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Publicado el 27 mayo, 2019 | por editor

El impacto de la introducción de las ballicas en el sur de Chile

La introducción de las ballicas provocó un gran impacto positivo en el desarrollo de la ganadería, logrando aumentar la producción de la pradera, lo que se tradujo en un mayor rendimiento en carne y leche.
“Las ballicas presentan una mejor palatabilidad a otras especies forrajeras, lo que conlleva a mejorar los pastoreos y la utilización propia del potrero”, señala Alfonso Sube Dimter, ingeniero agrónomo y jefe de Desarrollo de Barenbrug Chile, una firma que busca entregar las mejores variedades de praderas del mundo a los agricultores.
Con el pasar de los años, el desarrollo genético de las ballicas fue evolucionando, obteniendo grandes avances como fue la introducción de los endófitos, lo que fue de gran ayuda en obtener variedades tolerantes al ataque del gorgojo argentino, que es un coleóptero que produce un gran daño a las praderas. “El desarrollo de las floraciones en las ballicas, fue crucial en obtener variedades que mantengan por más tiempo su calidad forrajera, remarca.
Hoy, la versatilidad de las ballicas permite su utilización en diferentes condiciones de suelo, clima y manejos: existen ballicas anuales, bianuales y perennes, lo que permite tener un producto mucho más adaptable a las diferentes necesidades de los agricultores. “Por eso su introducción tuvo éxito en el sur de Chile”, sostiene Sube.
La tecnología e investigación han hecho lo suyo. Así se obtuvieron las primeras variedades híbridas, que presentan las características de las ballicas de rotación corta y perenne. Esto da como resultado una variedad mucho más productiva que una perenne y de una duración mucho más larga que las de rotación corta.
Otro avance fue la creación de las “tetraploides”, que permitió mejorar más la palatabilidad propia de las ballicas. Algo que a su vez, repercutió en que los sistemas lecheros y crianceros vieran un incremento en sus producciones.
“Con el tiempo se esperan ballicas mucho más resistentes a las sequias y con mayores producciones de forraje en épocas criticas, como son el verano e invierno. Por eso, el desarrollo genético y tecnológico van en continuo mejoramiento para obtener variedades que sean mucho más eficientes para los agricultores”, remarca el jefe de Desarrollo de Barenbrug.


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