Publicado el 25 abril, 2016 | por editor
La relación entre la cosecha y el almacenamiento en la producción de papas
La cosecha y almacenaje de papas es clave para los productores. En el contexto del proyecto territorial que Inia ejecuta en la Provincia de Malleco, en La Araucanía, orientado al mejoramiento de la competitividad del sistema ganado – cultivo, a través de acciones de transferencia tecnológica e innovación, se realizó un Día de Campo en Traiguén, donde analizaron ambos temas.
En la ocasión se conocieron los resultados productivos de las unidades demostrativas establecidas durante el 2015 en los predios de Juan Trangulao y Ana Michaleo, de la comunidad Ignacio Cheuquemilla. Durante la temporada 2015/2016 se establecieron 4 unidades demostrativas en papa, que respondieron de alguna forma a la demanda recogida de los equipos técnicos y agricultores del territorio, lo que permitió establecer un semillero de papa corriente, un ensayo en control de malezas, sistema de riego y jardín de variedades de dicho cultivo (Pucará Inia, Karu Inia, Patagonia Inia y Desiree).
Paulina Huenuqueo, profesional de apoyo de la seremía de Agricultura señaló que “es buena idea realizar este tipo de capacitaciones en Traiguén, que no es necesariamente una zona productora de papas. Esto ayuda a que la gente aumente su productividad y mejore la calidad de sus productos, con la entrega de nuevos conocimientos. Es importante que los estudios y presentaciones se realicen en terreno, lejos de los Centros de Investigación, porque se entrega información en una realidad particular de las comunidades”.
MANEJO DE COSECHA
Según Patricio Méndez de Inia, la cosecha de papa y su posterior traslado a bodega, es una de las actividades de mayor importancia en el manejo del cultivo, puesto que en este período se produce la mayor cantidad de daños físicos (picotazos, cortes y golpes) que reciben los tubérculos.
“En el caso de papa para consumo, la cosecha se inicia una vez que las plantas se han secado en forma natural y la piel se encuentra completamente firme; esto es particularmente importante en papas que se guardarán por un período prolongado. Atrasar la cosecha significa un aumento de enfermedades a la piel como Sarna Común, Sarna Plateada y Rizoctonia, además del aumento del daño por perforaciones del tubérculo causado por gusanos del suelo o nematodos”, explica.
Cuando se trata de semilla, el cultivo no termina su ciclo productivo, deteniéndose el crecimiento mediante el secado químico del follaje a los 90 o 100 días después de la plantación. En dicho caso, la cosecha se inicia cuando la piel de la papa está medianamente firme, entre 20 y 30 días después de la destrucción del follaje.
Iniciar la cosecha 20 días después de aplicar el desecante significa que los tubérculos se pelen (desprendimiento de la piel), aumentando la deshidratación durante el almacenamiento. Sin embargo, este manejo puede reducir problemas de sarna y de esclerocios de Rhizoctonia sobre la piel del tubérculo, aumentando el porcentaje de papas aptas para certificación.
En este sentido, para cosechar se recomienda evitar días con lluvia o con excesiva humedad ambiental para no ingresar papas mojadas a bodega; evitar días muy secos con altas temperaturas para disminuir el daño a la piel por trizaduras o ruptura; y cosechar con temperatura de suelo superior a 10 ºC para evitar el daño por golpes, puesto que papas frías son más sensibles a daño por golpes.
ALMACENAJE
Para los especialistas, el objetivo productivo indicará la necesidad de almacenar adecuadamente las papas y la forma de hacerlo. “La papa de consumo se almacena debido a la estacionalidad de la producción para regular la oferta y demanda o para especular, esperando precios mejores que al inicio de la temporada. Por otra parte almacenar papa semilla tiene como objetivo que éstas mantengan su calidad así como la facultad de brotar. El tubérculo es un órgano vegetal vivo que respira, generando aumento de la temperatura, agua y CO2, lo que provoca pérdidas. A ello pueden agregarse las pérdidas por deshidratación (ventilación excesiva), brotación y pudrición”, comenta Inostroza.
