Publicado el 7 marzo, 2016 | por editor
Producción de papas: un trabajo desde la raíz
Las papas son relevantes en el agro nacional y en la dieta de los chilenos. Anualmente se cultivan alrededor de 50 mil hectáreas, son el cuarto cultivo en superficie y el que tiene mayor número de agricultores: 59.606 según el VII censo agropecuario, la mayor parte de ellos pequeños.
Pese a que la producción de papas está pasando por un buen momento, la escasez de semilla certificada preocupa tanto a los productores como a los investigadores, especialmente en La Araucanía, región que concentra el 32% de la superficie destinada a este cultivo y que es considerada como una zona libre de plagas y enfermedades.
La importancia de este cultivo en la región está a la vista. Más del 90% de los productores de papas pertenece a la Agricultura Familiar Campesina y su cosecha está destinada tanto al consumo familiar como a la venta.
CONVENIO TRANAPUENTE
El borde costero, en especial Carahue, por sus condiciones climáticas y de suelo es considerado a nivel nacional como privilegiado para el desarrollo de este cultivo. El tubérculo proveniente de esta zona destaca por su sabor y calidad, pero aún así hay muchos detalles que mejorar.
Por ejemplo, si bien en la región los rendimientos han ido al alza (durante los últimos 5 años el promedio es de 24,56 t/ha), en el borde costero todavía hay sectores en que el rendimiento sólo alcanza las 15 t/ha. Otro tema que está en la palestra es la escasez de semilla certificada y, con ello, el constante riesgo de disminuir la producción o la propagación de enfermedades en las plantaciones.
Con estos antecedentes y viendo el potencial de la zona, el año 2002, de la mano de Inia Carillanca, nació el Convenio Centro Regional de la Papa Tranapuente, el que desde la fecha hasta la actualidad ha sido renovado cada cuatro años. En esta iniciativa también participan Indap, SAG y las municipalidades de Carahue, Saavedra, Teodoro Schmidt, Freire y Gorbea.
Según explicó Patricio Saldaña, profesional encargado de este convenio, 6.500 productores han sido atendidos en el territorio involucrando 8.800 hectáreas (60 a 65% del total regional).
Este centro cuenta con un laboratorio de cultivo de tejido implementado, un invernadero para la producción de minitubérculos, además tiene a disposición una superficie agrícola de 15 hectáreas para ensayos de I + D en el cultivo de papa más los predios de productores del territorio para la producción de papa semilla.
“Los ámbitos de acción del convenio apuntan a la producción de semilla, capacitación a equipos técnicos y agricultores e investigación de desarrollo asociada al cultivo de papa”, afirmó Saldaña.
RESULTADOS
Este trabajo ya ha dado resultados. Cuenta con una producción de plántulas in vitro (25.000 plántulas), producción de minitubérculos (20.000 unidades), producción de semilla certificada 0,83 ha en categoría Pre básica 1 y 2. (2700 kg semilla Prebásica 1 durante el 2015), producción de semilla corriente 12 hectáreas entre pequeños productores. Además históricamente 800 productores han recibido semilla a través de este convenio.
La capacitación también es un punto clave. Se ha capacitado en diversos temas (150 equipos técnicos 150 y 3000 productores) asociados al cultivo de papa como fertilización, manejo de plagas y enfermedades, manejo agronómico y producción de papa semilla. Lo cual se desarrolla a través cursos, talleres y días de campo masivos.
En investigación y desarrollo se ha apuntado a la validación de paquetes tecnológicos en el cultivo de papa (fertilización foliar, desinfección de semilla, riego, comportamiento varietal, comportamiento de pos cosecha y detección de virus).
La implementación de GTT paperos (Grupos de Transferencia Tecnológica) también han dados sus frutos. En Puerto Domínguez se consiguieron 152,06 hectáreas de papa semilla corriente y en Teodoro Schmidt 32 hectáreas de papa semilla corriente.
ASPECTO SANITARIO
El cultivo de la papa en Chile al igual que en todos los países productores del planeta es afectado por numerosas enfermedades (originadas por diferentes agentes patógenos como: hongos, bacterias, nemátodos y virus, principalmente), varias de las cuales causan significativas pérdidas en producción y calidad.
“Estas enfermedades pueden afectar diferentes partes de la planta (hojas, tallos, tubérculos y raíces) y en diferentes estados de desarrollo del cultivo. Las más importantes en la región incluyen tizones (tardío y temprano), pudriciones bacterianas, rizoctoniasis, pudrición seca, sarnas (plateada, común) y virosis (PVY, PLRV y PVS principalmente)”, explicó Rafael Galdames, fitopatólogo de Inia Carillanca.
El experto recalcó que un aspecto agronómico central para asegurar altos rendimientos y buena calidad del producto final, se basa en la utilización de tubérculo-semilla libre de patógenos, debido a que este es una vía muy eficiente de diseminación de estas enfermedades.
“Producir semilla de papa con altos estándares de calidad, exige que cada una de sus etapas de multiplicación (producción de plántulas in vitro, producción de minitubérculos en invernadero y producción de tubérculos en campo) esté sometida a un sistema riguroso de trazabilidad de la condición fitosanitaria”, argumentó Galdames .
En este contexto, para el Laboratorio de Fitopatología de Inia-Carillanca desarrollar herramientas de diagnóstico específicas, sensibles, rápidas y que puedan ser empleadas a un costo razonable es fundamental para implementar un sistema eficiente de control de calidad.
