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Publicado el 30 marzo, 2015 | por editor

Agroecología versus Revolución Verde: la nueva forma de hacer agricultura

Como “la agricultura del futuro”. Así calificó Miguel Altieri, ingeniero agrónomo de la Universidad de Chile y doctor en Entomología de la Universidad de Florida, a la agroecología, disciplina científica que se basa en el desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sostenibles para la producción de alimentos.
Altieri, quien participó en el Seminario “Agroecología y Sustentabilidad para la Agricultura Familiar Campesina”, que se realizó en Temuco (con una segunda versión en Santiago) y que fue organizado por Indap y la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias – Odepa -, aseguró que es imprescindible dar un vuelco en la forma de hacer agricultura y para ello es necesario recuperar los saberes ancestrales.
El académico titular de la cátedra de “Agroecology” en la Universidad de California – Berkeley, y referente internacional en el debate y promoción de esta ciencia incluso como consultor de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) enfatizó en el rol fundamental de la pequeña agricultura en la estabilidad alimentaria y la protección del ecosistema.
Esto se explica -según el experto- porque la agricultura de la revolución verde o convencional (que es la agricultura dominante), es una agricultura que se creó bajo presupuestos que ya no son válidos.
“Se creó bajo el presupuesto que el clima no cambiaría, que el petróleo sería barato y accesible, que el agua sería abundante, que la naturaleza se podría controlar. Todos esos presupuestos ya no son válidos. Nosotros estamos en una nueva época planetaria en la que se necesitan nuevos paradigmas”, aseveró Altieri, quien en su argumentación citó a Albert Einstein “no se pueden solucionar los problemas con la misma mentalidad que los creó”.

NUEVO PARADIGMA
Altieri recalcó que, si la crisis alimentaria que enfrenta el mundo hoy es parte o es el resultado de un modelo que no funciona, hay que crear un nuevo paradigma.
“No se puede utilizar las mismas herramientas de la revolución verde, para solucionar los problemas de la revolución verde”, enfatizó el docente, quien agregó: “necesitamos un cambio de conciencia. Hay que reentrenar la formación que tuvimos, porque fue impulsada por la revolución verde. Ahora necesitamos una revolución agroecológica y eso necesita un cambio de chip”.
Este cambio de mentalidad -de la revolución verde a la agroecología- expuesto por el docente no sólo incluye los elementos de la ciencia moderna, sino que también considera el conocimiento local y campesino. Es una construcción conjunta de conocimientos, ya que a su juicio no se puede construir la agroecología sin la participación de los campesinos.
En América Latina ya están los cimientos para impulsar el cambio. Se contabilizan 500 grupos étnicos que tienen un conocimiento agroecológico, por eso el cambio va más bien por los profesionales y las instituciones. Estas últimas tienen la voluntad política, pero no cuentan con los profesionales capacitados en la revolución verde.
“El Indap tiene que capacitar a sus extensionistas. Tiene más de 6 mil consultores que deben ser formados en agroecología. Este es un trabajo que tomará mucho tiempo y que ya se está dando en muchos países como Brasil, Argentina. Chile tiene recursos, pero hay que saber invertir. No basta sólo con la voluntad política y también hay que potenciar lo que uno tiene con recursos”, señaló Altieri.
La academia cuenta con profesores jóvenes que están trabajando en agroecología y que incluso son miembros de la Socla (Sociedad Científica Latinoamericana), pero esto no es suficiente. La deuda en esta materia pasa por la creación de Políticas Públicas Agrarias que fomenten este cambio de mentalidad.
“Brasil tiene en su presupuesto tres mil millones de dólares para fomentar su Plan Nacional de Agroecología, por eso Chile si de verdad quiere dar este paso debe tener dinero para movilizar créditos, capacitación, investigación, extensión, mercado. Se tiene que potenciar con políticas agrarias”, concluyó.
Esta opinión la comparte Juan Martínez Valdés, director de la ONG Ecología y población de México, quien también participó en el seminario. Valdés fue enfático en señalar que la agricultura convencional o industrial alimenta animales.
“Se produce granos para alimentar a los animales de otros países, para así enfrentar el apetito de carne de la población mundial que se está incrementando”.
En este escenario lo más desafiante es cambiar el paradigma actual. No sólo cultivar suelo, sino cultivar mentes. Afortunadamente -agregó- Martínez “estoy percibiendo que hay voluntad política para hacerlo y si esa voluntad política se acompaña de presupuesto está hecho la mitad del camino”.
Un punto que se debe, según afirma Martínez, considerar es la capacitación de los profesionales y técnicos involucrados en este cambio.
“Deben entender que la agricultura del futuro es la orgánica, como lo fue en el pasado. La agricultura industrial no es sustentable de ninguna manera y no es inteligente. Sus planteamientos son muy simplistas y los recursos que requieren ya no los vamos a tener al alcance. Así que necesariamente necesitamos empezar a prepararnos para empezar a sembrar orgánicamente en el futuro”, precisó Martínez.
Recalcó que los profesionales, los estudiantes necesitan desaprender. Un ejemplo importante lo está dando México,donde se está impulsando una nueva profesión: agrónomo alternativo, el que va a trabajar como lo han hecho hasta ahora las comunidades rurales y los indígenas.
“En Chile se debe caminar en esa dirección, formando profesionales con capacidades para desarrollar la agroecología, pero quizás con otro nombre, con un enfoque más local, diferente. Pero sí, necesitamos profesionales que tengan capacidad de trabajar con los recursos con los que contamos, cada vez con menos agua y menos suelos fértiles”, aclaró el director de la ONG, quien además advirtió que los pueblos originarios tienen un papel relevante.
“A los campesinos tradicionales los hemos tenido en la parte más baja de la estructura social y eso debiese ser al revés. Ellos debiesen estar arriba, porque tienen la experiencia y la base de conocimiento que nos va a servir”, afirmó.

PROPUESTA
PÚBLICA
El ministro de Agricultura, Carlos Furche, junto a los directores de Indap, Octavio Sotomayor y Odepa, Claudia Carbonell, participó de la inauguración del Seminario Internacional “Agroecología y Sustentabilidad para la Agricultura Familiar Campesina”, pero en Santiago.
Furche destacó la importancia que tiene el avanzar en la definición de políticas públicas basadas en una “nueva forma de hacer agricultura, más integral, revinculándose con los recursos naturales y sus potenciales productivos”.
El sector agroalimentario chileno será uno de los más dinámicos durante 2015, con un crecimiento de entre 5% y 6 %, y es altamente previsible que este ciclo favorable se mantenga.
Sin embargo, el secretario de Estado recalcó que estamos en un momento donde se hacen muy evidentes las fragilidades y las amenazas del sector.


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