Considerando sólo las pérdidas de peso bajo condiciones de guarda poco adecuada, después de 5 meses se puede registrar un 30% de pérdidas en el peso de los tubérculos. Bajo buenas condiciones de guarda, con ventilación natural, se puede registra un 15 % de pérdidas; mientras que con almacenaje tecnificada con ventilación mecánica (refrigerado entre 4 y 6 ºC), la disminución se reduce a un 6%. Para evitar o reducir las pérdidas es necesario mantener los tubérculos bajo condiciones ambientales adecuadas que hagan posible retardar los procesos de deshidratación y brotación, y eliminar las pudriciones.
Según el experto de Inia, los factores que afectan la calidad de almacenamiento son el estado sanitario del cultivo, pues si hubo enfermedades durante el desarrollo del cultivo (fusariosis, tizones y/o pie negro), existe alta posibilidad de presentar pudriciones en bodega. También el grado de enmalezamiento, ya que alta presencia de malezas durante la cosecha aumenta la incidencia de daño mecánico producido por los implementos y herramientas de cosecha. Los daños mecánicos facilitan la entrada de patógenos. Se suma a esto la fertilización, es decir, dosis elevadas de nitrógeno aumentan susceptibilidad a golpes durante la cosecha y transporte. El potasio produce el efecto contrario, da firmeza a los tubérculos.
“Existe relación entre la calidad de la cosecha y la calidad del almacenaje, ya que durante la cosecha se produce cerca del 75% de los daños totales (de todo el período vegetativo) de los tubérculos. Realizar una cosecha adecuada mejora la condición del almacenaje”, puntualizó Inostroza.
El traslado de la cosecha debe ser cuidadoso, evitando golpear las papa al momento de cargarlas y sobre todo al descargarlas. La mayoría de los productores traslada la papa en sacos rojos o blancos de polipropileno de 50 kg y 40 kg respectivamente, de esta forma (ensacados) se pueden mantener no más de 10 días. Las papas que ingresan a bodega deben estar sanas, sin daños evidentes por heridas o insectos, libres de tierra o barro, secas, y en lo posible preseleccionadas y precalibradas. “Lo ideal es vaciarlas en trojas donde permanecerán almacenados. Cuando se transita por sobre la troja, se debe hacer por un tablón, debidamente protegido o apoyado sobre sacos rellenos con paja, evitando de este modo el daño por aplastamiento o estallido de los tubérculos. Una vez distribuidas las papas, la superficie de la troja debe quedar plana”, dijo finalmente Inostroza.
ENFERMEDADES
Rafael Galdames, fitopatólogo insistió en estar atentos a las plagas cuarentenarias que afectan el cultivo de papa, como carbón, marchitez bacteriana, y nematodos del quiste. Sostuvo que hay varias medidas para proteger el cultivo y donde los agricultores deben ser muy responsables.
“No sembrar ni guardar semillas de potreros infectados, no permitir la entrada al campo de papa, tierra o maquinaria que venga de un predio vecino que pueda estar infectado, utilizar sólo semilla certificada o legal, mantener un respaldo documental que acredite el origen de las semillas si se es productor y la autorización de movimiento o comprobante de fraccionamiento si se es transportista o comerciante”, puntualizó el especialista de Inia.
Finalmente, Gabriela Chahin, coordinadora de este proyecto y encargada de la Unidad de Validación y Transferencia de Tecnología de Inia Carillanca indicó que “esta actividad se suma a otras más que hemos venido desarrollando en el territorio de manera de acercar y validar el conocimiento que se genera en Inia.
Chahin agregó que “nuestra labor no sería posible sin el apoyo constante del municipio de Traiguén, a través de su UDEL, así como de Indap quienes han permitido la partición de los agricultores y equipos técnicos en todas las actividades de difusión y capacitación que venimos realizando en la comuna hace ya dos años”.
La idea es fortalecer las capacidades de los equipos técnicos de manera tal que ellos transfieran el conocimiento a sus agricultores y como resultado esperamos una mejor calidad de vida a las familias campesinas de La Araucanía.
“Este contacto directo con los agricultores nos permite también conocer mejor sus problemáticas productivas y retroalimentar a nuestros investigadores para generar las soluciones aplicadas a la realidad el territorio”, puntualizó.
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