Publicado el 14 diciembre, 2015 | por editor
Banco de germoplasma: ¿cuántas variedades de papas existen en Chile?
Por: Manuel Muñoz
Investigador Inia Remehue
La mayor parte de quienes se interesan o están vinculados al mundo de la agricultura conocen acerca de la importancia de la papa como alimento y del status de Chile como centro de origen o centro de diversidad de esta especie y se reconoce que en el sur de Chile existe un gran número de variedades probablemente originarias de las islas de los archipiélagos de Chiloé y los Chonos.
Sabemos, de manera más bien intuitiva, acerca de la importancia de este material vegetal para la seguridad alimentaria y el patrimonio cultural, y que puede ser fuente potencial de sabores o nutrientes para la dieta, pero en realidad conocemos muy poco de nuestras papas nativas. El Instituto de Investigaciones Agropecuarias Inia en su Centro Regional Experimental Remehue posee un banco de germoplasma de papa y una pregunta recurrente en el público general que ha visitado este banco es: ¿Cuántas variedades de papa tenemos en Chile?
La pregunta en sí puede parecer simple, una inquietud producto de la curiosidad y de la necesidad de tener una primera aproximación para dimensionar qué tan diverso es el recurso. Pero la respuesta a esta pregunta tiene enorme importancia para la toma de decisiones en torno a la conservación del recurso, también para el monitoreo y el seguimiento en el tiempo de la biodiversidad ligada a los sistemas agrícolas, y por supuesto, una gran relevancia en la proyección de la papa nativa como oportunidad de negocio.
La papa es una especie de reproducción principalmente vegetativa, por lo que la reproducción clonal lleva a la perpetuación de genotipos que son resguardados por los agricultores, siendo muchos de ellos valorados por sus características, por lo que la identificación a nivel genotípico reviste una gran importancia en la práctica con implicancias científicas, legales, productivas y comerciales. Por ejemplo, los agricultores otorgan nombres tradicionales a los distintos tipos de papa según la apariencia morfológica de los tubérculos, características de la fenología de la planta o del lugar en donde son tradicionalmente cultivadas.
No obstante, existe confusión acerca de la identidad de estas variedades tradicionales, pudiendo un mismo genotipo tener asignados nombres diferentes o genotipos diferentes ser conocidos con el mismo nombre por tener formas similares. Es razonable pensar que bajo una misma nomenclatura popular basada en el aspecto del tubérculo pueden estar incluidos una gran diversidad de genotipos.
Para quienes no son especialistas, es necesario aclarar que cuando hablamos de genotipos nos referimos a características genéticas que son distintivas de cada individuo. Como la papa se reproduce clonalmente a través de tubérculos, todos los tubérculos descendientes de una planta madre, corresponden a un mismo genotipo.
Hoy, existe un renovado interés por la papa nativa como producto comercial y como recurso genético, no obstante su identificación es extremadamente confusa cuando prima el nombre tradicional, asignado por los agricultores según su morfología. Esto impide una correcta trazabilidad del material, dificultando todo tipo de trabajo que se quiera realizar con él, desde su conservación, utilización con fines científicos, diagnóstico para fines de protección ambiental, protección como patrimonio genético, desarrollo agronómico, posicionamiento como producto, márketing, cuestiones de propiedad industrial, etc.
La descripción hasta ahora más completa del germoplasma chileno de papa ha sido publicada por don Andrés Contreras en el Catálogo de variedades de papas nativas de Chile y que describe 211 variedades (Contreras y Castro, 2008). Pero permanece la pregunta, ¿Son esas 211 variedades tradicionales prácticamente todas las que existen o quedan muchas sin describir?
En estudios genéticos realizados por Inia se han identificado hasta la fecha 324 genotipos distintos entre las variedades tradicionales o accesiones de papa nativa a las que hemos tenido acceso. Este número puede aumentar a medida que se realizan más estudios a nivel genético. También existe la reproducción a través de la semilla botánica o semilla sexual, ésta es producto de la fecundación y está contenida en las bayas o frutos. Si los agricultores utilizan esta semilla, cada semilla dará origen a una planta genéticamente distinta y si sus tubérculos tienen características deseables y son mantenidos por los agricultores, el número de variedades se puede incrementar enormemente; tal vez esta ha sido la forma en como ha surgido la diversidad que tenemos.
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