Publicado el 19 mayo, 2015 | por editor
Lupino en la rotación de cultivos: mitos y verdades
El lupino es una alternativa de cultivo que debe estar presente en los sistemas productivos de la zona sur. Actualmente se siembran alrededor de 20 mil hectáreas podrían ser más de 60 mil hectáreas, que junto con el raps deberían acompañar a los cereales en la rotación.
El potencial genético de las nuevas variedades de lupino, especialmente del lupinus albus, y las múltiples alternativas de control de malezas de hoja ancha y gramíneas, hacen que esta especie lleve a los agricultores a contar con un cultivo nuevamente rentable. El rendimiento promedio nacional de lupino bordea los 20 qqm por hectárea, pero con un manejo adecuado los agricultores podrían superar los 45 qqm/hectárea.
El lupino tiene gran importancia en la rotación de cultivos, ya que reduce en forma importante algunas enfermedades en trigo, como ser “mal de pie”. Con un año usando esta leguminosa es generalmente suficiente para reducir inóculo a niveles seguro para el trigo. Además, el uso de buenos herbicidas permite controlar en forma eficaz gramíneas como ballica, cola de zorro, vulpia y avenilla que presentan niveles críticos desde la región del Bio Bío al sur. Actualmente se pueden usar herbicidas muy eficaces aplicados en presiembra, preemergencia o postemergencia del cultivo.
Otro aporte del lupino está ligado a la fijación simbiótica de nitrógeno, ya que la asociación con el rizobium hace que el lupino no necesite fertilizante nitrogenado, y es muy poco exigente en otros nutrientes. Con esto se reducen los costos de fertilización y el impacto ambiental.
En otros países se ha determinado que el lupino puede realizar un aporte neto que se estima entre 32 a 96 Kg/ha de nitrógeno. El aumento de rendimiento por efecto del lupino como pre cultivo se sitúa en valores de 45% más en lupino sobre trigo, comparado al de trigo sobre trigo (Australia). En ensayos realizados en La Araucanía, los aumentos de trigo sobre lupino se sitúan entre un 75% y 140 más en diferentes suelos respecto de trigo sobre trigo.
El lupino generalmente aumenta la disponibilidad de potasio y fósforo, a través de las micorrizas y solubilización de exudados radicales. Además, mejora las condiciones físicas del suelo aumentando la infiltración y capacidad de retención de agua. En nuestra región sería ideal realizar diferentes rotaciones como son: avena- lupino- trigo- avena o avena- lupino- trigo- raps- trigo.
Resultados
Ensayos realizados por la Universidad de la Frontera en la temporada 2014/15, señalan que la especie que tuvo mejor comportamiento fue el lupino albus, conocido como lupino blanco, con rendimientos cercanos a 55 qqm/ha, siendo la nueva variedad Alboroto INIA, la que alcanzó el más alto rendimiento. También las variedades de lupino blanco, Clovis y Rumbo, lograron altos rendimientos. La especie Lupinus angustifolius (australiano) obtuvo rendimientos cercanos a los 45 qqm/ha, con la variedad Coromup. Los rendimientos más bajos se lograron con la especie Lupinus luteus, denominado lupino amarillo, con la variedad Aluprot, con rendimientos de alrededor a 32 qqm/ha.
Esto coincide con siembras comerciales, donde el lupino albus logró en forma sostenida rendimientos más altos que las otras especies. A nivel de agricultor el rango de rendimiento fue de 18 a 40 qqm/ha con una media de 25 qqm/ha con las variedades Rumbo y Clovis; con el lupino Aluprot el rendimiento fue entre 10 y 25 qqm/ha con una media de 17 qqm/ha. Este lupino concentra más proteína (alrededor de 47% en el grano entero), de manera que produce unos 800 kilos de proteína por hectárea. En cambio el lupino blanco, con menor proteína en el grano entero, del orden de 38% aproximadamente, logra 950 kilos con un rendimiento medio y 1500 kilos de proteína por hectárea con un buen rendimiento.
En un futuro cercano los lupinos, especialmente las variedades de la especie albus, presentan un futuro auspicioso. En años con condiciones normales de clima, esta especie supera con creces el rendimiento de 6.000 kg/ha en ensayos de investigación en diferentes localidades de La Araucanía. Incluso estos rendimientos se han obtenido en experimentos en los últimos años, considerados años de primavera-verano muy secos. También el lupino australiano (L. angustifolius) o lupino hoja angosta, en algunos años ha alcanzado estas cifras en experimentos, sin embargo, el lupino luteus (amarillo) en general no alcanza los 4.000 kg/ha.
Con un manejo adecuado de herbicidas, épocas de siembra tempranas, desinfección de semilla, con funguicidas superiores, fertilización azufrada, se logra revertir los bajos rendimientos de los lupinos y con costos inferiores a los cereales y a las oleaginosas, con lo cual se sitúa este cultivo como un real aporte a la rotación y con una buena rentabilidad.
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