Hasta la fecha, según Galdames, se ha logrado poner a punto técnicas moleculares modernas para detectar de manera específica varios virus que afectan al cultivo de la papa (PVY, PLRV, PVX,PVS, PVM y PVA), que permiten con bajos tiempos de respuesta (48 hrs de recibida la muestras) discriminar entre material portador o libre de estos patógenos.
ESCENARIO ACTUAL
Anualmente se cultivan alrededor de 50 mil hectáreas con papas en Chile, la producción es destinada casi totalmente al mercado interno. La superficie ha ido en aumento en los últimos años, siendo un 3,2% mayor el año 2015 que el 2014 y estimándose un aumento de un 3,6% para la actual temporada.
En el largo plazo la superficie con papas muestra una tendencia a la disminución, alrededor de 15.000 hectáreas en los últimos 15 años. Por su parte la producción se ha mantenido más estable, aun cuando se producen variaciones entre los diferentes años que fluctúan en torno a un millón de toneladas anuales. Los rendimientos fluctúan entre 21 a 26 ton/ha.
Esta producción, según explicó Juan Inostroza, investigador de Inia Carillanca, es destinada casi totalmente al mercado interno y es un alimento importante en la dieta de los chilenos con un consumo de 40 kilos per cápita.
La Araucanía es la principal zona productora del país. En la temporada 2014/2015 se cultivó 16.788 hectáreas de papa, concentrando el 32% del total de la superficie nacional encuestada.
La región subió 28,6% la superficie de papas en la temporada 2014/15, comparada con la temporada anterior. La siguieron la Región del Bío Bío, con 8.685 hectáreas (1,8% más que en la temporada anterior) y la Región de Los Lagos, con 6.967 hectáreas (35% menos superficie que en la temporada anterior).
De acuerdo a Odepa (2014), con datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el rendimiento promedio de la Araucanía en los últimos 10 años es de 21,68 t/ha. Al considerar los últimos 5 años, el promedio es de 24,56 t/ha; situación que evidencia un mejoramiento de los rendimientos. Sin embargo, al consultar por los rendimientos a productores del borde costero (Inia, 2010 y 2011) se determina un rendimiento promedio de 14,8 t/ha.
“Este diferencial se explica porque en la región se ha producido un aumento de la superficie de papa, fundamentalmente en el ámbito de la agricultura empresarial, que desarrolla el cultivo bajo condiciones de riego y con un alto nivel tecnológico, generando por lo tanto rendimientos unitarios mayores”, precisó Inostroza.
Balanza comercial
La balanza comercial de los productos derivados de papa es negativa con importaciones muy superiores a las ventas al exterior. Según datos de Odepa, durante el año 2015, Chile exportó aproximadamente 1.600 toneladas de productos derivados de papa por un valor de US$ 4,5 millones. El principal producto exportado son papas preparadas sin congelar.
Esa misma temporada se importaron 96.205 toneladas de productos derivados de papa por un valor de US$ 83,46 millones. El principal producto importado es papas congeladas con un monto aproximado de US$ 61,7 millones, desde 12 países.
Para los productores la principal actividad comercial es la producción de papa en fresco para los mercados mayoristas de la región metropolitana, seguido de los mercados Concepción, Temuco, Valdivia y Punta Arenas, y algunas partidas que se envían a la zona norte.
“El desarrollo agroindustrial en Chile está al debe. El nivel tecnológico es insuficiente para desarrollar una producción mayor y cuando tú industrializas utilizas una papa barata; en ese sentido es más recomendable vender papas en fresco, se genera mejor precio que venderla a la industria. Hoy se importa papas procesadas desde Bélgica, Holanda, Alemania, Francia e incluso Perú. No tenemos una industria procesadora importante”, afirmó el investigador.
Sobre la posibilidad de industrializar el cultivo, Inostroza aseguró que hay que definir estrategias. “Si queremos fomentar la industrialización los principales beneficiados serán los grandes agricultores del tipo empresarial, porque se requiere de una papa barata que sea producida con condiciones de riego y con rendimientos unitarios altos, de manera que el costo por producto sea bajo. En cambio para beneficiar a la AFC hay que fomentar el consumo de papas en fresco”.
PRECIOS
Durante la temporada 2014 los precios se mantuvieron estables prácticamente durante todo el año, con un valor cercano a los $ 10.000.- por saco de 50 kg. Durante la temporada 2015 los precios se mantuvieron muy similares entre los meses de marzo y junio, momento en el cual se inicia un aumento de los precios llegando cerca de los $ 20.000.- por saco de 50 kg en el mes de noviembre. Durante los últimos meses se ha producido un descenso en los precios con valores entre $8.000 y 10.000 por saco de 50 kg.
En la región, el rubro aún se caracterizado por una alta informalidad, una oferta atomizada en muchos pequeños productores y una demanda canalizada a través de escasos “compradores” o comerciantes de papa.
La oferta regional de papa corresponde fundamentalmente a “papa de guarda” de piel roja donde predominan la variedad Desirée, Karu, Asterix y Patagonia, que se produce entre los meses de septiembre y mayo y se comercializa entre los meses de abril y octubre. En menor grado, entre los meses de agosto y diciembre se produce “papa de temprano”, la que se comercializada entre los meses de noviembre y enero. En este caso ha aumentado la producción de las variedades Karu y Puka, además de la variedad Desirée.
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