido reinventarse para llevar sus productos a los consumidores.
Romina Salazar es ingeniero agrónomo y a sus 26 años preside la Cooperativa Campesina Ilusiones de Folleco que cuenta con nueve socias. Romina junto a su mamá y papá mantienen una tradición familiar de pequeños productores en su huerto ubicado en el sector de Folleco a 18 km. de La Unión, donde tienen una producción de hortalizas en invernadero y en exterior, y una sala de procesos, donde elaboran pasta de ajo, pasta de ají y mermeladas.
Ante el nuevo escenario sanitario y las restricciones, la agrónoma explica que debieron adaptarse para vender.
“Antes de la pandemia entregábamos a la Cooperativa La Manzana en Valdivia y en La Unión a comerciantes, pero ahora nos adaptamos y estamos entregando canastas a los vecinos a través de Prodesal y de la Cooperativa”, señala Romina.
La productora sostiene que han podido adaptarse y no han perdido sus productos, incluso aumentaron sus ventas y tuvieron que incorporar otros medios de pago como transferencia.
Romina indica que además buscan poder dar valor agregado a sus hortalizas y aumentar su producción, que actualmente alcanza una hectárea un cuarto y que tiene como sello la producción agroecológica y el uso de fertilizantes orgánicos. “Queremos crecer, ser más eficientes y agregar tecnología para aumentar el rendimiento y la producción”, comentó.
Si bien el desafío ha sido doble en esta época, la productora explica que es muy motivamente brindar alimentación saludable a las personas para poder mejorar su calidad nutricional, especialmente en este contexto.
Para quienes quieran conocer sus productos pueden hacerlo en Instagram en @huertodefolleco.
DESDE RILAN ENTREGA A DOMICILIO
Ecohuerto y Vivero Campo Chilote es el emprendimiento de María Angélica Calderón, que comenzó en 2005 de forma muy incipiente. En su predio ubicado en el sector de Curahue, península de Rilan, trabaja junto a su mamá, su pareja y sus dos tías. “Tenemos una tradición unida al campo”, señala.
Actualmente cuenta con tres hectáreas bajo plástico y al aire libre para producir hortalizas y además arrienda superficie para la siembra de papa, que entregan a la empresa Tika.
También eran proveedores de verduras para Junaeb, pero debido a la suspensión de las clases, las ventas están detenidas.
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